Promesas en París
(Les promesses)
(https://www.elseptimoarte.net/carteles/promesas_en_paris_92724.jpg) (https://www.elseptimoarte.net/peliculas/les-promesses-24596.html)
SINOPSIS: Tras toda una trayectoria como alcaldesa de una ciudad cerca de París, Clémence (Isabelle Huppert) afronta su mayor reto hasta el momento: Presentarse como Ministra.
CRÍTICA: Guiñote o muerte'Promesas en París' gira en torno al ejercicio del poder. En torno a la alcaldesa de una ciudad cerca de París que afronta su mayor reto hasta el momento: Presentarse como Ministra. Ella es Isabelle Huppert, una actriz de sobrada solvencia que aporta su credibilidad a una persona que en apariencia es la que manda, si bien en realidad está a merced de otros factores y/o personas sobre los que no tienen ningún tipo de control.
Una persona que, en contra de quien se supone que es, o de quien se supone que cree que es, llegado el momento, será capaz de... oh, mentir. Sin mala fe y de manera hasta cierto punto, comprensible. Como haría cualquier otro para evitar una batalla que sospechamos que vamos a perder. Pero díselo tú a quien se convierta en el error de un médico que había hecho antes esa misma operación un millón de veces sin incidente alguno.
(https://www.elseptimoarte.net/imagenes/noticias/650/117908.jpeg)
'Promesas en París' es una estimable radiografía de lo que es el poder. Un poder que rara vez es ilimitado, por no decir que nunca lo es: Siempre hay que rendir cuentas ante algo, o ante alguien. O ante las circunstancias. Ya sea en un sistema privado o público. Las normas están en principio para todos, y por desgracia, a menudo no son las más oportunas para lograr aquello para lo que se presupone que fueron concebidas.
Y entre medias de ese complicado y complejo equilibrio se maneja 'Promesas en París', una película que a pesar de presentarse y comportarse como un retrato honesto y veraz no puede dejar de ser, también, una película. Una película que remueve el avispero durante hora y media con elegancia, finura y educación, pero que en última instancia no se atreve o prefiere no enfrentarse a las consecuencias de sus buenas intenciones.
Esto es, todos tenemos conciencia aunque el mundo sea una mierda capitalista y burócrata en donde lo importante son las apariencias, no tanto la realidad. Ya se sabe: No es lo que hay, es lo que vendas y/o lo que alguien te compre.
Que 'Promesas en París' no se nos clave en la conciencia es un reflejo de lo que hay. De un sistema que engloba lo bueno y lo malo bajo la indiferencia acostumbrada. Es el mercado, amigo. Y así seguiremos tragando mierda hasta que todo reviente. O no. Mientras tanto la rueda seguirá girando y personajes como el de Isabelle Huppert, con o sin conciencia, seguirán siendo unos peleles. Como tú o como yo. Aunque mucho mejor pagados.
Nota:
6.75