El principio de El autor es desastroso y despreciable. Un individuo hablando en inglés enseña en España nociones de literatura basándose en un documental en inglés. ¿No habría sido más normal que tanto el documental como la conferencia se hubieran desarrollado en español? La secuencia resulta rebuscada, artificiosa y nos da a entender que, en materia de cultura, nuestra referencia deben ser los anglosajones. De hecho, se ve al protagonista en distintas ocasiones con libros de Hemingway, Lewis Carroll... y ningún autor español. Este enfoque no pasa inadvertido y produce un efecto de rechazo porque insulta a la inteligencia.

Por lo demás, la película resulta sorprendente y entretenida. Nota negativa: los diálogos y la interpretación de María León son bastante deficientes.