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Mensajes - juanluis

#1
Off Tópic / Poema
10 de Mayo de 2017, 10:57:00 PM
HOla a todos, os dejo un poema. Espero que os guste.



                           ¡ Muerte!.
                          Otra vez en mi boca.
                          Te expulso,
                          pero eres una pesadilla insomne.
                          Siempre paciente.
                          Nadie te pudo.
                          ¿ Podrías perdonarme?.
                          Te daría todo menos mi vida.
                          Esta mañana vi mi sonrisa en el espejo,
                          y quise odiarte, pero no quise.
                          Cambia de color.
                          El blanco te sienta tan bien.
                          Eres hermosa tal como eres.
                          No hace falta que adelgaces.
                          Tu desnudez son  tus huesos,
                          y el silencio de una tumba tu voz.
                          ¡Abrázame!,
                         nadie está más sola que tú,
                         porque cuando acaben los hombres,
                         los hombres habrán muerto,
                         y cuando acabe la materia,
                         la materia habrá muerto,
                         y serás lo único que quedará.
                         Matarás al universo,
                        y mataste lo que antes del big bang había.
#2
Off Tópic / Último capítulo " Venganza"
09 de Septiembre de 2012, 12:16:26 AM


   Aquí os dejo el último capítulo con el enlace a los cuatro anteriores.  Gracias por vuestra lectura.

Capítulo1 http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23020.0.html

Capíyulo 2  http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23046.0.html

Capítulo 3  http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23075.0.html

Capíyulo 4  http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23095.0.html





                                                                                     5

Desde aquel día no lo volví a ver, y me arrepentí por completo de lo que lo dije, porque de algún modo le había desvelado esa idea terrorífica que me estaba rondando la cabeza, y por eso se convirtió en el segundo gran problema para mi plan. El otro se solucionó de la forma más trágica para mí posible, y si yo no fuera un enfermo debería de haber cortado de raíz todo lo que ideaba, pero a pesar de que así fue al principio, a los pocos meses de que sucediera volví a la carga con mi obsesión con hacer verdadero daño a Lucía. Pedro , el mejor amigo de mi padre me llamó:
-   ¿ Te has enterado?, me preguntó después de saludarme.
-   ¿ De qué?. Le dije.
-   ¡ Tus padres han tenido un accidente, César!.
-   ¿ Un accidente?, ¿ con el coche?.
-   Sí. Calló, supongo que para coger aliento, y me lo soltó. ¡ Tu padre ha muerto y tu madre está muy enferma en el hospital!. No lloré en ese instante, dije , " no puede ser", " pero como va a ser posible", y tres o cuatro frases hechas que se suelen decir en estos momentos. Me recogió, y nos fuimos al hospital. Allí pasó hasta el último amigo de mis padres, socios en los negocios de mi padre, y familiares. Mi padre era hijo único, mi madre tenía una hermana a la que estaba muy unida, y mi tía lloraba desconsoladamente la posible muerte de su hermana. Era muy parecida a mi madre, ni un átomo de rabia, todo bondad y quizás por ello sufrimiento. No paraba de abrazarme . A las dos horas vino el doctor y nos dijo que había muerto. Mi dolor fue inmenso , y como todo el que ha perdido a alguien tan cercano supongo fantaseaba continuamente con verlos al menos una vez. Es curioso como me quedaba a veces mirando a una puerta de la casa deseando que apareciera cualquiera de los dos, y las fantasías siempre eran muy cálidas. No deseaba verlos para arrepentirme de haberme portado mal con ellos, sino que aparecían en mis imágenes con una sonrisa que antecederían a un alegre abrazo. Es una pena no poder recuperar el cuerpo de los muertos, ya que con seguridad las emociones florecerían con una intensidad enorme. Durante los siguientes meses los trámites con el abogado de mi padre fueron continuos. Prácticamente iba todos los días a su despacho para hacer algo. El caso es que en ese tiempo, a pesar del dolor cobré cierta vitalidad, y cada vez que pensaba en Lucía, mis pensamientos parecían haberse transformado. Ahora quería que fuese feliz, y criase a su hija plena de felicidad.
       Me instalé en las casa de veraneo de mis padres. Me dijeron que mejor la        vendiese , ya que  que iba a hacer yo con una casa tan grande, pero no lo hice. Quería mantenerla al menos un tiempo. Había perdido todas mis amistades por culpa de la situación a la que me vi abocado después de que Lucía me dejase, y poco a poco fui recuperándolos. Los invitaba a mi casa, y como yo tenía un montón de dinero hacíamos lo que queríamos. Como estaba feliz de haber recuperado cierta cordura al principio invité a amigos de conducta poco oscura, que presumían de que una vez tomaron cocaína, y que habían probado los porros de vez en cuando, disfrutaban con la música pop, eran católicos y mantenían conversaciones sobre política. Todos tenían trabajo y habían sido buenos estudiantes en la Universidad. Lo fundamental para mí era que no tomaban drogas con continuidad. Las drogas son como pedir la nacionalidad de un exótico país, donde sólo una serie de sensaciones realmente  existen, y los jóvenes que deciden probarlas se lanzan a él con tal devoción porque la felicidad que tanto anhelan va a ser encontrada en ellas, y aunque odien la religión, resulta que el objetivo que quieren alcanzar, es la misma que otras personas alcanzan yendo a un templo, porque allí les va a esperar ese día soleado donde el pensamiento muere, que iluminó una vez una pared o llenó un cielo huérfano de nubes, y aunque se sienten orgullosos de su madurez, no alcanzan a conectar esas emociones que producen un porro, una raya de coca, o una pastilla de éxtasis; con la paz que sentían de pequeños al abrir el frigorífico de su casa, y sonreír porque su madre no se había olvidado de comprar un bote de mayonesa de su marca `preferida, y es porque la ideas actúan en un plano distinto que las emociones, menos instintivo , y como las drogas exigen una oposición a nuestros padres, los que nos lanzamos a ellas no somos capaces de conectar que la magia que en ellas encontramos nos podrían invitar a salir corriendo hacía casa, y decirles con júbilo, que hace poco en la placidez de la noche de un viernes, mientras hablábamos con una amiga de bellísimo rostro que  habíamos contemplado con quietud, y sin la exigencia que provoca querer mantener relaciones sexuales, porque en ese momento estábamos experimentando el amor, nos había recordado a la alegría que sentimos aquella vez que fuimos a visitar a algún familiar que no siguió las leyes del progreso y todavía vivía en el campo; y que esos peldaños de las escaleras donde estábamos fumando porros fueron para nosotros ,como aquellos montes verdes que nos revelaban por primera vez que se puede correr sin edificios , o que el paso de peatones que cruzamos al salir de clase, se puede sustituir por un puñado de vacas, y quizás por esto sonrían las personas ancianas, a las que despreciamos porque su vida presenta objetivos tan poco elevados como que el café del bar donde desayunan no esté caliente o que el banco del parque al que van no esté ocupado, ya que observan que sólo la vida les enseñará a los jóvenes que todo era mucha más sencillo de lo que imaginaban, y es cierto que nos advierten, pero con cierto desánimo porque nadie escarmienta por cabeza ajena, y es que quizás , hacer caso a los ancianos debería ser un puro silogismo, donde la premisa fuese, ya que sé que los niños me deberían de hacer caso porque he pasado por ello, y  la conclusión necesaria sería, yo debería hacer caso a mis mayores por la misma razón; pero esto nunca sucede y nos lanzamos como rayos hacía el dolor, y lo más espeluznante es que a veces se encuentra la tragedia.
   Pues como es común entre los humanos establecer categorías piramidales, poco a poco aquellos amigos fueron pareciéndome un grupo al que iba considerando inferior en el curso de los días, seguramente porque la muerte de mis padres encerraba sólo un alivio momentáneo , y en el fondo lo que palpitaba era la posibilidad de volver con Lucía, y como esto no sucedía, ni ella tan siquiera se acercó a darme el pésame, esperanza que albergaba desde el primer día, los oscuros pensamientos volvían a aparecer. Fui dejando de llamar a estos y me encerré en la casa. Comencé a drogarme de nuevo y a beber desmesuradamente, y la felicidad de Lucía volvió a ser protagonista en mi vida de una manera tan cotidiana e intensa, que a veces me paraba a pensar en el sofá del salón, de noche,  mirando a la pared , y me decía, " pero si llevo toda el día pensando en ella", y ese instante tenía un fuerte efecto analgésico, que me alegraba porque mi mente se detenía en la idea de pensar en ella, y creía con total veracidad que había sanado, y era porque reconocer cuanto pensaba en ella me libraba de la presión a que era sometido cuando pensaba en ella todo el tiempo, como el alivio que siente un condenado cuando reconoce su delito, ya que cuando pensaba en ella, de alguna forma el componente social que nos empuja a aceptar la felicidad de una mujer que nos ha dejado, parece un intruso que no nos deja a solas, y por eso sufrimos más; pero reconocerlo es aceptar esa exigencia, y parece en cierto sentido como si hiciéramos las paces con todo el mundo. Y así, volví a tomar la determinación de cometer mi acto atroz, pero quedaba un segundo obstáculo ya que aquella vez que le insinué algo a Esteban Mayo aquel día, hacía que me detuviese porque él podría atar cabos y sospechar de mí; pero el destino que parece que  gusta más de las desgracias que de las alegrías vino a echarme una mano de nuevo, como ya lo hizo matando a mis padres para dejarme la casa, y librándome de aquellas personas que podían tener un gran contacto conmigo, porque mi plan exigía aislamiento absoluto, y es que me enteré de que Esteban Mayo se había ido a vivir a Tailandia, y parecía que tenía intención de instalarse allí. Esto no alejaba el peligro del todo porque podía volver aunque fuera sólo por unos días y enterarse de lo que había pasado, pero puesto que no teníamos amistades comunes, si tardaba en volver quizás nadie hablaría ya de ello en los medios, porque ocurren barbaridades todos los días, y sí alguien le dijera algo sobre Lucía, puesto que él no la relacionaba conmigo igual no caía en la cuenta. En cualquier caso decidí ponerme manos a la obra.
      Sabía donde vivía Lucía, así que una mañana fui a su calle, y una de las dos esquinas era dirección prohibida ,así que me quedé allí oculto . Salió con su hija, y se subieron al coche, como la calle era corta, y la calle a la que habían accedido larga, cuando salí corriendo hasta la otra esquina todavía podía divisar el coche y vi que se desvió en la segunda calle a la derecha. Al día siguiente me oculté en esa calle, y repetí la misma operación día tras día, hasta que finalmente descubrí la guardería a la que iba su hija.  Cuando Lucía se fue, entré y con la excusa de pedir información logré saber la hora de salida. Pinché las ruedas del coche de Lucía a plena luz del día , el tiempo suficiente antes para que la pudiese cambiar, pero para que sólo llegase media hora tarde al colegio ,y puesto que la profesora esperaba hasta el último padre seguro que no sentiría gran preocupación, ni diría a nadie justo en el momento en que vio el pinchazo que fuese a por su hija. Todo esto por supuesto era un riesgo para mí, pero me salió bien, ya que la profesora de su hija a pesar de que me interrogó un poco, creyó lo que le dije; y no fue otra cosa que era un vecino y  que a Lucía se le había pinchado el coche, y me había pedido que la recogiese. Fui todo lo amable que pude para no levantar sospechas, y es que sabiendo lo que me podía suceder en el futuro aquello me parecía una tontería. Si hubiese salido mal se hubiera montado una buena, pero penalmente sabía que tampoco podía pasarme  gran cosa, aunque eso sí, todas mis amistades me tomarían por loco . Hasta tenía excusa. Pensaba decir que estaba loco de amor por Lucía, y que era una excusa para verla. En fin nada tan atroz como lo que estaba a punto de hacer. La hija de Lucía permaneció callada todo el tiempo, la cogí de la mano y la metí en el coche. A partir de ese momento todo fue pura acción. No pensé absolutamente en nada, sólo en llegar a casa, si acaso una vez que me quedé parado en un semáforo, y creí que así debían sentirse los seres humanos en algún momento de la prehistoria, en la que cada día era una batalla por cazar algo que comer. La verdad es que la vida moderna es poco intensa. Si no ha pasado nada fundamental en nuestras vidas, cuando pasa el año uno se da cuenta de que el  momento  más emocionante que ha vivido en esos doce meses ha sido que tu equipo favorito de fútbol ha ganado la liga. Sólo pensaba en llegar a casa. Y llegué. ¡ Menudo jaleo se montó!. Salió hasta en canales internacionales. La profesora al describirme decía, claro está, que yo estaba rapado , con barba, los ojos azules ( me puse lentillas de colores), y pasado de peso. Engordé 10 kilos que perdí en mi casa mientras me crecía el pelo, me afeité, y por supuesto el coche era alquilado. Había comprado comida para un mes, y allí me quedé esperando a que se enfriara un poco la cosa. Si habíamos olvidado guerras con millones de muertos, eso era una desgracia más, pero lo mejor era ver la televisión local, porque allí era el tema estrella. Lucía salía casi todos los días, pidiendo que por favor si alguien sabía algo que contactaran con la Policía , ¡me lo pasaba en grande!. Todo el día allí, borracho, drogado y viendo que era el protagonista de aquella historia.
      La hija de Lucía se llamaba Laura , y era una auténtica preciosidad. Durante todo el trayecto se quedó callada, si bien una vez en la casa, cuando la bajé al sótano empezó a llorar y  a preguntar por su madre. Le había preparado el sótano de la forma más adecuada a una niña de su edad. No le faltaba un detalle, ya que fui comprando todo en las tiendas diciendo siempre a los dependientes que me atendían ,que tenía una hija de tal edad y como podía decorar su cuarto. Lo llené de juguetes, especialmente de peluches porque de mi más tierna infancia siempre recuerdo un perro de peluche marrón que mi madre siempre ponía en mi cama cuando la hacía. Porque una cosa tenía clara, no odiaba a su hija , la odiaba a ella. Le dije que estaba muerta, que yo era Dios; y que el sótano era el cielo. Me creyó desde el primer  momento, aunque siempre me preguntaba porque no podía salir nunca de allí, ya que echaba de menos la luz del sol, le dije que en el cielo no hay sol porque está tan por encima de él que allí no llega su luz. Poco a poco se fue acostumbrando, y me decía que sí podía volver a La Tierra un ratito a darle un beso a sus padres nada más, y yo le dije que eso sólo podía ser cuando aceptara por completo que estaba muerta y dejase de pensar en ello, porque cuando alguien ve que otra persona se resigna con todo su corazón del no cumplimiento de un deseo, y acepta la realidad, si la otra persona tiene en su mano hacerla feliz lo hará , y que como yo era Dios y todo lo puedo ese día llegaría si cumplía con su parte. Y así fue creciendo feliz, aunque siempre noté en ella una tristeza tremenda que nunca me confesaba, porque no quería molestarme,  y es por ello que me pedía disculpas cuando tardaba un poco en llevarle la comida o la ropa nueva; y me sentía tan lleno al comprobar que mi obra estaba siendo tan maravillosa, tan perfectamente engranada, que a veces arriba me ponía a bailar solo sin música, levantaba mis brazos y los hacía girar junto con el cuerpo, y me movía al son de mis recuerdos. ¡ Que guapísima era!, ¡ no os lo podéis imaginar!, y lista como ella sola. Le encantó " La Metamorfosis" de Kafka, que era de lo poco que se me ocurría le podía gustar dentro de la literatura elevada, y le dije que anotará en un papel que si yo alguna vez no estaba , dentro de unos años no olvidara leer a Proust, y viera películas de Woody Allen, Billy Wilder y Orson Welles; y muy apesadumbrada empezó a llorar porque le había dicho que yo podía no estar algún día, y le dije que no se preocupara porque cuando yo no estuviera sería la persona más feliz del mundo. Cuando cumplíó 22 años, le confesé todo, y la dejé que se marchara , como era tan culta a esa edad, le dije que yo perdonaba a su madre por haberse ido con mi compañero de piso, y que por favor ella me perdonara por lo que había hecho, y que evidentemente existía una gran desproporción entre una cosa y otra, pero que si sólo perdonamos en la misma cantidad que nos perdonan eso es sólo invertir La Ley del Talión . Me senté en el sofá, y mi primer impulso fue masturbarme, pero era incapaz de conseguir una erección. Y allí me quedé esperando a la Policía.

