Líbranos del mal
(Deliver Us From Evil)
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SINOPSIS: El sargento Ralph Sarchie, del cuerpo de policía de Nueva York, ha sido testigo de toda clase de maldades en las despiadadas calles del sur del Bronx. Pero cuando le envían a investigar un singular incidente, los acontecimientos que se irán sucediendo pondrán a prueba las creencias y la forma de pensar del pragmático Sarchie.
CRÍTICA: InfernoJerry Bruckheimer juega a ser Jason Blum. Eso parece. Después de que a la larga su asociación con Disney le haya hecho perder el brillo de finales de los 90, el productor que junto a su socio, el malogrado Don Simpson, definiera el concepto de blockbuster prueba suerte con el terror, género al que se acerca de la misma manera que suele hacer con cualquier género: con vocación de blockbuster y un exceso de parafernalia que, a la larga y visto en un conjunto de dos horas de duración, como su asociación laboral con Disney, provoca la pérdida de brillo de una irregular sesión de espiritismo pirotécnico que no acaba de poseer ni al espectador ni a sí mismo.
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Jerry Bruckheimer juega a ser Jason Blum, pero a su manera, a lo grande. Blum, para quien no le sitúe, es el padrino del cine de terror low cost. El éxito de 'Paranormal Activity' fue el comienzo de una brillante carrera asentada por filmes como 'Insidious', 'The Purge' o 'Sinister', un modelo de producción que, apoyado en imaginativas campañas de promoción, garantiza beneficios prácticamente en cualquier circunstancia sin limitarse al condescendiente fan del medio ni al inframundo de los festivales, allí a donde el género parece cada vez más condenado en países como España donde los trabajos de patriotas americanos tan mediáticos y retwitteados como Ti West, Eli Roth o Adam Wingard dependen de cuantas velas se le pongan a San Judas Tadeo para llegar dignamente.
La incursión de Bruckheimer en el cine de terror es equivalente a su incursión en el mundo del western con 'El llanero solitario', en la misma proporción y con la misma irreverencia genérica. Cine de terror de cara a la taquilla, efectista y muy pagado de sí mismo, que camina pisando fuerte para que se oigan sus pasos desde la calle. No hay humildad, y si mucho orgullo en este híbrido entre lo policíaco y lo demoníaco, una combinación de géneros que al guionista y director Scott Derrickson ya le salió bien en la lograda 'El exorcismo de Emily Rose'. No obstante, y al igual que al propio Derrickson le pasó en la no tan lograda 'Ultimátum a la Tierra', un exceso de confianza y/o de servidumbre comercial en los momentos más inoportunos le impiden convertir al espectador a su fe, aceptando barco como animal acuático más por interés y pragmatismo.
Esto es, 'Libranos del mal' presenta ideas, cierto estilo y mucha voluntad, si bien solo funciona a ratos, abusa de clichés y al conjunto le falta remate, permitiendo demasiadas fugas y contradicciones dentro de una atmósfera que se dispersa a lo largo de sus dos horas de metraje, algo ante lo que su astucia industrial y buena ornamentación técnica se acaban por mostrar impotentes (como ocurre en su pobre clímax). Sin aportar nada realmente relevante ni tampoco ninguna imagen poderosa a incluir en la hemeroteca, dentro de su espectro se deja ver resultando aceptablemente satisfactoria y que, como el grueso de las producciones de Bruckheimer es ante todo entretenida, incluso llegado el caso resultona... si como suele pasar con el cine de clara vocación comercial, tenemos a bien no investigar las notas a pie de página de una historia demasiado manufacturada.
Nota:
6.25Lo Mejor:
- Al igual que ocurría en 'Sinister' con Ethan Hawke, la presencia de un verdadero actor (y no un modelo) como Eric Bana al frente del reparto, algo que destaca particularmente en (casi) todas las escenas que comparte con Edgar Ramirez.
- La capacidad de Derrickson para agitar la historia, por más que no siempre se siga con el mismo interés
Lo Peor:
- ¿En serio el personaje de Olivia Munn era necesario?
- Demasiados clichés, incluyendo el que conduce y/o representa su poco logrado clímax