Cuestión de actitud (Xenia)

Iniciado por Wanchope, 15 de Junio de 2015, 02:03:22 PM

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Wanchope

Cita de: Sacri94
Cuestión de actitud
(Xenia)


SINOPSIS:
Tras la muerte de su madre, Dany y su hermano Odysseas, de 16 y 18 años, emprenden la ruta de Atenas a Tesalónica para buscar a su padre, un hombre griego que nunca han visto. Albaneses por parte de madre, los chicos son extranjeros en su propio país y esperan que su padre los reconozca para obtener la nacionalidad griega. Además, Dany y Ody se hicieron la promesa de participar en un concurso de canto popular que podría cambiar su vida. Este viaje pondrá a prueba la fuerza del vínculo que los une, su lado infantil y el gusto por las canciones italianas.


CRÍTICA: Oikos

Esta película ha tenido dos honores: ser mi primera película griega y mi primer pase de prensa. Admito que tenía un poco de miedo porque no sabía que iba a encontrarme con este cine. ¿Extravagancias? ¿Excesos? ¿Humor griego? Muchas dudas asaltaban mi cabeza hasta que los focos se apagaron y empezó la película (eso si, con 30 minutos de retraso porque la copia estaba mal). En cuanto llevaba cinco minutos ya me di cuenta de que lo que iba a ver no sería nada extraño. Iba a ser algo muy humano, cine social que dicen.


Así fue, pues 'Cuestión de actitud' es una road movie de dos hermanos en busca de su padre biológico y a su vez es un grito en contra de la xenófobia y homofobia que hay en Grecia. Una sorpresa, que durando 90 minutos en lugar de 129 habría sido más redonda, una de esas películas simpáticas que recuerdas alegremente, como 'Pequeña Miss Sunshine' o 'La vida secreta de Walter Mitty'. Desgraciadamente esto no ocurre y aunque el conjunto es más que potable tiene ciertos elementos que le restan enteros, como por ejemplo la ya mencionada excesiva duración o un par de escenas oportunistas acerca de la situación actual de Grecia. Pero no todo se resume a eso.

En primer lugar se nos presenta al protagonista de la cinta, Dany, en una verdadera muestra de intenciones. Es interpretado por un desatado Kostas Nikouli, un homosexual que además está muy orgulloso de serlo y lo personifica en su vestimenta y forma de ser. Es el personaje más interesante de la cinta junto con su hermano Ody el cual es interpretado por un genial Nikos Gelia, totalmente alejado del perfil de Nikouli pero muy acertado en su papel. Ambos son de apariencias distintas pero de (en el fondo) personalidades parecidas. Ver como evoluciona su relación y como se vuelve más fuerte el vínculo entre ellos al mismo tiempo que siguen hacia delante es uno de los pilares del film, y, aunque con sus peros, funciona. A partir de aquí, el resto de personajes son los típicos secundarios de las road movies donde tenemos a algunos simpáticos y otros que no lo son tanto, pero en general todas las interpretaciones cumplen con su cometido, sin desentonar pero tampoco destacando.

Más allá de los protagonistas, que son la piedra angular, tenemos una belleza visual que hace todo más ligero. La bonita fotografía se une con una dirección inspirada para darnos un producto que no es la panacea de lo visual pero si es agradable de visionar. Eso si, al director le fallan un par o tres de cosas, empezando por la falta de credibilidad en algunas escenas (si hay alguien que se crea la pelea que hay en la calle, que diga algo ahora o calle para siempre), prosiguiendo con un indignante uso de la situación actual de Grecia dejándonos dos imágenes que no pintan nada en la película y que parece más un "Mirad como refleja mi cinta lo mal que lo pasa Grecia" que cualquier otra cosa. No, por favor, no tiene sentido. Y por último, le pierde dilatar tanto el metraje. Pero me ha llamado la atención y visionaré sus tres obras anteriores.

Por otro lado tenemos un guión al que le cuesta definir cuales son los objetivos de la película, pero que tiene buenos momentos y diálogos, desde los momentos más humanos pasando por alguno (sorprendentemente) onírico y otros extravagantes, sobre todo uno que roza el ridículo por lo exagerado de la situación, pero que encaja y acaba siendo divertido. Sin duda, el punto más álgido es alcanzado en un clímax que no esperaba en absoluto y que te mantiene enganchado al asiento. No es gracias a la banda sonora, que se repite una y otra vez hasta extenuar al espectador. He llegado a odiar a la cantante italiana e incluso al componente instrumental, que siempre parece ser el mismo.

Sin duda alguna, la banda sonora es un reflejo de la película en si. Es buena y bonita, pero al repetirse en exceso acaba agotando. Y esto es lo que pasa exactamente con 'Cuestión de actitud' ('XENiA' en su título original, se han coronado los traductores): no puedo decir que es mala porque cumple con lo que pretende, que es integrar esa crítica social en una propuesta tan simple como puede ser una película de carretera, pero si puedo decir que el nudo se excede demasiado, dando vueltas sobre lo mismo demasiadas veces.Su presentación, desenlace, dúo protagonista y aspecto visual, la salvan.