                                                                FIN
 










   
#3
Off Tópic / Capítulo 4 " Venganza".
05 de Septiembre de 2012, 11:54:43 PM
  Os dejo el capítulo 4 y los enlaces a los tres anteriores. Gracias por vuestra lectura.

  Capítulo 1 http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23020.0.html

  Capítulo 2  http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23046.0.html

  Capítulo 3  http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23075.0.html






                                                                                    4




- ¿ De verdad que no te irías a China?, me preguntó.
- No, y menos trabajando para mi padre. Seguro que en el trayecto de ida vas pensando en ver la La Gran Muralla, en aprender algún arte marcial, visitar el Tibet, y en el rico intercambio cultural del que sería testigo y parte. Pero, ¿sabes una cosa?, mi padre exprime hasta la saciedad, y te puedo asegurar que los que trabajan , en una forma u otra con él, se ganan con creces hasta el último céntimo. No. En pocos meses estaría hasta las pelotas.  ¿ Tú te irías?.
- Con los ojos cerrados.
- ¿ Y por qué no has dicho nada?.
- No sé , me ha dado vergüenza.
  ¡ Bien!, le ha dado vergüenza. Ya sólo me queda que deje los porros y la cocaína, y no haga tan buenas mamadas.
. Además, quiero acabar la carrera, antes de trabajar en nada.
-  Por cierto ,¿ Cuando tienes el examen?.
- El 7 de septiembre. Lo apruebo y se acabó. Una licenciada más.
- Tampoco te tendrías que ir a China ya .
- Tienes razón , pero también te he dicho que me daba vergüenza.
     Durante el trayecto hasta mi piso, nos quedamos callados. Anocheció justo al entrar en la ciudad, y me encontraba realmente relajado al volante.
- ¿ Pillamos algo de coca?, me preguntó de pronto. Evidentemente me entraron ganas de decirle, " tu no te metes nada, porque no me sale de los cojones". Pero en el preciso instante en que dijera eso, ella se bajaría del coche , anularía su sonrisa para toda la eternidad cada vez que me mirase; y eso suponiendo que volviera a mirarme, y  simplemente se liaría con otro en menos de un mes. Y lo peor de todo es que aquí había dos victimas, ella que no tiene más remedio que defender sus deseos, y no sabéis hasta que punto admiro a las mujeres valientes; y yo , preso de unas ideas que se apoderan de mi voluntad sin  haberlas escogido. Cuando piensas que al multiplicar, si cambias el orden de los factores se altera el producto, basta con que un profesor de matemáticas te diga " el orden de los factores no altera el producto", y te desprendes de tu idea errónea con una facilidad, que sería escalofriante si pudieras hacerlo con tus ideas morales. Las mujeres necesitan siglos y siglos, para poder vengarse de lo que han sufrido y sufren. Recuerdo una vez, que estaba tirándomela a cuatro patas, y me entro un éxtasis hippie. Fue increíble. Pensé en todos mis amigos desfilando por la puerta y follándosela uno a uno, mientras yo con el pecho henchido y loco de contento, me ponía a bailar por la habitación, y  a abrazar a mis amigos. Pues ese momento, que puede resultar cómico o depravado, me procuró un maravilloso instante de felicidad.
- ¡ Pues claro!, le dije. Giré el volante en la primera esquina , que me permitió escoger el camino más corto hacía el lugar donde solía pillar. ¿ Tienes dinero?. Le pregunté.
- ¡ Sí , no te preocupes!.
       Conforme pasábamos calles, la calidad de los edificios iba descendiendo. Llegamos a la calle en cuestión, y aparqué el coche en una esquina. Me dió el dinero , y bajé. Comencé a andar hacía el piso. Siempre me ponía nervioso cada vez que iba a pillar. No me quitaba de la cabeza que me  fueran a engañar. La verdad es que nunca lo habían hecho, pero me pasaba continuamente. Entré en el portón, y subí hasta el tercer piso. El ascensor llevaba estropeado desde la primera vez que fui . Toqué la puerta, pero no me abrieron. Insistí durante unos minutos pero nada. Bajé , y al salir a la calle, un jonkie se me quedó mirando.
-¿Que vienes del tercero?. El Pedro está cuando le sale de las pelotas. Luego se queja de que algunos no vengan jamás. Si quieres yo puedo pillarte . Esto ya me había pasado varias veces, y como dije nunca me habían engañado. Pero siempre me pasó sólo, nunca con una mujer ante la que no quería quedar como un soplapollas al que tima un jonkie de tres al cuarto.
- ¡Venga vamos!, le dije al instante.
-  No, no, tengo que ir yo sólo. Este supuesto ya no era tan habitual. Sólo me pasó una vez , y fue con un jonkie ; al que se le notaba a leguas su falta de maldad. Sólo se le veía desesperado por ganarse el par de euros que le prometí, pero su forma de hablar , su rostro ; me invitaban a confiar en él. Y no me equivoqué, aunque tuve la mala suerte de que tuvo que ir a tres sitios distintos hasta que encontró la cocaína. Lo esperé una hora , en la cual se iba acrecentando mi idea de que me había dejado tirado, pero apareció corriendo, con la lengua fuera,y gritándome que era un tipo honrado. Pero este tenía pinta de ser bastante más peligroso que el anterior.
- ¿ Y por qué?.
- Porque me lo vende una que vive con sus padres, y no le gusta que entre ningún cliente, por si empieza a quejarse de si el gramo es corto, o cosas por el estilo.
   Estos cabrones saben más  que el hambre. No sabía que hacer. Pensé en ir a preguntar a Lucía, pero el maldito examen que pasaba a diario sobre si ella pensaba esto o pensaba lo otro, me decía que tenía que solucionar el problema sólo, pero ¡¿Qué problema?!. Sólo tenía que haber ido y decirle. " ¡ Oye rica!, el Pedro estará en Colombia llorándole a Pablo Escobar, o vete a saber donde, y hay un jonkie con una cara de hijo de puta monumental, que dice que nos puede pillar , pero que tiene que ir sólo. Si le doy el dinero ya te digo que nos podemos ir  ,porque ese cabrón se lo va a fundir todo en heroína. ¿ Que hago?. Es tu dinero". Eso es lo que debí hacer, pero un imbécil es un imbécil.
-   ¡ Esta bien!, pero no me engañes. Ingenuidad pura. Lo dije con voz infantil. ¿Por qué será que cuando uno cree que no se droga lo suficiente tiene que actuar como un auténtico subnormal?. El tipo cogió el dinero con la rapidez de estos brazos mecánicos que aparecen en los documentales o noticias sobre fábricas de coches. Se iba alejando hacía la esquina y se le notaba que aceleraba el paso para salir corriendo cuando la doblase. Y allí me quede con cara de gilipollas sabiendo que a ese no me lo cruzaría nunca más en la vida. Agache la cabeza, e hice un último esfuerzo por confiar en él. Pero nada. Sólo me quedaba el consuelo de que al menos muriese esa misma noche de sobredosis. Me fui ciertamente desencantado, y debí decirle a Lucía mi desconfianza, ella me quería , y no iba a decirme que un tipo duro jamás era engañado por un muerto de hambre como aquel; pero no vertí mi tristeza sobre ella, ya que lo único que me importaba era que a pesar de todo, volviese con la coca, y que mi saber moverme en estos círculos  quedase intacto.  Entre en el coche.
-   ¿ Lo tienes?.
-   No.
-   ¡ Vaya por Dios!,  ¡ vamos a otro sitio!.
-   No, le he dado el dinero a un jonkie, que dice que va a pillármelo en casa de una, que por lo visto vende en el piso de sus padres, y no pueden entrar los clientes por si arman algo de jaleo. Su cara se puso seria, pero ni una pizca de ira en su expresión. De hecho no estaba pensando en mí. ¿ Como iba a pensar en mí ?, si me quería. Estaba calibrando las posibilidades de que hubiese coca o hurto. Tenía pinta la cosa de estar al cincuenta por ciento, para ella. Para mí ,no había color. Ese cabrón estaba ya flotando en algún lugar abandonado. Pasó media hora, durante la cual ella estaba reclinada en el asiento, hablando cálidamente sobre nosotros. La verdad es que era fantástica. De vez en cuando se incorporaba, y me besaba. Le importaba un pimiento el jonkie, pero yo no pensaba en otra cosa.
-   ¿ Como va vestido el jonkie?. Me preguntó.
-   Pues.... No me esperaba la pregunta .¡ Imagínatelo!. Un chándal rojo que le compró su madre hace veinte años, y una camiseta blanca publicitaria. Lucía se bajo del coche y fue a la esquina de la calle donde le di el dinero, y se quedó unos minutos mirando. Volvió al coche con la cara más tranquila del mundo. Yo evidentemente pensaba que por sus pensamientos cruzaba algo así como, " menudo idiota tengo por novio", pero no pensaba en nada de eso.
-   Este, parece que  no viene.¿ Que hacemos?.  ¿Vamos a pillar a otro sitio?. Me di cuenta entonces de lo que podría sentir por mí. Para ella ,simplemente atacarme a mí , era atacarla a ella . No quiero soltar una frase profunda que sintetice ese manantial inabarcable que es el amor, porque no soy poeta, ni psicólogo, y además, no me siento frustrado por no expresar lo que siento, porque me llena sentir. Sólo quiero incidir en el tópico de que dos sean uno. Pues sí, el hijo de la gran puta del jonkie, se había quedado el dinero de mi novia, y seguro que si en ese momento yo hubiese sido el emperador del mundo, hubiese puesto a todo mi ejército a buscarle; y no creo que lo matase , pero lo hubiese atado a la silla y le hubiese pegado un par de guantazos; y cuando digo guantazos me refiero a darlos con la mano abierta y no con el puño cerrado; porque tiene más gracia.
