Creo que he visto otra película. A una realización mala a la par que pobrísima, se une un guión absolutamente inverosimil. Dos colegas de trabajo abandonan al pardillo en una celda para que gracias a su "dureza" y a sus dotes de supervivencia se convierta en uno de los presos más peligrosos de las cárceles españolas. ¡Increíble! Pero no tanto, al fin y al cabo todos los seguidores de este nuevo líder, ¡integrantes del módulo de máxima seguridad!, son naufragos deseosos de encontrar a alguien con ciertas dotes de ortografía, y ahí es donde crece nuestro heroe, que gracias a las nuevas tecnologías: walkie-talkie, TV y móvil, se desenvuelve por el módulo como Mata-hari, hasta que, tocada la familia, decide rebelarse contra el sistema, inexistente gracias al la interpretación de una panda de chaquetillas aún menos creíble que la pandilla basurilla del módulo de máxima seguridad. En fin, ni pies ni cabeza, una ojeada a los grandes clásicos del cine, no sólo carcelarios, sino sólo del cine nos ayudaría a poner las cosas en el sitio que les corresponde: 0 de 0.