Nota: 5.7
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lourdes lulu lou

#1
Crítica:
"¡Oh Danny, tú y tu imaginación!"..., y ésta es lo que más destaca, su insignia, porte y membrete, esa mezcla loca, atropellada y surrealista de fantasía y realidad, dolor y alegría, drama y comedia con el que conviven, al tiempo unísono, esta extrovertida pareja de hermanos que a pesar de los golpes, las circunstancias y el desorden recibidos exhiben un presente espontáneo, suelto, revuelto pero animado, con esa inaudita y destartalada ruta desconocida en todo momento en la cual irán alla donde su convicción, pasos y determinación les lleve aunque, eso sí, siempre juntos y unidos.
Película divergente, peculiar y extraña que trata varios temas sensibles y peliagudos con tranquilidad e insignificancia, como quien no quiere la cosa, como son la asfixiante pobreza, la desestructura familiar, la inventida como grito de soledad, el llanto desesperado de ayuda urgente, la fidelidad de la hermandad, la valentía de la homosexualidad, la incertidumbre del extranjero..., todo ello con un ritmo activo, alegre y fresco, nimiedad muy apetecible donde, sin llanto ni apenas esfuerzo, te dejas envolver por la acogida desgracia que rodea constantemente a nuestros felices errantes, pequeña unidad familiar firme, divertida, abierta que encara sus minutos y tiempo por delante con un delicioso caos y descaro que seduce en su alterada serenidad y olvidada moderación, en un golpe te deja perplejo y trastoca toda tu lógica y aptitud sensata.
"Somos extranjeros en todas partes, pero en todas partes tenemos un hogar", porque éste está donde vayas, donde tus pasos deciden ir o elijan vivir, no lo define tu lugar de nacimiento ni la patria que te vio nacer; y estos medio albaneses/aspirantes a legales griegos, tienen resolución, vitalidad y energía en abundancia, Panos H. Koutras consigue una chispeante pareja protagonista que encandila, sorprende e invita, inesperadamente, a su sana y divertida compañía a pesar del barullo de rompecabezas, la desfachatez no-planificada y el lío montado a cada fotograma, por no hablar de su excesiva duración, pues es "cuestión de actitud" y de esto, el relato y sus personajes van de sobra; desorganización, confusión, insensatez, disparate en el bombo de la tómbola donde, da igual si toca o no toca, siempre irán cogidos de la mano, con esa seguro abrazo y apoyo del hermano que nunca falla.
Necesidad imperiosa de dulce, azúcar y golosinas para cubrir la amargura, acidez y sequedad de una infancia dura a la que sobrevivir, emergente y audaz como ella sola sabe salir adelante, lo único que cabe es hacerse colega de este atrevido investigador de realidades y seres humanos, con pariente sanguineo aspirante a ganador de "La voz", "Tú sí que sabes" o lo que se tercie, que decora con creatividad y clarividencia suprema todo lo que le rodea para hacer borrado urgente cuando se ve acorralado y pasar a nueva meta.
Dispar en su combinación, es su estimulante acoplado antagonismo el que te mantiene expectante al próximo movimiento, con ese vívido compás de escenografía deliciosa donde disfrutar de la magnífica "La bámbola" de Patty Pravo, una bailable coreografía que levanta el ánimo, alimenta el oído y revitaliza el corazón para una pegadiza y reconocible letra..., "tu me fai girar, tu me fai girar como fossi una bambola, poi mi butti giù, poi mi butti giù como fossi una bambola, nonti accorgi quando sono triste e stanca tu solo pensi per te" a la que sólo cabe escuchar, saborear y observar con fervor y placer.
Xenia, amabalidad en griego, no es el mejor adjetivo para definirla, mix de jovialidad, osadía, velocidad y valor no tiene nada establecido, ni definido, ni preparado sólo cargar la mochila con lo básico y lanzarse a la aventura de vivir la vida y no esperar a verlas venir.
Sin sentenciar con contundencia que te ha gustado completamente, tampoco apoyarás con firmeza su contrario, reflexión que te aturde al no poder apoyar ninguna candidatura, por momentos te agrada su travesía, por instantes enormes pierde su cordura y prudencia y tú, simplemente, a contemplar, digerir y tomar conforme llega el próximo disparate o sensatez, según se trate.
Complicado valorar la velada, su presentada recepción y curiosa comida cuando ésta está formada por ingredientes tan opuestos, diferentes y similiares a la vez,  interesante por su artística vena, por su desastroso caminar y aprecio singular el cual se ganan por igual en su calamidad y simpatía, en su desproporción y desafío del peligro, infortunio afrontado con coraje, invención y suerte, mezcla irreverente que forma un espectáculo ameno y entretenido en su mayor parte, la otra, gracias a su gracia y salero, se disimula con esmero.
Sencillamente acepta el revuelto de todo un poco que, en el fondo, ha resultado ser una cóctel explosivo, contundente y eficaz al mantener, al espectador, atento a la pantalla con su vivaz y despierta representación de un modesto relato común; no analices en profundidad, ni desmenuces en detalle, ni pienses con exasperación prolongada, está bien pasar un grato y ligero buen rato, simplemente ¡hazlo!

Nota: 6
lou
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Wanchope

Copio y pego lo que escribí de ella en Gijón:

CitarCon 'Xenia' el realizador griego Panos H. Koutras intenta muchas cosas pero no convence. Tanto el "quién mucho abarca poco aprieta" como el "mucho ruido y pocas nueces" se pueden aplicar a esta excesiva dramedia pasada de rosca. Tanto, que ella misma se encarga de sepultar sus posibles aciertos bajo un caprichoso manto de desconcierto. Lo antipáticos que resultan sus dos protagonistas no ayuda...
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