      Bueno, pues no sabía que decir, y me quedé callado;  ella insistió en que fuéramos a otro sitio, y a otro sitio fuimos. Paramos en un cajero, sacó más dinero, y para otro barrio marginal.  Y, nos o lo vais a creer, pero estuvo a punto de pasar lo mismo. Bajé del coche ,  otro maldito camello ausente, y otro jonkie de guardia en la calle; y por supuesto el mismo  gilipollas dándole el dinero al jonkie; pero este me dio mejor espina , aunque el tiempo que tardó, lo pasé francamente mal. Vino rápido con la coca, y por lo menos mi inquietud acabó parcialmente allí; porque esa noche empezó el principio de lo que realmente quiero contar. Fuimos a mi casa. Álvaro por supuesto, fumando porros, bebiendo cerveza; con la frescura del que acaba de empezar, pero seguro que llevaba todo el día liado; y Lucía feliz de verle. Se sentaron al lado el uno del otro. Ella sacó la coca sin pedirme permiso por supuesto, y allí se pasaron cuatro horas hablando  de juergas, música alternativa, y todo lo que les venía a la cabeza. Lucía me dirigía la palabra de vez en cuando, yo respondía con frases cortas, porque me estaba viendo venir que esto dos acabarían liados; y él también me miraba de vez en cuando, siendo plenamente consciente de lo que se me estaba pasando por la cabeza, y yo le sostenía la mirada siendo plenamente consciente de que yo sería un obstáculo, sólo si ella así lo quería ; porque en cuanto tuviera oportunidad, le iba a meter la lengua hasta la primera cuarta parte del esófago, la iba a poner a cuatro patas como a una auténtica perra, iba a recibir con completa alegría sus mamadas, y le comería la esencia de la pulpa del cogollo del centro del clítoris, por no decir el mismísimo coño; y es que si uno no lo piensa así, no duele. Pues bien, no sé en que momento de  la semanas posteriores, ella empezó a pensar que aquella inocente alegría que flotaba en el ambiente para ella, porque para Álvaro de inocente tenían un  pimiento, se estaba tornando en atracción hacía mi compañero de piso; pero ocurrió unos cuatro meses después de este día que os he contado, en el que mi padre desnudaba con su mirada a  mi novia, un jonkie se quedo con el dinero de mi novia; y un supuesto amigo comenzó a convertirse en la futura pareja de mi novia. Así que un día me citó en una cafetería y me soltó que estaba viéndose con él y que quería cortar conmigo. Me dijo que surgió de pronto sin ella poder evitarlo, y que pensaba que iba a ser sólo una vez , pero que la cosa se empezó a liar; y cada vez le gustaba más él , hasta el punto de estar completamente enamorada. Yo comencé a reprocharle su actitud, cada vez con mayor vehemencia, ella me comprendía y agachaba la cabeza, pero cada vez que yo insinuaba algo así como que no tenía derecho a hacer aquello, sobre todo si mis razones se fundaban en algún presupuesto machista, se defendía completamente, porque después de todo hiciera lo que hiciera con su vida y su cuerpo era de principio a fin algo en lo que yo no tenía nada que ver. Al llegar a casa, Álvaro me confirmó lo que ya me acababan de explicar. No tenía nada que hablar con él. Me puse mi mejor máscara, y mantuve el tipo todo lo que pude. Pensé que podría olvidarlo pronto. El futuro es el único consuelo de los desesperados, pero nada olvidé , por supuesto ni a los días, las semanas, los meses y me planté de pronto en tres años desde aquello pensando en ellos. Quizás lo que agravó la situación era que ellos seguían juntos y felices. Puede que no lo fueran especialmente, como todo el mundo, que llena de sonrisas en público continuas peleas privadas; pero el hecho de mi infelicidad suponía a una pareja llena de felicidad. Ese tercer aniversario fue importante porque se casaron, y anunciaron que iban a tener un hijo. Yo ya estaba completamente entregado al alcohol y las drogas. Era un completo amargado que vivía en una habitación de un piso que compartía con un funcionario de fuera de la ciudad, y que podía pagar gracias a lo que me pasaban mis padres. No quería encontrar trabajo, y todo me daba exactamente igual. Sólo deseaba escuchar de ellos alguna fatalidad, pero claro , boda y paternidad , era lo peor que podía oír. No me invitaron a la boda, algo completamente lógico pero me lo tomé muy mal, y eso acrecentó mi odio hacía ellos, y por supuesto empeoró un poco mi estado, ya de por sí difícilmente empeorable. Tuvieron una hermosa niña, a la que vi por fotos de un amigo común, y parecían felices. Me obsesioné por completo con ella. Cuando estaba en la calle y veía a cualquier madre con una niña me acordaba de ella, y me ponía realmente furioso. Así ,si contemplaba la estampa característica de cualquier plaza donde una niña pequeña va corriendo hacía los brazos de su madre , recibiéndole con la mayor de las sonrisas, notaba que no me agradaba en absoluto ver aquello. Su niña crecía y yo seguía sólo, amargado, bebiendo y tomando drogas. Y así conocí a Esteban Mayo. Tenía treinta años, medía un metro ochenta, estaba pasado de peso, siempre mal afeitado, y vestía ropa completamente alejada de la moda. Lo fundamental era su forma de pensar, completamente nihilista. En algún  momento de sus conversaciones conmigo me dijo:
-   ¿ Te da miedo ser egoísta?.
Yo ya me imaginaba el discurrir del diálogo en caso de que dijese que sí. Soy universitario, he leído a Nietsche, y he defendido en muchas cenas que no existen valores absolutos, y que la moral es tan moldeable como  para no alzar la voz ante un asesinato o incluso el incesto. Dicho sea de paso, nunca he oído a nadie decir algo parecido respecto de la pederastia. Parece que esa posibilidad , que debe tener el  mismo beneficio que el resto de las atrocidades; perturba al mayor de los relativistas éticos. La verdad es que siempre estábamos hablando de lo mismo. Algo muy común entre jóvenes con formación universitaria que no follan, pero ese día empezaba ya a cuajar en mí una espantosa idea, así que le respondí:
-   ¿Esteban?. Después de tantas conversaciones que hemos tenido sobre el bien y el mal; dime una cosa, ¿ todo ha sido puramente teórico?; o te has atrevido alguna vez a hacer algo de todo esto que hablamos.
Su  rictus entrañaba sorpresa. Mi tono de voz sé que sonó gélido, e intuyó que no le iba a decir ninguna tontería.
-   Bueno, comenzó con una voz un tanto débil. Yo creo que he logrado no sufrir mucho cuando me he sentido culpable por ejemplo al despreciar a alguien, o he defendido sin vergüenza el aborto a pesar de que reconozco que en el momento de la concepción se inicia un proceso vital irreversible que conduce necesariamente a la vida de un ser humano; pero si me hablas de asesinato, pues elijo no asesinar sin mayor problema, y si te soy sincero si tendría remordimientos si lo hiciera ; pero estoy plenamente convencido que asesinar no tiene un contenido moral. No creo que para ello deba matar. ¿ Por qué lo preguntas?. Lo has dicho con tanta firmeza que me has asustado.
-   ¡ Quiero hacer mucho daño a alguien!.
-   ¿ Y por qué?. Me preguntó.
-   ¡Porque estoy amargado!. ¡ Muy amargado!, y pegué un puñetazo en la mesa. Los de la mesa de al lado me miraron unos segundos, y luego volvieron a hablar entre ellos. Esteban se quedó callado. Percibía que algo serio pasaba.
-   ¿ Me lo quieres contar?. Me preguntó. Me quedé callado. Muy bien, no te voy a insistir. No sé lo que te ronda exactamente por la cabeza, pero ten mucho cuidado con lo que haces, porque se te ve fuera de sí. Supongo que esta amargura tendrá que ver con la vida tan desordenada que llevas. ¡ Ten cuidado César!. Volví  a quedarme callado , y el volvió a insistir," ¡ ten mucho cuidado con lo que haces! ".
#4
Off Tópic / Re:Capítulo 3 " Venganza"
05 de Septiembre de 2012, 02:52:04 PM
  Como ha habido respuestas en los dos primeros capítulos, escribo este post para colocar el 3 delante del 1, y el 2 , por sí alguien empieza a leer y se pregunta donde está el tres. Mañana intentaré publicar el 4.
#5
Off Tópic / Re:Capítulo 2 " Venganza"
05 de Septiembre de 2012, 02:49:55 PM
Ok, pero ahora no tengo tiempo para hacer todas esas modificaciones. Espero que lo leas hasta el final si no te resulta confuso claro. Gracias por los consejos.
#6
Off Tópic / Re:Capítulo 1 " Venganza"
05 de Septiembre de 2012, 02:47:47 PM
  Gracias por el consejo. Lo tendré en cuenta para próximos relatos o si he de reescribir éste.
#7
Off Tópic / Capítulo 3 " Venganza"
03 de Septiembre de 2012, 05:00:51 PM

        Os dejo el capítulo 3 y un enlace a cada uno de los dos anteriores.  Gracias por vuestra lectura.

