Primero: protagoniza Laura Linney. O sea que ya la vi con buenos ojos (a pesar del bodrio que le tocó en El Exorcismo de Emily Rose).
Es la historia de una familia que comienza a desintegrarse a partir del divorcio de los padres, y de cómo afecta eso a los dos hijos.
La historia es de lo más remanida, pero la película logra evadir todos los lugares comunes y construirse a partir de los detalles de una manera que la deja tan bien parada y que logra que se vuelva tan sólida, que termina siendo una pequeña joyita.
Insisto en el detalle: hay una atención tan especial al detalle, a una frase, a una palabra, a una acción en apariencia insignificante (o que es interrumpida a la mitad)... todo en orden de esbozar lo que será de cada uno de los personajes sin mostrar mucho, pero sí DEFINIENDO mucho.
Un guión de lo más sólido y actuaciones brillantes hacen de esta pelicula una verdadera hermosura.