La peli me gustó. Me pareció muy original. Pero lo que más me gustó es cómo Ken Loach (sí, parece mentira) recoge el rugido de un campo de fútbol y lo lleva a las salas de cine. El grito, la pasión, la victoria, el estupor, los nervios, esa emoción incontenida, miles de almas gritanto gracias a un movimiento efímero, de segundos, rápido, inteligente, lleno de fuerza y, lo que es más grande, nacido de un hombre, no de un Dios. Dijo un...