  Capítulo 1    http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23020.0.html

  Capítulo 2      http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23046.0.html



                                                       3


              Entramos . Mi padre nos abrió y pasamos a la cocina donde mi madre preparaba una paella. Los presenté  y nos sentamos en la mesa. Mi padre estaba bebiendo una copa de vino. Nos ofreció. Lucía aceptó. Yo no tenía ganas, así que me levanté y cogí agua de la nevera. Mientras me servía en el vaso , mi padre empezó con su habitual verborrea.
•   ¿ Sabes?, dijo dirigiéndose a Lucía. Mi hijo bebe siempre directamente de la botella. ¡Debes gustarle mucho!.
       Hace unos años esto hubiera bastado para que me hubiese pasado todo el día con ganas de estamparle la botella en la cabeza, pero yo también iba aprendiendo esa maldita regla que nos impide usar la violencia, la cual es utilizada continuamente por los mayores, para que el cinismo pueda con la fuerza bruta, y así salir airosos de cualquier duelo; pero por mi edad estaba en el término medio entre una postura y otra, y en un momento dado podría partirle la cara a algún que otro idiota que se cree victorioso porque nos ha dejado en ridículo, proclamando su victoria con una sonora carcajada. Después de un botellazo me gustaría ver la sonrisa  de más de uno.  Pero ante todo, ¡mucha calma!.
•   ¿ Queréis jamón?, pregunté. Lucía se quedó callada. Educada muchacha.
•   ¡Pero que imbécil eres!, me dijo mi padre. Se corta , se pone en la mesa y punto.
     No tenía ganas de discutir, así que fui cortando lonchas del jamonero que se encontraba al lado de mi madre, mientras el donjuan venido a menos se puso a hablar con  Lucía.
•   ¿ Como estás mamá?.
•   ¡Bien!. Pero ella nunca estaba bien, sino perennemente preocupada. Era una mujer indefensa, volcada continuamente en los demás. Mientras su marido flirteaba a dos metros de ella, seguro que sólo pensaba en el sabor del arroz. ¿Le habría echado la sal exacta?. ¿ Y el agua?. Si salía seco o pasado sería una vergüenza. Aunque dado su carácter, más que vergüenza, que muchas veces es solo una expresión del narcisismo, sería una catástrofe para los demás ,con la consecuente culpa. Os aseguro que si mi madre hubiese cocinado mal aquella paella hubiese sufrido sinceramente por nosotros. No habría utilizado esa culpa para demostrarnos lo gran persona que era. Pero la paella no estuvo mal. Es más estaba para chuparse los dedos. La comimos en una mesa al lado de la piscina con una sombrilla que podía tapar una plaza de toros.
•   ¿ De dónde la has sacado ?. Le pregunté a mi padre.
•   Pues verás . Hay una marca de whisky carísima, a la que se lo propuse. Todo el mundo se queja de lo corta que son las sombrillas cuando hay mucha gente en la mesa, y a pesar de que al principio no querían saber nada, con el tiempo me dijeron que sí y me encargaron mil.
•   ¿ Y están contentos?.
•   Pues no tengo ni idea. Esta es la primera.
Mi padre se dedicaba a los negocios. Siempre hacía lo mismo. Se pasaba el día entero pensando en negocios sin inversión. Cuando tenía una idea buscaba a las empresas que podían hacer lo le rondaba , basando todo en que nunca se conocieran sus proveedores y compradores. No había alquilado un local en su vida y jamás empleaba a nadie. Todo el que trabajaba para él se pagaba su seguridad social, y lo consideraba su socio. Más de uno que se había deslomado trabajando para él, aunque siempre decía que no trabajaban para él ,sino con él, había aparecido por mi casa gritando  como un poseso. Hasta su secretaria le hacía facturas. Un vez estuvo un año entero dando vueltas por España , estudiando mercados mayoristas de pescados y conociendo hasta el último barco del país para eliminar intermediaros. Cuando acabo , volvió a casa y  con una agenda donde tenía mil teléfonos estuvo vendiendo pescado hasta que todos sus clientes acabaron por darle la espalda. ¿Cómo?. Averiguando quien estaba detrás de mi padre.  Un vasco , que le vendía merluza , se fue enfadando porque jamás le decía el destino. Al principio, no se lo preguntó, por supuesto, ya que en ese momento mi padre podía hacerle ganar dinero, y el vasco creía justo que mi padre se llevase su parte. Pero estos buenos deseos fueron cambiando poco a poco.  El vasco comenzó a ganar poco dinero, y mi padre era conocido en todo el país entre vendedores por su método y porque ganaba bastante . La paranoia se  fue apoderando poco  a poco del merlucero que pensaba que su mala racha se debía a que mi padre estaba aumentando sus beneficios a costa de los suyos. La primera vez que quiso traicionarle le preguntó al transportista, el cual era muy amigo de mi padre, ya que  a pesar de que era la primera vez que trabajaban juntos, mi progenitor le había conseguido muchos portes con amigos suyos. El trayecto desde el Cantábrico a Granada se hacía un par de veces por semana, y por tanto no tuvo necesidad de contratar a ningún conductor adicional. Pues bien entre los dos habían convenido que si el vasco  preguntaba alguna vez , se le diría que el pescado iba para Lisboa, y puesto que mi padre con ánimo de burla y castigo  quería enfadar a su proveedor, también se le diría la dirección exacta del portugués que aparentemente se dedicaba a repartir el pescado por el país vecino. Esa misma noche , el vasco salió en su coche hacía la desembocadura del Tajo; con la esperanza de aclarar que había pasado con los precios los últimos meses.  Cuando llegó, habló con el que debía haber recibido la merluza, que como era evidente no tenía ni idea de lo que le estaban contando . El vasco montó en cólera como después supo mi padre, ya que aun siendo mentira el destino , no lo era la identidad del luso. Pero el vasco no dijo nada a mi padre, que dudó si mandar el siguiente camión ya que veía venir el fin de esta relación comercial. Y así , finalmente hubo un último viaje , ya que después de cargado el camión, el vasco lo siguió por las carreteras de España, hasta llegar a Granada donde  conoció a la parte oculta del triángulo. A la mañana siguiente ambos llamaron a mi padre y a partir de entonces, donde dos son compañía, tres son multitud.  Esto le pasó más veces, aunque con un desenlace menos cómico.
              Sobre lo que hacía en el instante en que lo visitamos no tenía la menor idea, así que le pregunté.
-¿ Y aparte de colocar estas maravillas? , ¿qué estás haciendo?.
- Pues ahora, estoy intentando venderle cosas a los chinos, y que los chinos me vendan a mí para vender aquí. ¿ Te imaginas lo que es occidentalizar a mil millones de personas?. Hay que darle a cada uno un coche, una consola, un aire acondicionado, un televisor, una caja de condones, un reproductor de música, una plancha, un calefactor, un frigorífico, agua de manantial, un consolador....En fin, no sigo porque va a parecer que hay más productos que chinos.
- ¿ Y todos esos productos que has mencionado proceden de aquí?.Muchos vendrán de Japón, ¿ no es así?.
- ¡ Seguro!, pero no te he dicho que vaya a vender esos que te he comentado. Han sido los primeros que se me han venido  la cabeza. Lo que hay que hacer es ir allí y conocer de arriba abajo que se puede vender  y que comprar.
- ¿ Y te vas a ir a China?. Lo dije con cierto sarcasmo, ya que mi padre no pisa un país extranjero donde haya menos de un noventa por ciento de locales con aire acondicionado.
- ¿ Yo a China?, ¡ni loco!. Voy a mandar a tres jóvenes con ganas de comerse el mundo...
- ...Y que no pregunten cuanto ganas, a los que les dirás que su sueldo es envidiable y que a su edad tienen que conocer mundo.¡ Como si lo viera!.
- ¡Vas aprendiendo hijo!.
- ¿ Me puedo bañar?, interrumpió Lucía.
- ¡ Pues claro que sí!, dijo mi madre.
     Allí estaba la maldita frescura de esta niña, recordándome que esa aparente madurez con la que yo hablaba a mi padre no era nada para ella. Seguí conversando, pero ya mi atención  estaba absorbida por el chapoteo egoísta de sus brazos en el agua. Le hablé en su día de ateísmo, pero me hubiera encantado que se hubiera puesto a hablar de Dios durante la comida, y que le hubiera dicho a mis padres llorando que el despiadado de su hijo, le había obligado a realizar sexo oral, pero su mente era mil veces más libre que la mía. Es fácil hablar del lado dionisíaco de la vida cuando nos corresponde a nosotros el éxtasis del cinismo ante aquellos que pretenden obviar los instintos ; pero cuando nos corresponde observar el infantil goce de quien se entrega al placer de los sentidos, las sensaciones son completamente distintas; y si la máscara que se burla de Apolo, la porta una mujer, y esa mujer es la mujer con la que uno piensa formar una familia, tener hijos y demás convencionalismos, el resultado para el hombre es sencillamente el infierno. Puede que esto cambie algún día , y sería bueno para la salud  psíquica de futura generaciones que los orgasmos de esa estúpidamente predeterminada mujer se reciban con el mismo júbilo que los de un amigo. Pero yo no pertenezco a la primera generación que vivirá la necesaria lobotomía de estas dolorosas ideas.
     Salió de la piscina, y mi madre le acercó una toalla. Mi padre se quedó mirándola , seguramente de manera lasciva. Yo estaba de espaldas , pero habiéndola visto desnuda, tampoco era de extrañar que la  contemplara.
     Acabó la visita, y nos fuimos. Durante el trayecto, comentamos los planes empresariales de mi padre.
#8
Off Tópic / Capítulo 2 " Venganza"
31 de Agosto de 2012, 11:07:51 AM

   Os dejo el capítulo 2, y un enlace con el 1 por si no lo habéis leído. Me gustaría que dejaseir vuestras críticas como haceis con las películas. Gracias por vuestra lectura.




    Capítulo 1 
http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23020.0.html                                                                                                     

                                                                         2

Cuando me levanté Alvaro seguía dormido. Desayuné, aunque eran las dos de la tarde; y me puse a ver la tele. Una hora después Alvaro se levantó, se duchó, y en una bandeja  puso el café y unas tostadas para desayunar en el salón.
-   ¿ Pero que coño te paso anoche?.
-   Se me fue la cabeza. Estaba avergonzado por lo que hice,  y no quería hablar del tema; pero Alvaro pasaba olímpicamente de mí e insistía; y yo solo sabía decirle " se me fue la cabeza". Me insinuó que parecía claro que era por Lucía, pero yo continuaba con la misma frase , hasta que el se hartó; que era lo que yo buscaba porque aquello era más importante para mí que para él.
     Estuve pensando bastante tiempo en mi reacción. La verdad es que era vergüenza lo que sentía. Jamás había reaccionado de esa manera, y además lo que sentía por las chicas era guardado siempre en silencio por mí. No soy de los que les dice a sus amigos me gusta esta o esta otra; y esta vez lo había dejado bastante claro. El problema era no sentirme correspondido , porque si finalmente lograba acostarme con Lucía todo podía ser perdonado, pero si ella no quisiese nada nunca conmigo para mi sería una humillación lo que sucedió. El imbécil de Alvaro no hizo más que contarlo, y tuve que mantener varias conversaciones con otros amigos con la sonrisa en la boca cuando se cachondeaban de mí. Me decían cosas como, "joder, esa tía debe volverte loco", o "no tenía ni idea de que fueses tan celoso". Un completo numerito que me hacía rabiar por dentro a más no poder. Les hubiese partido la cara a todos si no fuera porque eso estuviese tan mal visto, y porque alguno de ellos tenía más posibilidades de partírmela a mí que al revés.

