Y después?...no hay nada después.

[Dalai]

Cartas al director en La Nueva España hoy
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1814_74_575175__CartasalDirector-Real-Oviedo

Es curioso pero, desde hace un tiempo, cada vez que alguien me pregunta de qué equipo soy y contesto que del Real Oviedo parece que tengo que justificarme. Unos se ríen, otros se asombran, pero los que más me desconciertan son los que a continuación me preguntan: ¿y después de quién? Éstos suelen ser los que yo llamo aficionados de chigre. Sí, esos que no pisan un estadio en su vida pero se creen siempre los más letrados en materia futbolística. Son esos que no se pierden un partido por televisión, y qué casualidad, son del Madrid o del Barcelona, por eso su pregunta ¿y después de quién?
Bueno, pues después de nadie, porque para mí no hay más que un equipo y además está el hecho de que no soporto a ninguno de esos equipos. Podría dar muchas razones, pero me voy a quedar con ésta: la prepotencia y soberbia que comparten los dos.
Yo no sé si es debido a sus títulos (sí, vale, tienen muchos), o a todo ese poder mediático que les apoya constantemente: periódicos, televisiones, radios; pero el hecho es que la mayoría de sus directivos, jugadores y aficionados suelen tener un comportamiento un poco despectivo hacia los equipos (mal llamados) pequeños; comportamiento imitado por árbitros, comités y Federación, que no dudan en castigar siempre con sus decisiones a los mismos, satisfaciendo siempre a estos dos clubes.
Podría recordarles a estos aficionados: indultos a estadios (nunca se ha cerrado ninguno de sus campos), suspensiones cautelares, retiradas de tarjetas, etcétera.
Pero me voy a centrar en contestarles por qué soy, y lo más importante, por qué sigo siendo del Real Oviedo; pues muy sencillo: porque forma parte de mi infancia, que es la verdadera patria, ya desde muy pequeñito mi padre (gran aficionado al Oviedo) me llevaba al vetusto Buenavista (así llamaban los viejos aficionados al tristemente derribado Carlos Tartiere). Eran los últimos años de la década de los setenta y principio de los ochenta, unos años no muy buenos futbolísticamente, pero llenos de recuerdos: el olor a farias, la sintonía atronadora de Anís de la Asturiana, las broncas de mi tío Luis, mi padre y sus amigos con jugadores y árbitros, la bolsa de patatas fritas Felisa al descanso, la Pixarra con sus paraguas, el fútbol visto desde la balaustrada, los últimos zambombazos de Tensi, la clase de Galán, etcétera.
No puedo ni quiero desprenderme de esos recuerdos porque ellos son los que hacen que siga acudiendo al Carlos Tartiere con la misma ilusión de antes y aunque para mucha gente este hecho les parezca increíble (sí, estamos en Tercera, ¿y que?, además no tengo por costumbre abandonar y menos en los malos momentos; ahí es cuando se demuestra la valía de las personas). A mí me resulta más difícil entender cómo se puede ser de un equipo de fútbol que está a más de novecientos kilómetros. Lo curioso es que la inmensa mayoría de sus aficionados no han estado nunca en esos estadios, no han sido ni socios, ni abonados y supongo que cuando alguien se hace simpatizante de un equipo madrileño o catalán lo fácil es hacerse de los ganadores y no del Getafe o del Nàstic.
Me imagino que se debe a que resulta más fácil arrimarse al triunfo que a la derrota, nadie quiere identificarse con los perdedores, pero desde luego no los hace ser mejores que yo. Y luego explicarles por qué creo yo que el Real Oviedo es el equipo más grande, por lo menos de los que conozco. Encuentren una entidad que sea capaz de soportar la cantidad de desgracias que le han pasado a este club en los últimos años y no desaparecer.
La muerte de dos futbolistas en activo (Peter Dubovsky y Armando Barbón), el descender en seis años cuatro veces (en 2003, dos categorías seguidas), la suspensión de pagos, el conflicto con el Alcalde (creación ACF), que conlleva la división de la afición, siete presidentes (algunos nefastos, como J. García, Pantoja y Pintado) y ocho o nueve entrenadores (uno pierde la cuenta; en un solo año cuatro: Marigil, Vicente, Miguel, Rivas), desaparición del filial y todos los equipos «B» de El Requexón, denuncias de jugadores, fugas de los mejores jugadores de la cantera, juicios cada poco (contra jugadores, equipos, representantes, empresas, hasta con la UEFA), intervenciones judiciales, trifulcas políticas, disputas por ser el máximo accionista (Celso, E. Prieto, Lafuente, J. García, Alberto, el Paloma) y un largo compendio de miserias, las cuales ya no voy a seguir relatando porque me canso de tanta porquería y, además, son de sobra conocidas. A veces pienso ¡qué habremos hecho los oviedistas para merecer tanto castigo!, y si nos lo merecemos, porque parece que en esta ciudad (a la que adoro tanto como a su equipo) no valoramos nada hasta que lo destruimos (los Pilares, el Fontán, el Vasco, el Naranco, etcétera).
Para terminar, no quisiera pasar la oportunidad de recordadles a los aficionados del equipo del barrio de pescadores que el club de fútbol asturiano que primero subió a Primera División, más años estuvo en ella (treinta y ocho) y el último en bajar es el Real Oviedo (ya veremos quién es el siguiente). ¡Hala, Oviedo! ¡Volveremos!

Marcos García Álvarez,
accionista y socio n.º 1.240 del Real Oviedo
Oviedo

[gicu]

Dalai, te has cambiado el nick y nº de socio ¡¡¡¡   

[Dalai]

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no, yo soy el 1.898, y vivo con la socio 1.290

[gicu]

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joer ya y tpk te llamas Marcos ¡¡¡   

[bosspeter]

Qué grande...

Mi hijo de 17 años me acompañó al viejo Tartiere desde que tenia 3 o 4. Lo tiene tan inculcado en los genes que, aun hoy en 3ª, va a todos los partidos. Incluso fue a la presentación de Cervero y algún otro, Me emociona ver cómo conoce a todos los jugadores y su trayectoria, tal como si fueran Messi o Robinho.

Ese sentimiento es lo más grande, lo que hace al Real Oviedo uno de los más grandes del mundo. La afición que luchó contra todos los contratiempos (como se dice en esa carta), que fue a quitar nieve para poder jugar un partido, que se ocupaba de limpiar las gradas cuando el Ayuntamiento le retiró todas las ayudas y hasta le cortó el agua, que siempre acudieron al campo aun cuando retiraron los buses al estadio, que soportaron las persecución de los policias municipales, grua en ristre, todo ello como medida de presión para hundirlo y hacerlo desaparecer. Contra todo eso y más, ha resistido...

No hay un club que transite por los barrizales y las cloacas del fútbol como lo hace el Real Oviedo y su afición. Ya quisieran esos "grandes· tener tanto orgullo y dignidad. Ya quisieran tener una afición como ésta. Mi mayor orgullo es decir, ahora y siempre,...YO SOY DEL REAL OVIEDO.

SALUDOS

[jescri]

No estoy de acuerdo con que tengas que justificarte por ser del Oviedo Dalai, eso faltaba...