Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films

Iniciado por Wanchope, 13 de Marzo de 2015, 09:21:45 PM

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Wanchope

Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films
(Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films)


SINOPSIS:
En los años 80 nació una productora que hizo temblar los cimientos de la industria cinematográfica hollywoodiense.


CRÍTICA: Shut Up and Take my Money!

La vida puede ser algo tan sencillo como lo que sigue (a continuación): 'Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films' es un documental recomendable tanto para el amante del cine que reconozca la existencia de Cannon Films, como para el que no la ubique en cualesquiera sea el plano de existencia en el que diga encontrarse. A poder ser rodeado de buena compañía e indicado principalmente en el caso de haber conocido y/o sentir predilección por los inimitables años 80, se trata de una de esas películas en dónde cualquier cuestión de estilo pasa a ser algo irrelevante llegado el caso. O como diría Fry... Shut Up and Take my Money!


Dentro de lo complicado que puede resultar a veces valorar técnicamente un documental para el grueso de los mortales -me incluyo, va-, los que son de la especie de 'Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films' lo pueden ser aún más. Porque uno intuye, sospecha, teme, o simplemente da por sentado una vez lo piensa (un poco) que todo, mayormente, se fía a lo interesante que pueda ser para nosotros el tema que trate, siendo irrelevante la manera en la se nos cuenta al menos en un alto porcentaje de casos, aquellos en los que no exista una evidentísima pirueta narrativa que destaque como excepción. Más claramente, si el tema nos interesa cualquier apaño medio decente que no chirríe... nos vale.

Partiendo de esta base cualquiera que lea estas palabras debería sentirse OBLIGADO a ver 'Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films' en algún momento. Porque cualquiera que tenga interés en el mundo del cine encontrará en sus bien apañados 100 minutos de metraje argumentos de sobra como para esgrimir la consiguiente sonrisa postcoital de satisfacción; a poder ser, lo dicho, visto en buena compañía para así poder reírle las gracias a Mark Hartley abiertamente y en voz alta. Porque al igual que el grueso de la producción de la propia Cannon la ambición de este documental se reduce a entretener, que Menahem Golam y Yoram Globus ya se encargan del resto.

¿Quiénes? Cinefilia sin complejos, descaro y dos grandes cerebros emprendedores. Esos eran Golam y Globus, dos primos israelitas cuya influencia en la historia del cine podemos equipararla a la de los hermanos Weinstein. En serio. Y si no que se lo pregunten a los programadores de Paramount Channel. Golam y Globus fueron los impulsores de la Cannon Films, la gran Cannon Films para los criados en una década prodigiosa en la que su esplendor hizo temblar los cimientos de la industria. Y 'Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films' es un vistazo amable y distendido, pretendidamente relajado y nada malicioso a las entrañas de dicha compañía. Va por ustedes, y va por todos nosotros.

Por eso es tan llamativo que Globus y Golam -que en paz descanse- no quisieran participar en la elaboración de este documental... o quizá no tanto: Ambos declinaron la oferta para, en virtud de su propio orgullo, producir su versión de los hechos bajo el nombre de 'The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films', una obra más formal y centrada en sus respectivas personas. Dos obras diferentes pero complementarias de cara a una sesión doble épica... que todo llegará. De momento vayan disfrutando de 'Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films', una obra que con sus pros y sus contras reduce todo a una cuestión la mar de sencilla: Shut Up and Take my Money!

Nota: 7.0


Lo Mejor:
- El buen rollo que desprende

Lo Peor:
- Nada relevante
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Michael Myers

GOLAN Y GLOBUS ERAN UNOS DEMENTES, PERO ERAN NUESTROS DEMENTES

Menahem Golan y Yoram Globus son dos nombres a los que hay que querer y odiar a partes iguales. Por una parte, han provisto de horas y horas de entretenimiento cuando el espectador requería algo nada excesivamente profundo, sino un simple divertimento; por otro lado, merecían haber sido detenidos por la policía del cine (o de Filmaffinity, que también me vale) por crímenes contra el arte, el buen gusto y la salud mental.

Los dos israelíes crearon una productora cinematográfica llamada Cannon Films, causante de todas esas cosas, aunque, siendo totalmente honesto, no todas fueron malas. Ahí tenemos por ejemplo 'El tren del infierno', un filme excelso con uno de los finales que más me han hecho llorar o 'Yo, el halcón', un filme de argumento algo tonto con buen corazón y un Sylvester Stallone que aupaba la cosa. Claro que no siempre fueron días de vino y rosas para Golan y Globus y este documental sirve de legado para ello.

Gente como Franco Zeffirelli (DEP), Robert Forster (DEP), una Catherine Mary Stewart que no pasan los años por ella, Sybil Danning (un completo mujerón en los años 80), Elliot Gould más otros artistas y ejecutivos hablan de lo que supuso esta productora para bien y para mal y da una idea para las nuevas generaciones que no conocieron los filmes de este sello de lo que hicieron para el mundo del cine.

Un documental este que no se anda con tonterías y que se la suda si aparece gente cagándose en la productora, cosa que transmite mucha espontaneidad en lugar de preferir una estructura cerrada y de tono respetuoso, y que cuenta con un montaje en el que nos irán enseñando no solo a la gente involucrada en tal empresa, sino que se irán mostrando carteles, fotografías y vídeos de las películas de la Cannon de forma que para el final del metraje se podrá hacer una idea general de lo que supuso la Cannon y su legado en el séptimo arte para la gente que no les conociesen.

Un legado que para bien y para mal ya forma parte de la historia del cine. Muchas de sus producciones seguramente no sirvan ni para tomar por culo, pero los que consiguieron entretener o, incluso, hacer buen cine hacen que Cannon Films tenga un pequeño lugar en el corazoncito cinéfilo, ya sea por las mujeres exuberantes, la acción más bestia o esos momentos donde la gente involucrada parecía realmente inspirada.

7
Quizá en esos últimos días, el amó la vida con más intensidad que nunca, no sólo su vida, la de cualquiera, mi vida.
Y lo único que quería eran las mismas respuestas que el resto de nosotros: ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Cuánto tiempo me queda?
(Blade Runner)
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