Pasaron unas semanas hasta que volví a verla. Era viernes.  Yo había salido rumbo al lugar donde solíamos beber los de mi pandilla, y en una calle cercana ella me llamó. Después de saludarnos me preguntó:
-          ¿ Quieres venir a casa de una amiga a beber?.
-          Pues no sé...; es que había quedado con unos cuantos para hacer botellón, pero bueno tampoco es una obligación. ¿ Tenemos que comprar las bebidas, o ya las tenéis  y os pago mi parte?.
-          No te preocupes por eso.¡ Venga vamos, es aquí al lado!. Caminamos un poco y ella se paró en un portal, y llamó al telefonillo. Contestó la voz de una chica , y nos abrió. Subimos en el ascensor hasta el sexto piso. Era un pequeño apartamento con un salón en uno de cuyos lados se encontraba una larga encimera donde se alojaba la cocina. Me senté en el sofá, Lucía lo hizo a  mi lado; y Bárbara, que era el nombre de su amiga se quedó sentada en una silla con los brazos apoyados en una mesa redonda donde estaban las bebidas. Bebimos un par de copas antes de que sonara el teléfono. Después de colgar,  Bárbara se acercó a nosotros.
-          ¡Oye que me tengo que ir!, le dijo  Bárbara. La hermana de  mi novia acaba de tener un hijo, y me voy al hospital a verlo.
-          ¿ Y que hacemos nosotros ?, ¿nos vamos?.
-          No, no os preocupeis . Serán solo un par de horas. Os diré lo que vamos a hacer, yo os llamo cuando termine,  si todavía estáis aquí pues vuelvo, y si no pues nos vemos en la calle. Bárbara le dio  la llave del apartamento a Lucía.
-          ¡Menudo dolor que tiene que ser parir un bebé!. Dije en cuanto Bárbara cerró la puerta.
-          Desde luego. No quiero ni pensar en el día que me toque a mí.
-          ¿ Piensas tener hijos?.
-      ¿ Y quien no?
-   Yo tengo más miedo de casarme que de tenerlos.
-          Puedes tenerlos sin casarte, replicó ella.
-          Sí..., sí claro no hace falta una cosa para tener la otra. En ese momento sacó una piedra de  hachís y se lió un porro con una facilidad tremenda. Por supuesto tenía papel de fumar encima y no tuve que ir a comprar como cada vez que yo me quiero hacer uno.
-          ¿César?..., ¿ que fue lo que te pasó la última vez que nos vimos?. Tuvo la poca vergüenza de preguntármelo como si nada. Me quedé muerto.
-          ¡¿Qué?!. No nada es que estaba bastante borracho, olvídalo. Por suerte lo olvidó y no quiso insistir. Entonces se levantó , cogió el mando a distancia y puso la tele. Estaban echando un documental sobre el Anticristo. Sacó de un bolsillo una papelina de cocaína. Dejó caer un poco en la mesa, y preparó un par de rayas. Enrolló un billete y esnifó una, me pasó el billete, y me quedé unos segundos indefenso .  Sentí una fuerte sensación de ridículo. Pensé en que posición exacta debía de tener mi cuerpo para que ella no creyese que era un subnormal reprimido al que  las drogas no le gustan. Quería demostrarle a toda costa que me gustaba drogarme y que consumir era para mí algo valioso, a lo que estaba plenamente acostumbrado. Esa vez no sentía nada machista hacía su persona. Tal vez fuese la ubicación. En el apartamento de Bárbara yo era el invitado y no podía imponer conductas, sino que debía de adaptarme a los valores más progresistas de la humanidad. ¡ Que importante eran las drogas en mi juventud!. No había pensamiento dionisíaco en mí que estuviera alejado de ellas. Tendemos a la creación de mitos, y el héroe de todas mis fantasías era consumidor de drogas de manera innegociable. No había éxtasis de ningún tipo sin drogas. Es cierto que a veces 
construía ideales de conducta basados en una vida sana, practicando deportes , estudiando y prescindiendo de las drogas; pero a pesar de la innegable blancura de estos pensamientos, no eran comparables en cuanto a placer otorgado a los que me brindaban las drogas. Esnifé la raya, y callamos durante unos minutos para escuchar el documental. Puesto que me sentía cercano al superhombre con el hachís y la coca, el tema del documental me sirvió en bandeja otra aproximación a la perfección, el ateísmo.
-Es inútil pensar en lo que no hemos visto ni oído. Lucía me miró con la inocencia del que cree escuchar a un sabio. Quizás ese fuese mi problema. Distinguir continuamente entre lo superior y lo inferior, y necesitar imperiosamente sentirme del lado de lo excelso y elevado; y alejado de la insignificancia. Por eso era fundamental para mí tomar drogas y ser ateo; pero lo peor era que cada vez que me alejaba de ello lo vivía con una tremenda ira. La ira del ganador , del más fuerte. Acabar con el rabo entre las piernas en vida era lo más despreciable que me podía ocurrir. Me refiero a lo espiritual, continué diciendo. Cada vez que pienso en un espíritu o en Dios solo veo una brisa invisible o un inmenso espacio vacío. Solo podemos pensar en lo sensible. Lo demás solo conduce a una innecesaria confusión mental. Pero hablas con un creyente y la fe los ciega. Lo que más  me suele molestar es cuando me dicen que existe porque alguien tuvo que crear el universo, y que es imposible demostrar que no existe. Y es cierto. No se puede demostrar.
- La verdad es que es difícil creer, dijo Lucía.
- Yo creo que pronunciar la palabra Dios debería estar penado con la cárcel. Lucía soltó una carcajada. A la muy hija de puta le encantaba el rollo blasfemo. A mí me encantaba en ese momento porque yo era el protagonista de su risa. Me sentía realmente a gusto. Es verdad continué, no preguntarse que es Dios  ni el alma es el mejor favor que le podemos hacer a nuestro intelecto .Por cierto  ¿estás con aquel tío con el que salías ?.
- No ya no. ¿ Y tu has empezado a salir con alguna chica desde que te vi por última vez?.
-  No. Estaba animado así que le pedí hachís y papel para liarme un porro. Más de una vez los liaba fatal  por ello delante de chicas tenía mucho cuidado en no liarlos pero me sentía seguro allí. Me lo hice y le dí unas caladas .  Perdónenme  la insistencia pero era una maldita maravilla para mí fumar porros. Era mejor que correr por los prados, ir a toda velocidad por la carretera ,tirarte por un tobogán, ver amanecer, descubrir una obra de arte que te llega a lo más hondo, acariciar a un bebé, probar tu comida favorita, jugar un partido de fútbol y mucho más . Por supuesto decir   que era mejor que follar no era posible pero aún así llegaba tan alto en mí el placer que me brindaban los porros que me entraban a veces ganas de estallar de puro júbilo y abrazar a todo el mundo y revolcarme luego por el suelo como un clown despojado por un niño de toda represión. Nos fumamos ese porro ,otro ,y otro; y después una raya de coca , otra , y otra; y por supuesto la divina lluvia dorada del whisky descendió como  una catarata por nuestras gargantas. En fin que para cuando debía volver Bárbara estábamos más pasados que un yogur del siglo XX. Pero Bárbara no apareció. Llamó y nos dijo que estaba allí con su familia y que iba a quedarse un poco más .Fue colgar y decirme Lucía que Barbará   iba a volver más tarde, cuando nos miramos y de manera automática concluimos que la consecuencia inmediata era que podíamos liarnos allí mismo y allí mismo nos liamos. Completamente impresionante. Ella arriba , ella a cuatro patas, yo comiéndole el tal ,ella chupándome el cual, en el suelo , en la cama, en el sofá, en la cocina, cogiéndole las manos, apretándole el pelo, retorciéndole los pezones, pellizcándole el culo, mordiéndole los labios, gimiendo como cochinos, diciéndole cosas, corriéndome en su boca.... En fin , un soberano polvo.
     Así fue como comenzamos a salir. Por supuesto, los primeros meses fueron estupendos. Cuando llevábamos medio año la invité a conocer a mis padres . Era verano . El acostumbrado azulísimo del cielo de Agosto acompañaba el paso firme de mi coche. Durante el verano vivíamos en una casa en las afueras en una zona un tanto rústica. La carretera estaba totalmente descuidada, hasta tal punto que antes de llegar a nuestra casa, un río pasaba tan cerca del nivel que cuando llovía mucho rebosaba, e inundaba el trozo con el que hacía intersección.
-   Algún día va a suceder una desgracia. Le dije a Lucía. No te puedes imaginar la fuerza con que  baja el río cuando llueve y pasa por encima de la carretera.
Aparcamos el coche frente a  la entrada. Al lado de una reja que conducía a un garaje  se encontraba el telefonillo. De la reja a la casa unos pocos metros. La casa con tres habitaciones, salón, cocina, y cuarto de baño. Y detrás el espacio suficiente para albergar la piscina que habíamos construido el verano anterior. Toqué el telefonillo. Mi padre lo cogió , al mismo tiempo que descorrió la cortina de la cocina. Nos veía perfectamente pero a mi padre le gusta más un dialogo que a un tonto un lápiz.
-   ¿ Quién es?.
-   ¿Quién voy a ser  papá?. ¡ No me estás viendo, por el amor de Dios!.
-   Nuestros ojos no ven el cambio de nuestro cuerpo porque solo contemplan el mundo, pero los ojos de los que nos rodean confusos y perplejos asisten a la erosión de la piel. Te pareces a mi hijo ,así que creo que voy a correr el riesgo de abrirte. Lucía soltó una carcajada. Mi padre era así, y me preguntaba antes de la visita que reacción causaría en Lucía,  y la reacción parecía que era buena. pero  mis cavilaciones no eran por la intrascendente vergüenza que algunos hijos sienten por sus padres. Mis pensamientos versaban sobre algo más profundo y serio.
•   Nuestros ojos no ven el cambio de nuestro cuerpo porque solo contemplan el mundo, pero los ojos de los que nos rodean confusos y perplejos asisten a la erosión de la piel. ¡Te pareces a mi hijo !,así que creo que voy a correr el riesgo de abrirte. Lucía soltó una carcajada. Mi padre era así, y me preguntaba antes de la visita que reacción causaría en Lucía,  y la reacción parecía que era buena.



       








#9
Off Tópic / Capítulo 1 " Venganza"
29 de Agosto de 2012, 03:44:19 AM
   Come dije en otro tema voy  a publicar un nuevo relato, que se llama venganza. El próximo lo publicaré en 3 o 4 días. Gracias por vuestra lectura y espero que os guste.



