El Lute: Camina o revienta (1987)

[Michael Myers]

EL LUTE: CAMINA O REVIENTA

SINOPSIS: En 1960, una familia nómada de cacharreros, cuya situación económica es muy precaria, recorre Extremadura. La vida tan dura que llevan causa la muerte de la madre. El hijo, Eleuterio Sánchez, 'El Lute', roba unas gallinas y es condenado a seis meses de cárcel. Años después, en 1965, tras el asalto a una joyería de Madrid, en el que muere el vigilante, es juzgado y condenado a muerte. Aunque la pena es conmutada por cadena perpetua, 'El Lute' aprovecha un traslado para fugarse. Desde ese momento, será perseguido por la Guardia Civil.


CAMINA O REVIENTA, HE AHÍ EL QUINQUI DILEMA

Conocía la historia de 'El Lute' de oídas, pero nunca había entrado en profundidad en su biografía hasta que, vía recomendación, me llega la primera aproximación a lo que fue en su día Eleuterio Sánchez. Una figura que no me causa cierta admiración por lo que fue, sino por como llegó a reinventarse hasta ser abogado cuando fue durante años analfabeto.

Vicente Aranda (cuyo filme me ha servido para comenzar su filmografía) tampoco le retrata como un mártir más allá de lo que tuvo que sufrir por mano de las fuerzas del orden, lo que hubiera sido un punto en su contra a mi modo de ver por un excesivo romanticismo, aunque ya algo de eso hay, hacia un delincuente.

La vida de Eleuterio no es desde luego la de una persona que camina por la vida sin hacer ruido y la primera película de las dos que acabarían siendo esta biografía es un testimonio de como el hombre se convirtió en mito de manera convincente y bien ejecutada sin ser nada espectacular. Este es sobre todo cine de actores donde la principal materia prima son ellos y ellas, destacando a Imanol Arias y Victoria Abril como marido y mujer; por otro lado, la cinta le cuesta algo arrancar al tomarse demasiada calma narrando la vida del protagonista en las chabolas, compensándolo el ritmo que coge desde que el filme entra en faena.

Cinematográficamente hablando, el mayor valor es su elenco y la efectiva dirección de Aranda. También merece una mención la conseguida ambientación de las chabolas donde muchos gitanos tenían que subsistir como buenamente podían; no pienso que sea un trabajo para declarar un día de fiesta, no obstante me ha parecido un trabajo encomiable, a la espera de ver que me va a ofrecer la secuela.

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