El autocine cumple 75 años

Iniciado por ojosverdes, 06 de Junio de 2008, 08:52:08 AM

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 2 Visitantes están viendo este tema.

ojosverdes

 "El 6 de junio de 1933, Richard Hollingshead inauguró el primero en Camden (Nueva Jersey). Los 600 espectadores que acudieron entonces pagaron 25 céntimos por entrar con su coche y otros tantos por persona para poder visionar bajo las estrellas una comedia británica llamada Wives Beware. El anuncio que ideó para atraer a la audiencia era: "Toda la familia es bienvenida, sin importar lo ruidosos que sean los niños".

De un plumazo, Hollingshead había borrado la preocupación de los padres de no poder llevar a sus bebés al cine por miedo a que interrumpieran la proyección y además se ahorraban el contratar a una niñera mientras salían a tomar algo. La idea original se le ocurrió como respuesta a un problema familiar, puesto que su madre era demasiado oronda como para caber en los asientos de una sala de cine.

"Así que decidió subirla a un coche, colocar un proyector de 1928 en la capota y atar dos sábanas a los árboles de su jardín", relató Jim Kopp, de la Asociación de Propietarios de Autocines de EE UU, a la Institución Smithsonian.

Novedades
Siguió experimentando durante algunos años hasta conseguir el sistema de rampas necesario para que los coches pudieran aparcar a diferentes alturas y no impidieran la visibilidad al resto de espectadores. Patentó el concepto en mayo de 1933, abrió las puertas de su propio autocine al mes siguiente (le costó 60.000 dólares y tenía espacio para 400 coches) y llevó tan sólo unos meses para que Orefield (Pensilvania) y Los Ángeles (California) tomaran el relevo.

La verdadera eclosión del invento llegó en la siguiente década, con la instalación de altavoces dentro de los vehículos, toda una ventaja en comparación con el único altavoz que había cuando el autocine echó a andar. Posteriormente fueron sustituidos por la emisión a través de una emisora de radio que se podía sintonizar desde el interior del coche.

De 4.000 autocines a 400

Parte indispensable de la psique del país, en 1958, en pleno "baby-boom", llegó a haber más de 4.000 de estas instalaciones en todo el territorio, aunque se concentraron sobre todo en las áreas rurales. Hoy, tras dos décadas de claro declive, vuelven a resurgir como pieza nostálgica, aunque ya enfocada casi exclusivamente a la familia y en un número reducido a alrededor de los 400.

Ya lo decía el vecino canadiense Bryan Adams en Summer of '69, una de sus canciones más populares: "Pasaba las tardes en el autocine y allí es donde te conocí", antes de exclamar: "Aquellos fueron los mejores días de mi vida"." (Fuente EFE: 20 minutos)


En España tamibén han existido (y seguro que aún queda alguno) , aunque yo recuerdo con más cariño el cine de verano, con la silla de tu casa (que en la siguiente sesión ibas ampliando con un cojín), en esa plaza.... (donde vivo se sigue haciendo pero en el parque municipal ... )

Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido. (Los Puentes de Madison)
  •  

ZesT

Muy curioso ojosverdes, gracias por este trocito de historia
  •  

~ΣDU~

Estos autocines siempre me han recordado a 'Grease' (por el momentazo Travolta)  :alegre :alegre :alegre

Pero no sé, yo no lo veo muy cómodo ver una peli desde el coche :pregunta, aunque eso sí, nostálgicos son :bueno

:adios


  •  

jescri

A mí si me gusta, me hubiese encantado ver alguna vez una peli así   :alegre
  •  

Jason

#4













Actriz: Dices...que también se ha comido a Patrick?
Actor: A todos..., se los ha comido a todos..
Actriz: ..también.. a Erika?
Homer: "Que se los ha comido a todos, estúpida!!"


  •  

Mina Harker

En un pueblo cercano a donde vivo hay uno al cual tuve la oportunidad de ir hace dos años. Recuerdo que vi "Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto" y "Devuélveme Mi Suerte". Como experiencia para probar una vez no está mal, es diferente y tiene sus pequeñas ventajas, pero las desventajas tienen más peso. Al ser pleno verano, llevamos nuestra mesa, nuestras sillas, nuestra cena, etc. con la intención de disfrutarla al aire libre, pero no se escuchaba un carajo y acabamos viéndola asados dentro del coche y oyéndola por la radio. Un rollo, vamos. Fue curioso, pero dudo que repita.


  •