                                                                           1


      La vi por primera vez en un bar. Ella estaba tomando unas tapas con un par de amigos, mientras yo solo a su lado bebía una cerveza. Una mujer sola con dos hombres siempre me ha resultado inquietante y osado. Uno de sus amigos, al cual yo conocía ,se giró hacía  mí y nos presentó. Ese fin de semana me volví a encontrar con ella en una discoteca. Esta vez estaba con una amiga de la cual yo sabía que era bastante fácil. A las primeras de cambio me preguntó si salía con alguna chica. Yo  le dije que no; pero esta nueva naturalidad con que se mostraba unida a la promiscuidad de su compañera, volvió a ponerme nervioso. Me invitó a bailar y me sentí suelto y dueño de mi cuerpo en la pista de baile. Su amiga ya se había ido con un chico, y yo no paraba de pensar en que aquella noche acabáramos los dos en la cama. Al salir de la disco, nos fuimos a tomar un bocata en un establecimiento cercano. Después la acompañé a su casa. Vivía con dos estudiantes; un  chico y otra chica ; acumulando más tensión esta noticia ; ya que jamás se me han dado bien las mujeres que se revuelcan con tranquilidad en un lodazal dionisíaco. Pero quería seguir con aquello, porque me atraía inevitablemente.  Me invitó a subir, y vimos amanecer en su salón entre charlas sobre música alternativa y consumo de drogas. Ella fumaba bastantes porros al cabo de la semana. Muchos más que yo. Debí haberme alejado pero toda nueva noticia sobre su vida era otra vuelta de tuerca en mi atracción por ella. A las nueve de la mañana llegó su compañero de piso con una borrachera de espanto. Sin saludar se metió en su habitación, y no salió de allí al menos durante la media hora más que estuve con ella. Nos despedimos y me fui. Arreglamos una medio cita para el fin de semana siguiente. Posteriormente en mi piso de estudiantes con Álvaro ,mi compañero, estuve hablando  de ella.
-   ¿ Lucía Ramirez ?. Sí claro que la conozco. Estudia Empresariales. Es una golfa de cuidado. Yo he estado a punto de tirármela un par de veces pero creo que la borrachera no me dejaba ni proponérselo, ni acercar mi boca a la suya. ¿ Te gusta?.
-   No,no... dije defensivamente.
-   Tampoco pasa nada César, si es así. No está mal, y sobre todo hace lo que no hacen muchas a esta edad. A Julián Silva le hizo una mamada en el  baño de una fiesta.
Esa mamada me puso un poco celoso. Me la imaginaba con el pene de ese tío  , al que yo conocía pero que se convirtió de pronto en un enemigo por haber introducido su miembro en su boca. Me entraron ganas de comer , y propuse a Álvaro asar unas sardinas. Fuimos a la cocina  y yo  me ofrecí  voluntario para prepararlas.   Coloqué una sartén a fuego lento con un poco de aceite y esperé a que se calentara.
-   ¿ Te la quieres follar?. Álvaro tenía un número mayor de conquistas sexuales que yo, y no me atrevía a sincerarme con él. Pasó a formar parte de pronto, por la posibilidad de haber follado con Lucía, de un grupo de malas personas alejadas de la decencia. Estos pensamientos no podía despojarlos de mi mente. Yo luchaba contra ellos. Mi educación había sido muy conservadora, y me parecía de una justicia total ,que las mujeres tuviesen el mismo derecho a la lujuria que los hombres; pero me dolía cuando esa mujer a la que yo otorgaba tantas virtudes  genéricamente, pasaba a ser alguien con nombre y apellidos a quien yo conociera. Y era esto lo que pasaba con ella.
Cuando el aceite estuvo a punto solté sobre él las sardinas.
-   ¡Son fresquísimas!. Apunté.
-   Si tu lo dices , seguro que lo son. Yo entendía bastante de pescado, ya que mi madre me había aleccionado sobre como distinguir el pescado fresco.  Al poco estuvieron hechas, y las serví en el plato. Las comimos con un poco de vino. Y mientras miraba las sardinas recién asadas; una ligera alegría inundaba mi cuerpo. Eran unos seres francamente apolíneos. No hacían mamadas, ni fumaban porros como lo  hacía Lucía. Su carne se separaba de la espina con suma facilidad; y una sensación que uno reconoce porque siempre le acompaña a uno desde pequeño inundó todo mi cuerpo. Era un placer semejante al rostro amable y servicial de mi madre cuando era niño. Era amor y no odio lo que yo sentía comiendo aquellas sardinas. Hasta estuvieron a punto mis ojos de derramar alguna lágrima. Las mujeres deberían de ser observadas como observamos la comida. Pero en el sexo  somos depredadores del cuerpo que nos acompaña; y lo queremos todo de él. Y es este egoísmo lo que trae tanta amargura.
-   ¡Riquísimas!. Dijo Álvaro al acabar.
Yo me quedé fregando los platos después de la comida, y puesto que las sardinas habían tornado placenteros mis últimos minutos, pensé en ella; y en que quizás yo pudiera ser el último hombre de su vida. Porque proyectaba sobre una posible relación la candidez y ternura con que mi madre me había educado; y en como unas sardinas te muestran el camino hacía la felicidad. Al terminar  de fregar los platos fui hacía el salón de mi piso compartido, y allí se encontraba Alvaro fumándose un  porro.
-   ¿ Quieres?. Me preguntó.
-   Sí, pásame unas caladas.
-   ¿ Oye?, ¿ como le va a María?. María era mi ex. Su personalidad era completamente distinta de la de Lucía. No tomaba drogas y jamás tuvo fama de chica fácil. En mis encuentros con ella procuraba que mis palabras fuesen lo más poéticas posibles; y lo lograba con bastante frecuencia. Recuerdo una noche en la playa con ella ,donde acariciándola le hablaba de la luna, las estrellas y la blancura de su piel. Lo cierto es que jamás hice el amor con ella. Más por culpa mía que por impedimento de su libertad; pero ella, a la que le costaba decirme claramente que quería sexo, dejaba que yo viviese esa ilusión que tanto me agradaba, según la cual el sexo es algo sucio, y que nuestro amor debía estar por encima. Nunca hablábamos abiertamente de ello; pero pululaba en el aire como la arena que levantaba la brisa aquella noche en la playa.
-   Pues está en Sevilla acabando la carrera.
-   Todavía no me creo que no te la follaras.
-   Pues es cierto. En mis palabras procuraba por todos los medios que tácitamente se dedujera que era ella y no yo quien se negaba a follar. De hecho, jamás pensé en follar con María. La palabra follar me deprimía a más no poder.
-   ¿ Es una estrecha, no?. Álvaro preguntaba con la ironía de los que se sienten superiores a su interlocutor; y no había nada incorrecto en ello. El no tenía porque dejar que los pensamientos de un ingenuo alcanzasen el grado de veracidad que pretenden.
-   Sí. Lo dije levantando el mentón, y dejando claro que ella no era como las demás; porque tanta ingenuidad y bondad  en mis pensamientos sobre María, escondían una terrible ira si la realidad les hacía frente en alguna forma. Era francamente atroz pensar en María como en una chica que no fuese virgen.  Aunque también era verdad que el paso de los años me alejaba cada vez más de esos pensamientos adolescentes tan arraigados en mi personalidad.
-   Pues Lucía de estrecha tiene poco. De hecho yo espero follármela algún día. Por unos instantes me quedé mirándole como esperando una disculpa; pero  no había nada por  lo que disculparse . El me miró con la boca entreabierta, y a punto de soltar una atronadora carcajada. Entrar en esa batalla sería perjudicial para mí, y por eso cambié de tema.
-   Tenemos que ir a comprar comida.
-   La nevera esta con telarañas, tío.
Hicimos la lista de la compra y fuimos en su coche a comprar.

La medio cita con Lucía consistía en que hiciéramos botellón entre unos pocos. Ella apareció con un chico, y yo con Álvaro. Compramos whisky y Coca Cola y nos fuimos a un banco de un parque a beber. Estuve muy nervioso durante el botellón. Mis palabras
se surtían un poco de la magia que tuvieron aquella noche en la playa con María , pero sin ser muy cursis. Jamás inicié una proposición para hacernos un porro, por miedo a no estar a la altura de las circunstancias; pero si que fumé de los que se hicieron los otros. A la hora Álvaro y el que venía con Lucía fueron a mear; y yo pude quedarme por unos minutos a solas con ella.
-    ¡ Estoy con Javi!. Me dijo. Javi era el que la acompañaba. Me quedé un poco cortado.
-   ¡Ah, me parece perfecto!. Esta primera reacción de indiferencia fue completamente natural. Procedía del hecho de que todavía no la hubiera besado, ya que mientras no hemos hecho nuestra a una mujer; los imperativos éticos que obligan a manifestar la igualdad de sexos , se muestran fuertes.
-   ¿ Tu sigues igual de soltero?.
-   Sí , si. Completamente soltero.  ¿ Estas ya borracha?.
-   Un poco, pero todavía quedan un par de whiskys en la botella. ¡Hazte un porro, anda!.
Me dispuse  a prepararme un canuto, pero no tenía papel. La verdad es que nunca llevaba encima papel para liarlos; y cuando ella sacó uno y me lo dio; me sentí completamente inferior. Cuando terminé de liarlo aparecieron Álvaro  y Javi. Acabamos con las dos botellas de whisky y nos fuimos en el coche de Álvaro a una discoteca en las afueras. Por el camino Lucía dijo:
-   ¡Que ganas tengo de mear, por Dios!. Para el coche que no aguanto más.
Se bajó del coche y se puso detrás para que  no la viéramos; pero el sonido de su orín contra el asfalto se escuchaba con gran intensidad ya que estábamos en plena carretera. A los dos les parecía muy graciosa la situación, pero a mí la verdad me incomodaba bastante. Durante el tiempo que duró, y el trayecto a la disco pensé seriamente en no  intentar nada en el futuro; pero sin embargo aquella espontaneidad me había calado hondo, y finalmente  no hizo más que acrecentar el deseo de hacerla mía. En la discoteca besaba de vez en cuando a Javi en la boca. Yo disimulaba lo mejor que podía mi enfado,  ya que lo cierto era que tenía unas ganas tremendas de cogerla , y hacer algo con ella. No sé si pegarle o besarle, pero no aguantaba más aquello. Así que tiré con todas mis fuerzas el vaso al suelo, y dije.
-   ¡Me voy!. Los tres se quedaron pasmados y confusos.
-   ¿ Pero que te pasa César?. Me preguntó Álvaro cogiéndome del antebrazo.
-   ¡Nada!, ¡ me voy en taxi!. Salí casi corriendo de la discoteca, pillé un taxi, y me fui a mi casa. Allí me bebí media botella que no acabamos hace poco, y sentía que mi mandíbula tenía unas ganas horrorosas de morder algo. Sobreexcitado me fui a la cama y logré dormir al poco tiempo de estar tumbado.
#10
Off Tópic / Publicar un nuevo relato
27 de Agosto de 2012, 06:44:06 AM
    Hola a todos, hace un par de años publiqué en este foro un par de relatos, " El gafe" y " El color del sofá", y algunos foreros los leyeron. Los nuevos y los que no los leísteis no sabréis a que me refiero, pero el caso es que voy a publicar otro de nuevo que se llama " Venganza", y que ocupa unos 25 folios por una cara, y que publicaré por capítulos. Cada capítulo abrirá un tema nuevo. Serán 4, 5 o 6. Espero que os guste.
#11
Web y Foro / Contactar con admin
10 de Diciembre de 2010, 08:47:01 PM
  Hola, ya he publicado algunos mensajes en este foro, pero no recuerdo bien como ponerme en contacto con los administradores, para pedirles permiso para publicar un tema que lleva a otra web que no tiene nada que ver con el cine, pero no me gusta hacerlo sin permiso.¿ Me podéis   decir el mail de contacto? gracias.
#12
Off Tópic / "La apuesta" capítulo 2
11 de Marzo de 2010, 05:28:28 PM
  Aquí os dejo el capítulo 2 de 6 y el enlace con el primero.


