Hellraiser VIII: Hellworld (2005)

[Michael Myers]

HELLRAISER VIII: HELLWORLD/HELLRAISER: HELLWORLD

SINOPSIS: Los cenobitas se apoderan del ciberespacio. Cuando cinco acérrimos jugadores de un juego de internet son invitados a una fiesta especial organizada por la web HELLWORLD, están a punto de enfrentarse a una noche de terror como creían que solamente podía existir en el ciber espacio. Tras la muerte de uno de ellos en extrañas circunstancias, ocurrida un año atrás, y estrechamente vinculada con el mundo de Hellraiser, los cinco no pueden evitar seguir visitando la web ni acudir a la fiesta organizada por ésta. Una vez en la mansión donde se celebra la fiesta, cada uno de ellos experimentará en solitario diferentes tipos de terror. No parece haber manera de comunicarse entre ellos y todo desemboca irremediablemente en Hellraiser y su mundo.


PINHEAD CONOCE INTERNET

Unos semidesconocidos por esa época Henry Cavill y Katheryn Winnick acompañan a los míticos Lance Henriksen y Doug Bradley (en la que sería su última interpretación como Pinhead) en esta octava parte de una saga que no tenía ningún fin y seguían ordeñando la vaca hasta que no diera más leche; y, como se puede ver, ha dado para dos secuelas más y un remake este mismo año en el que Pinhead es por primera vez una mujer.

En esta ocasión, la veterana franquicia no es indiferente ante el auge de Internet y la red de redes sirve de coartada para originar una nueva aventura donde los protagonistas de turno se las volverán a ver con 'Cara pincho' y sus amigos cenobitas. Esta vez, el contexto será diferente y para peor ya que entra en un terreno vulgar de 'slasher' para adolescentes salidos y desnudos varios que harán las delicias para muchos espectadores (incluyendo servidor), pero es un claro síntoma de que ya da igual todo en lo que a 'Hellraiser' respecta. Es cierto que en secuelas anteriores ha habido desnudos, pero no eran contados con los dedos de una mano y sobraban.

Aún con todo, aquí tenemos una película que parte de un tono vulgar a volverse poco a poco más retorcido y terminando en un giro de guion inesperado que hace que el visionado no caiga del todo en saco roto. Si la cinta se hubiese respetado más a sí misma sin ese aroma a historia cliché de adolescentes con las hormonas revolucionadas y los Cenobitas hubiesen seguido siendo los intermediarios del horror en lugar de ser los autores directos (cosa que resta bastante encanto), quizá esta fuera una octava parte que se podría haber salvado, aunque fuese por los pelos. Todo lo que tenía que ver con Lance Henriksen, un actor que ciertamente pegaba para una saga como esta, y su personaje estaban aupando la película, pero no pueden con todo.

Al menos, tanto Cavill como Winnick consiguieron con los años tener mejor suerte y ahora son rostros muy conocidos en todo el mundo dejando esta participación en los principios de sus respectivas carreras como una curiosidad de las que se rescatan cuando se habla del pasado de actores de renombre.

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