Dragged Across Concrete

[Michael Myers]

DRAGGED ACROSS CONCRETE

SINOPSIS: Mel Gibson y Vince Vaughn interpretan a una pareja de policías que son suspendidos de empleo y sueldo después de que se filtre a los medios un polémico vídeo protagonizado por ellos, el detonante de que acaben sumergiéndose en el submundo criminal.
Al mismo tiempo, un ex convicto y su amigo de la infancia son presentados a un despiadado jefe de los bajos fondos cuyos insidiosos planes para con ellos les pone en conflicto directo con los personajes de Mel y Vince.


CINE DE LA VIEJA ESCUELA

Estrenada en España, inexplicablemente, por TV, 'Dragged Across Concrete' (algo así como "arrastrados a través del hormigón") supone la nueva colaboración de S. Craig Zahler con Vince Vaughn tras 'Brawl in Cell Block 99' con un invitado de lujo: Mel Gibson.

Digo inexplicablemente porque una cinta con protagonistas como Mel Gibson y Vince Vaughn y un director que parece prometer viendo su trayectoria anterior merecía mejor suerte, aunque soy un ignorante en lo que a distribución cinematográfica se refiere y puede haber cosas que se me escapen. Y, sobre todo, mereció mejor suerte porque es buena, con peros.

S. Craig Zahler firma un guión con un aroma con buen olor a los policíacos de los 70 y 80 (sus créditos finales lo atestiguan) con un Mel Gibson que mantiene el saber hacer que le hizo grande y un Vince Vaughn que muestra que es algo más que un actor de comedias con Owen Wilson, si bien sus casi dos horas y cuarenta minutos se pueden mostrar como algo excesivos para una historia que daría para dos horas escasas.

Aún así, esta cinta queda como una prueba de que S. Craig Zahler es un nombre a tener en cuenta y que a Mel Gibson no le ha afectado esos años de oscuridad que sufrió desde que tuvo un encontronazo por la policía en estado de embriaguez; sigue siendo de lo mejor en lo que a cine estadounidense respecta.

7.5

[Wanchope]

CRÍTICA: Pulp Fiction

S. Craig Zahler lleva tres de tres, a cada cual más y mejor.

Con 'Dragged Across Concrete' el director y guionista norteamericano se reafirma en el estilo pausado, sórdidamente delicado, de paciente espera y atento a los pequeños gestos de sus dos anteriores (e igualmente brillantes) filmes. Como autor de solemne serie B con voz propia y un exquisito manejo de la tensión a través de la (intensa) calma.

Un desarrollo en el que prevalecen las inquietudes de los personajes; los tiempos muertos nunca tan poco muertos; el mimo desencantado por el detalle rara vez fortuito; el pulso firme en la realización y las interpretaciones; o la elaboración de un suspense que se cuece muy lentamente para explotar como un latigazo de virulencia abrumadora.

La comparación con el Quentin Tarantino post 'Pulp Fiction' es obvia, aunque a su manera. A su propia manera y con el mismo entusiasmo pre 'Jackie Brown'. Una brutal relectura del cine de género en la que lo que en otras películas serían las elipsis aquí son el motor y el alma de lo vulgar y cotidiano elevado a la categoría de rasposo arte con pegada.

Nota: 8.25