Capítulo 1    http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,14870.0.html




                                                                                      2


Antes de entrar en el portal de su casa Carlos escuchó la voz de su entrenador de fútbol. Se dió la vuelta y éste venía andando hacía él.
-   ¿ Donde estabas?, tu madre me ha dicho que deberías haber llegado hace una hora.
-   Tomando algo con un compañero.
-   Pues he venido a tu casa porque hace dos semanas que te estoy llamando al móvil pero sin éxito.
-   Es que he cambiado de número porque llevaba un par de meses sin recargar.
-   " Quién pierde el número pierde el rumbo", ¡ese será un refrán dentro de poco¡. ¡ Bueno!, jugamos la semana que viene un amistoso contra el Bar
El Boquerón.
-   ¡Esos son buenos!.
-   ¡Y nosotros también joder!. Además este año  van a jugar con nosotros tres o cuatro figuras, ya les conoceras.
-   ¿ Con calidad ?.
-   ¡ Con calidad y sin barriga!.
         Carlos esbozó una sincera sonrisa mientras su entrenador le cogía del cuello con las dos  manos acercando su frente hasta unirla a la de Carlos y diciendo:
-   ¡ Campeones, niño!, ¡ este año campeones!.
-   ¡ Ojalá!, nunca lo he sido y me encantaría.
-   ¡ Ya lo verás!, ¡ Bueno!, ¡ dame tu nuevo número!.
-   650458726.
El entrenador anotó el número en su móvil y luego se despidió de Carlos, el cual entró en el portal y luego en el ascensor, le dió  al cinco, y durante el trayecto sus pensamientos se ocuparon de su situación económica provocándole el estupor propio de aquellas ocasiones en que no sabemos que hacer. Entró en su casa. Su madre estaba viendo la televisión, se sentó en el sofa a su lado, y le alargó 120 euros,  mientras el silencio parecía gritar la insuficiencia de ese dinero.
-   ¡Pronto traeré mas mamá!,  dijo Carlos con cierta desolación y vergüenza.
-   ¡ No te preocupes, hijo!,  replicó su madre con la resignación propia de ellas.
   Cenó rápido, y entró en su cuarto. Estuvo navegando por Internet un par de horas, realizó un par de apuestas y entró en un foro antes de dormir.
       El viernes de la semana siguiente un día antes del partido le llamó María, y quedaron en un pub cercano a la casa de Carlos a las once de la noche.
        Al entrar en el bar la vio  sentada en una mesa con un vestido negro y fumando un cigarrillo, la saludó, le preguntó que quería tomar, y se acercó a la barra en busca de un par de whiskies con cola.
-   Pensaba que la próxima vez que te vería sería besando a algún tío mientras me miras.
-   ¡Eres un retorcido!, los hombres pensáis que las mujeres somos todas una putas.
-   ¡Y sois todas unas putas!.
-   ¡ Ya, ya!. ¿ Y no podría ser al contrario?, ¡ claro!, esa estampa es mas propia de una mujer, ¿no?.
-   ¡Cierto!.
-   ¡Bueno!, no pienso seguirte el rollo.¿Como te va el trabajo?.
-   De pena. Gano poquísimo. ¿ Y tu ,renovaste en la gestoría?.
-   Sí, seis meses mas.  Me voy comprar un coche , ¿sabes?.
-   ¡Ah, si!, ¿cuál?.
-   Pues siempre he querido tener un Austin Mini.
-   ¡ Me encantan los Minis!, ¡ son como juguetes!.
-    Si me dan el crédito, en un par de meses, igual te llevo a dar una vuelta.
-   ¿ Nos veremos en un par de meses?
La evidencia de su alejamiento tornó un poco amarga la conversación.
-   La verdad es que ya no estamos como antes, afirmó María.
-   ¿ No te da pena?, a prácticamente todo el mundo la pasión inicial se le enfría, ¡ preguntas!, y te lo afirman categóricamente, ¡ lees novelas realistas!, ¡igual!, y las excepciones , excepciones son.
      Siguieron  hablando sobre  su relación y bebiendo mas whisky. A las tres horas estaban  bastante borrachos los dos, y hacía ya tiempo que se habían cogido de la mano de vez en cuando. Así que se fueron a un hotel, y estuvieron haciendo el amor casi hasta el amanecer. Por la mañana Carlos se levantó con un mal cuerpo espantoso, se duchó, y después de vestirse se sentó en la cama observando a María dormida. La miraba con un profundo cariño, sabiendo cuanto la quería a pesar de que tenían poco futuro. Pensaba en que aquel cuerpo en breve sería acariciado por otras manos, pensaba incluso en la penetración; pero esos pensamientos, contenido propio de los celos, no perturbaban sus sentimientos lo mas mínimo sino que  constituían unas sensaciones placenteras, dulces y altruistas. No quiso despertarla porque llevaría dos horas durmiendo. La noche de hotel incluía desayuno, y se bebió cuatro zumos de naranjas, además de comer un par de tostadas. Ya en su casa estaba preparando la mochila cuando entró su madre en  su habitación.
-   ¿Qué horas son estas de venir?.
-   ¿Qué?, la irrupción de  su madre le pilló por sorpresa, ¡ ah, bueno!, es que ayer me quedé en casa de un amigo a dormir.
-   ¡ Claro!, ¡ y a tu madre que le den morcilla, ¿verdad?!. Si tu madre está preocupada por si te ha pasado algo , ¡ a ti te da igual!, si tu madre cree que estas en algún hospital, ¡ a ti te da igual!.
-   ¡ Que exagerada eres!, sabes que alguna que otra vez no vengo a dormir.
-   Y siempre lo paso mal. Si sabes que me preocupo, me adviertes de que no vas a venir.
-   Pero es que al principio no pensaba quedarme a dormir, fue al final, vimos un par de películas, y la segunda acabo a las dos, así que me dijo mi amigo que me quedara .
-   ¡ Pues me envías un mensaje al móvil!, a las dos estaba con los ojos como platos en la cama pensando en ti.
-   ¡Bueno!, ¡perdona!, te juro que la próxima vez te envio un mensaje, ¿Vale?.
Su madre pareció calmarse un poco, aunque añadió:
-   ¡ Yo no tengo porque sufrir , Carlos!.
-   ¡ Perdoname!, en serio, ¡perdoname!.
Acabó de  preparar la mochila, le dio un beso a su madre  y salió.
Cuando llegó al campo de fútbol, varios de sus compañeros estaban
            sentados  en las gradas.
-   ¡ Hombre!, la figura del equipo acaba de aparecer, dijo recibiéndole uno de ellos.
Los saludó y se sentó.
-   ¡ Estos del Boquerón son  buenos¡, dijo Carlos.
-   Tampoco te creas tu que son nada del otro mundo.
-   Pues el año pasado quedaron terceros.
-   ¡ Suerte ,Carlos!.
-   Pero suerte de qué, si el año...
-   ¡ Suerte, Carlos!, le cortó su compañero alzando la voz cómicamente.
-   ¡ Vete al carajo, anda!.
          El compañero rodeó a Carlos por el cuello, y simuló darle puñetazos mientras decía:
-   ¡ Que me vaya al carajo, hijo de puta!.
En ese momento llegó al grupo el entrenador y Carlos fue soltado.
-   ¡Hola!, ¿Cómo estáis?, saludó el entrenador. Hoy van a faltar unos cuantos que están fuera veraneando, pero tenemos unos trece, cuatro de ellos nuevos, tres no han llegado todavía, y el cuarto es Felipe que es  este chaval que viene conmigo. Saludó Felipe a sus nuevos compañeros y viceversa.
Allí sentados conversando esperaron la  llegada del resto de sus compañeros, el equipo contrario y el árbitro. El partido fue bastante interesante porque ganaron por 3 a 2 en el último minuto. Al acabar mientras se estaban vistiendo después de la ducha, entró en el vestuario, Juan Urrutia, entrenador del Algeciras Club de Fútbol, el cual había estado viendo el partido, y quería saludar a Carlos, al que conocía desde hace años porque fue su entrenador en el colegio.
-   ¡ Carlos!.
-   ¡ Juan!, ¿ que tal ?, ¿ como estás?. ¿ Has visto el partido?.
-   Sí, ha estado bien, y has jugado de escándalo.
-   Me ha salido un buen partido, he de reconocerlo. ¿ Quieres tomarte algo?.
-   ¡ Vale!, termina de vestirte, yo te espero en el bar.
Carlos fue al bar del campo, pidieron un par de cervezas, y se pusieron
           de pie  detrás de  una gran ventana mirando al exterior.
-   ¿ Sabes que el otro día soñé contigo?.
-   ¡ Ah, sí!, ¿ fue muy erótico?.
-   ¡ No digas tonterías!, estuve analizando el sueño y tengo que proponerte algo.
-   ¿ Qué?.
-   Amañar un partido, dijo Carlos con evidente humor.
-   Sí claro, eso esta hecho, solo tengo que hablar  con mis jugadores, decirles que renuncien a tres puntos, y después del partido llegas tú con traje, gafas oscuras y un maletín. Ahora con los billetes de 500 cabe un montón de dinero,  dijo Juan Urrutia acompañando su disparatado hilo.
-   ¡ Pues es sólo eso!. ¡ Oye!, ¿tenéis un equipazo este año?.
-   Impresionante. Solo nos vale subir. Se han gastado un dinero curioso este año.
-   Hubo un reportaje en Onda Algeciras hace una semana y estuve viendo a los jugadores, ese chaval de Cartagena parecía buenísimo.
-   ¿ Antoñito?, tiene un futuro tremendo, si lo hace bién en un par de años igual está en Primera..
Hubo un pequeño silencio mientras bebían .
-   ¿ Seguro que no quieres amañar un partido?.
-   ¡Déjalo!, ¿ y como lo harías?,¿ con las apuestas de Internet?.
-   ¡Exacto!.
-     ¡ Déjalo!, y además haría falta mucho dinero, y tu no lo tienes. Juan Urrutia se percató  de que ahondar era estar de acuerdo, lo que le causó gran sorpresa a pesar  de que sabía de lo imposible del plan .En ese momento se escuchó una voz atronadora a espaldas de ambos.
-   ¡ Y el hijo de puta éste!. En la barra del bar había un señor de unos cincuenta años completamente encolerizado mirando el periódico que empezó a hablar con otro que estaba a su lado. ¡Este cabrón debería de estar en la cárcel de tanto crimen como ha cometido!, pero claro da dinero para el fútbol y construye lo que le sale de los huevos.
-   Está toda España igual.
Juan y Carlos se miraron con los ojos abiertos como si hubieran recibido una inesperada noticia. El señor del periódico hablaba, no hacía falta mirar las páginas , de  Miguel García, el presidente del Algeciras Club de Fútbol, que además era conocido por ser un especulador inmobiliario con métodos bastante alejados de la legalidad. En el rostro de ambos podía leerse que ya habían encontrado quien financiara la operación, sus pensamientos parecían contener tal posibilidad sin poder oponer la resistencia que les dictaba su sentido común. Pero a pesar de los matices reales que estaba adquiriendo la idea, en el fondo era el loco sueño de quien ha visto muchas películas donde para entretener al espectador, el guionista maneja la acción a su antojo provocando una apariencia de normalidad a lo que no ocurre en la vida de las personas.
-   ¡ Quítatelo de la cabeza Carlos!. Sentenció Juan Urrutia.
     
#13
Off Tópic / "La apuesta" Capítulo 1
06 de Marzo de 2010, 11:22:49 AM
  Aquí tenéis un nuevo relato. Consta de seis capítulos.




                                                                              1


            Carlos García Martín soñó el 15 de Julio de 2006 que se hallaba sentado en un banco de la Plaza Alta, detrás del cual había una pared a cuyo final se encaramaban dos bailarinas vestidas de azul, cayendo la segunda de ellas al suelo fracturándose una pierna. La atención pasó al blanco del hueso y al rojo de la sangre, y finalmente apareció por allí un médico millonario que diagnosticó su estado con un término inglés.
Su afición al psicoanálisis le llevó a intentar interpretarlo, y concluyó que Zinedine Zidane a quien hacía poco un periodista deportivo había comparado con un bailarín era el causante de la aparición de dos seres humanos bajo esa forma. El azul de sus vestidos se debía al color de la camiseta de Italia y Francia, que habían disputado hace poco la final del Mundial de Alemania, bajo la profunda sospecha de participación en apuestas ilegales de varios jugadores transalpinos. El sueño indicaba a Carlos la posibilidad de participar él en una apuesta ilegal, mediante el blanco y el rojo, del hueso y la carne, colores ambos de la camiseta del equipo de su ciudad, a cuyo entrenador conocía, y que vio por última vez desde el banco donde estaba sentado en el sueño. Por último, el sueño también ponía a su disposición el dinero para llevar a cabo tal acción, ya que un mes atrás había hablado a un primo suyo arquitecto y adinerado de una apuestas llamadas surebets , en las que se ganaba siempre debido a la falta de acuerdo entre las distintas casas de apuestas sobre las posibilidades de los equipos enfrentados, y así, ese término inglés cuya traducción es apuesta segura, le proporcionaría un dinero tan seguro como seguro sería el que ganaría participando en una apuesta fraudulenta .Por lo tanto el contenido latente del sueño alentaba a Carlos a organizar una apuesta.
Aun en la cama casi estalla de la risa por los disparatados deseos desvelados por el sueño. Se levantó, y fue hacía el baño, pero estaba su madre dentro, por lo que se dirigió a la terraza desde donde observó los coches, la gente bien vestida típica del centro, el asfalto, los carteles de las tiendas, y las impecables fachadas; elementos que retrotraían el pensamiento de Carlos hasta los grandes logros de la humanidad, y a sus ganas por ganar dinero. Escuchó el ruido de la puerta al abrirse y se dirigió al baño. Se aseó, desayunó, y salió a la calle.
Carlos trabajaba en una inmobiliaria a comisión, carecía de sueldo fijo y de cotización a la Seguridad Social. Tampoco tenía titulo universitario, pues durante su época de estudios había estado mas pendiente de emborracharse y drogarse con sus amigos que de estudiar, y así el fallecimiento de su padre hacía dos años le había pillado con apenas cuatro asignaturas aprobadas. Para colmo no tenía ni carnet de conducir, ni vehículo propio, por lo que no podía optar a ciertos trabajos comerciales conocidos por anuncios donde había sueldo.Le quedaba la opción de ser camarero o peón de albañil, pero cierta altanería, mas achacable a las características propias de las clases medias que a la falta de virtud personal, provocaba la huida de estos trabajos. Se maldecía por no haber estudiado, pero en la juventud las consecuencias de la falta de previsión nos corrigen poco, a pesar de que las veamos como en un teatro con el telón permanentemente levantado en las generaciones anteriores.
Llegó a la inmobiliaria, saludó a sus compañeros, y se sentó en una de las mesas habilitadas para los comerciales. Tenía un pedido de una profesora, y pensaba dedicarle tiempo porque las profesoras son inquilinas muy deseadas, mas incluso que los profesores por ser mas cuidadosas ellas que ellos. Buscó en el archivo y encontró un apartamento libre, llamó y al descolgar sonó una voz masculina.
- ¿ Diga?
- ¡ Hola!, le llamo de la inmobiliaria La Bahía por un apartamento que según mis datos está libre.
- Sí, en principio sí. ¿ Para quien sería?. Te lo pregunto porque el año pasado metí a un estudiante, me rompió un cristal, y además con las juergas que montaba no dejaban dormir a la vecina.
- Pues sería para una profesora. Tiene muy buena pinta.
- ¡Buena pinta tienen todos!. ¡Olvídalo!. La mensualidad sería de 400 euros, esta muy bien equipado, y tiene la comunidad incluida. El agua y la luz son aparte. Y otra cosa, no podría entrar hasta septiembre porque en verano es para mí.
- ¡No se preocupe!, ella lo quiere para septiembre, si busca ahora es para evitar problemas mas tarde. Entonces le llamo, y si ella está de acuerdo le vuelvo a llamar a usted y concertamos una cita.
- ¡ De acuerdo!.
- ¡ Muy bien ¡, ¡hasta luego!.
- ¡ Hasta luego!.
Yolanda, nombre de la profesora, estaba interesada en ver el apartamento por lo que Carlos quedó con el propietario en que los recogería en la puerta del Parque María Cristina, ya que ella tampoco tenía coche. Carlos llegó cinco minutos antes para evitar cualquier queja y que la gestión se produjese. Llegó puntual, y mientras esperaban, Carlos no podía dejar de fantasear con Yolanda, que era bastante atractiva. Le pasaba con todas sus clientas, continuamente pensaba en un encuentro sexual en los pisos que enseñaba, especialmente cuando enseñaba el dormitorio principal. Algunas incluso le impresionaban bastante, y se imaginaba novio de ellas, pues la buena educación nos hace comportarnos en sociedad mostrando virtudes puramente teatrales como la simpatía, y escondiendo nuestros seguros defectos. Por eso a veces quedaba prendado entre sonrisas y buenas maneras.
El propietario se presentó con un poco de retraso. Subieron los dos, y presentó a ambos. Por el camino iban hablando del apartamento con la inevitable inercia hacía sus propios intereses, y durante los instantes donde parecía haber poco acuerdo entre las partes Carlos sentía apagarse todo su ánimo. Aparcaron, y anduvieron unos doscientos metros hasta la puerta del apartamento. Al abrir la puerta, el propietario dejó ver un sofá, un par de sillones y una mesa dispuestos en forma de u sobre un mueble con un televisor. Detrás del salón y en la misma habitación había una barra, con dos bancos por un lado, y la cocina por el otro.
- Como podéis ver esta bien equipado. Tiene lavavajillas, y vitrocerámica , además entra mucha luz, y el suelo es de mármol. Al ver que no había ningún comentario, se dirigió hacía la derecha para enseñar el baño, y el dormitorio, lugar donde se produjo un largo diálogo entre ambos para acordar un precio, ya que Yolanda quería una rebaja. Durante la negociación Carlos esperaba angustiosamente un exitoso final. Afortunadamente el propietario cedió, y acordaron que 350 euros sería el precio.
A las ocho y media de la tarde salían de la inmobiliaria con el contrato firmado y habiendo pagado la mitad de una mensualidad cada uno.
Un compañero de trabajo le preguntó directamente.
- ¿ Cuanto?.
- 210 euros. Pero así no se puede trabajar, el mes pasado no hice nada. Necesito algo seguro todos los meses.
- Yo estoy igual, este mes en blanco. Por lo menos cogí 700 de una venta el mes pasado.
Se hizo un silencio lleno de resignación, cortado por su compañero Andrés,
- ¡ Oye ¡, ¿ vas a jugar a fútbol esta temporada?.Los dos jugaban a fútbol en una liga local amateur, aunque en equipos distintos.
- ¡ Sí!, ¡ a ver si gano este año!.Llevo diez años jugando, y lo máximo ha sido un tercer puesto hace cinco.
- Yo una vez quede segundo, pero tampoco lo he ganado nunca.
- ¡ Hay nivel!, apuntilló Carlos.
- Sí que lo hay. De hecho hay alguno que otro que si no fuera por las mujeres y el alcohol podría estar ganándose la vida jugando.
- ¡ Ya lo creo!. ¿ Conoces a Jorge Ramirez?, uno alto, con rizos rubios, que jugaba de delantero centro en mi equipo.
- Se quién es pero no lo conozco personalmente.
- Ese chaval se pillaba unas cogorzas de espanto, una vez lo ví frente a la Policía Local de rodillas, con los pantalones bajados y gritando "cabrones", ¡ no veas como corría cuando salieron!.
- ¡ Ja, ja!. En mi equipo había hace años uno que era un auténtico mago con el balón, pero todos los viernes y sábados sin excepción, ¡de verdad !, ¡ sin excepción! , acababa completamente borracho, unas veces lo veías tirado en el suelo, otras durmiendo en las discotecas, ¡ siempre!, ¡en serio!,¡siempre!.
En ese momento entró por la puerta el jefe, saludo a ellos y a su secretaria, y entró en su despacho dejando la puerta abierta. Carlos golpeó dos veces antes de recibir permiso.
- ¡Ismael!, hoy he hecho un alquiler.
- ¿Sí?, ¡perfecto!.
Dejó sobre la mesa 140 euros, Tenía un acuerdo con su jefe según el cual se quedaba con el 60% si pagaba sus llamadas. Su jefe cogió el dinero y tuvo una pequeña conversación sobre gestión inmobiliaria, luego salió del despacho, y preguntó a Andrés si quería tomar algo, Andrés asintió y se encaminaron hacía un bar cercano, se sentaron y pidieron un par de cervezas.
- ¿ Oye sigues apostando por Internet?, preguntó Andrés después de haberse bebido la mitad de la cerveza del primer sorbo.
- Sí.
- ¿ Y que tal?.
- ¡Muy bien!, gano poco, unos treinta euros al mes, pero me divierto mucho. Seguramente si no ganase seguiría jugando porque es muy entretenido.
- ¿ Y apuestas de esa forma que me comentaste?.
- Sí.
- ¿ Y como era exactamente que no la recuerdo?.
- Pues consiste en apostar mas cuando pierdes y menos cuando ganas porque si apuestas siempre lo mismo la casa de apuestas termina ganándote. Imagínate que apostamos diez veces un euro a una cuota 1.5, recuerda que la cuota es el número que multiplicamos por la cantidad apostada si acertamos, por ejemplo si apostamos 1 ganamos 1.5.Si apostamos diez veces ganaremos seis y perderemos cuatro, por lo que tendremos 3 euros ganados de las seis veces que ganamos menos los cuatro euros de las veces que perdemos. Total , un euro de pérdida.
- ¿ Y como sabes tu que ganaremos seis y perderemos cuatro?.
- Porque he comprobado muchas veces que las cuotas 1.5 se corresponden con un porcentaje del 60%, y lo he comprobado en cincuenta o sesenta apuestas, no en unas pocas. Por eso para ganar necesitaríamos que nos pagasen los aciertos que tienen una frecuencia de un 60% a una cuota mayor.
- ¡ Y aquí es donde entra en juego tu forma¡.
- Sí, porque si aumentas cuando pierdes, y disminuyes cuando ganas al final acabas teniendo mas dinero apostado cuando has ganado que cuando has perdido, y así nivelas, incluso superas a la casa de apuestas.
- Es como apostar en la ruleta a rojo o negro, apostando 1,2,4..., y así hasta que ganes.
- Igual, pero con otra cuota.
- ¡Pero se te puede acabar el dinero!.
- ¡Ese es el gran peligro!. Por eso no hay que obsesionarse con recuperar todo lo perdido en una sola apuesta, sino que si tienes una mala racha, hay que tener la paciencia necesaria para ir recuperando poco a poco lo perdido. En el ejemplo de la ruleta se puede apostar tres en vez de cuatro si pierdes dos veces seguidas para recuperar lo perdido pero sin obtener beneficios.
- ¡ Invítame a otra cerveza!.
Llamaron al camarero, y les trajo otro par.
- Pues igual me animo a apostar Carlos, además me dijiste que había una página donde nos daban dinero de regalo a los dos si tu me recomendabas ¿no?.
- Sí, cuando estés decidido me lo dices, y te digo lo que tienes que hacer.
- Por cierto Carlos, y esa chavala que venía a buscarte, ¿ como se llamaba?, ¡ María!, ¿ ya no estás con ella?.
- Estamos de coletazos.
- ¿ Coletazos?.
- ¿ Has visto los peces golpeando el suelo con la cola antes de morir?, ¡ pues eso!, nos vemos de vez en cuando pero tarde o temprano se acabará.
- Eso es muy típico, ¡estamos!, ¡ ya no estamos!,¡volvemos a estar!..., hasta que se acaba.
- ¡Pues era muy guapa¡, ¡lástima que no os vaya bien!.
Siguieron conversando un poco, tomaron una tercera cerveza, y habiéndose hecho de noche se despidieron y fueron cada uno para su casa.
#14
Off Tópic / Re: "El color del sofá" Ultimo capítulo
04 de Marzo de 2010, 01:18:24 PM
Cita de: Amármol en 04 de Marzo de 2010, 12:43:22 PM
para cuando el siguiente?
prometo ser tan critico o mas...


  Pues hoy , mañana o el sábado como mucho. Por cierto hay algo que creo que tb me perjudica y es no decir a los lectores cuanto dura el relato, por eso cuando por ejemplo en los dos relatos alguien lee el tercer capítulo sin saber que es el penúltimo, puede pasar lo que comentáis por ejemplo de que esperéis una revolución que debe durar bastante, y si de pronto sin saberlo os plantan el fin pues parece que el relato está cortado; pero si sabéis en el tercero que queda poco para el final entonces no imaginaréis  ninguna posible acción que se dilate.
En fin estoy decidiendo si el próximo es de seis o siete capítulos. Es un poco más largo pero tampoco mucho.
#15
Off Tópic / Re: "El color del sofá" Ultimo capítulo
04 de Marzo de 2010, 12:39:05 PM
  Yo creo tenéis razón y lo que dice black es absolutamente cierto . Al final me precipito porque estoy pensando en acabar. Es pereza , no otra cosa, y el resultado se nota. Espero pulir un poco esto en el futuro.