El Arte de pasar de todo (The Art of Getting By (Homework)) (2011)

Iniciado por Turbolover1984, 24 de Noviembre de 2011, 03:12:07 PM

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Turbolover1984

El Arte de pasar de todo
(The Art of Getting By (Homework))



Sinopsis:

George (Freddie Highmore), un adolescente inteligente pero solitario y escéptico, cambia de actitud cuando entabla amistad con Sally (Emma Roberts), una joven que le gustaba desde hacía tiempo.

Crítica:

Freddie Highmore, el niño de Las crónicas de Spiderwick o Arthur y los Minimoys, ha crecido y está acabando el instituto. Bueno, él no se, al menos si su personaje en esta película que nos ocupa. Con un caracter que para mi gusto navega entre lo interesante y lo pedante, es un joven que pasa por una crisis existencial, que no se interesa por nada dado que cree que la vida es simplemente una ilusión que puede acabar en cualquier momento. Por ello no le importa el instituto y en vez de hacer sus deberes se dedica a dibujar en los libros y cuadernos, la única pasión que parece que tiene aunque simplemente lo hace por pasar el tiempo y no sabe hacia donde dirigirla.

Con un trasfondo familiar donde la madre a penas la ve y no tiene una estrecha relación con su padrastro, a la vez que ve como desaparecen muebles, les cortan la luz, etc.. Amigos tampoco se puede decir que tenga y ahi es cuando entra Emma Roberts y más gente a la que le presentará pero principalmente ella, que supondrá un incentivo para levantarse cada mañana y a la vez como es de esperar, le dará algún que otro dolor de cabeza con un factor de resquemor bastante notable en el film.

La película tiene un aura intelectualoide y de cine independiente con sus excéntricos personaje y su modo de ver la vida, lo que resulta interesante pero tampoco es realmente cautivador ni diferente, dado que al fin y al cabo no difiera mucho de otra película de romance entre adolescentes, con el típico chico enamorado que a priori es ideal para ella, pero ella en principio lo ve como un amigo.

Tiene de trasfondo el tema del arte, mayormente el pintado en cuadros, aunque no profundiza en ello. Para tal efecto recomiendo encarecidamente el sarírico documental del misterioso Banksy: Exit Through the Gift Shop.

En resumen: una simpática película indie sobre el romance en la adolescencia y las dudas trascendentales en una época de cambios que marca el futuro (aunque quizá no tanto como siempre nos venden en el cine americano). Es entretenida, muy ligera (gracias sobretodo a que no llega a 90 minutos) pero facilmente olvidable.

Un 5.3
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Wanchope

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lourdes lulu lou

"La felicidad es algo que debes cuidar", consejo apabullante de una madre a su hijo pero ¿es que acaso puedes tenerla, atraparla o conservarla más allá de su voluntad?, ¿no es tan fugaz, etérea y esquiva que se tiene y pierde por igual?, ¿se siente su presencia como majestuoso sentimiento que te inunda de placer y gravidez, que explosiona en el corazón cual sutil arma poderosa, incesante e incandescente, contra todo mal/su ausencia como letanía soporífera y angosta que hunde y aniquila todo tu ser hasta anular tu persona?
"No tengo nada que decir", la mejor repsuesta que se puede decir de un chaval honesto y sincero, leal y fiel a si mismo que admite "Tengo un problema con la motivación" pues "Si vivimos solos, morimos solor, todo lo demás es una ilusión" ¿qué sentido tiene nada?, ¿para qué esforzarnos?, ¿implicarse en nada?, cuestiones metafísicas que inundan su mente y alteran su bienestar, un levantarse para acostarse y, mientras tanto, no participar en nada, deambular consigo mismo en unidad que ocupa todo el espacio y tiempo.
Su destreza, simpatía y encanto residen en el acierto de la elección del protagonista, un adorable y tierno Freddie Highmore al que, sin duda, cogerías de la mano, con quien, sin pensarlo, te sentarías a charlar y de quien, inevitablemente, te quedarías prendado después de fijarte en él entre la sosa mutitud al descubrir sus anómalos y deliciosos atributos, un placer de compañía que sin contar nada nuevo que no forme parte de la dura tarea de crecer, del riesgo del avance, de la decepción del fracaso, el esplendor del beneficio, de la angustia de la duda, de la firmeza de la decisión lo hace con carisma diligente, brisa fresca y delicadeza de encarar el feroz trauma de la finalidad de esta vida, el pretexto para vestirse cada día, el fundamento para hacer algo más que desfilar, con parsimonia, hasta la llegada de la segura y esperada muerte con gracia, esmero y una dulzura apetente que te permite estar atenta, con más ganas de la admitido, a las palabras y reflexiones de este melancólico de la existencia que despertará de inmediato cuando haya que pagar la hipoteca, tenga que hacer los deberes, quiera graduarse y deba dejarse de bromas pues la vida le golpea con severidad en la mejilla para interrumpir su desidia y que empieza a mover ficha.
"..., me apabulló la tristeza cuando comprendí que cambiaría y todo sería peor, como una nostalgia por el presente que nunca tendría fin", y a pesar de ello, nos embarcamos en esta difícil tarea de andar y hacer camino, aprender y perdonar, suspender y proseguir, mezcolanza de un pasado superado/esperanza de un futuro siempre mejor y, mientras tanto, un presente exiguo que se nos escapa sin darnos cuenta y cuyo potencial, real y factible, es lo único que tenemos; un canto a la vida que empieza con un temor a la misma, un modesto y humilde "Reality Bites" centrado en la etapa anterior, ese dificultoso elegir la ruta cuando no se sabe el destino ni se está seguro de querer llegar a meta, escuela maldita e inolvidable que pretende ser guía y la cual, el artista autodidacta a quien gustan las capas, desprecia y rechaza hasta que la sesión de prueba termina y da paso a la realidad.
Argumento ordinario compuesto por un perspicaz y elocuente guión y un atractivo personaje principal, secundarios agradables y un compás maduro a través de los ojos seductores de un adolescente cautivador, elementos clave de esta pieza exquisita, sugestiva, de visión sencilla, hechizo cordial y recompensa fructífera; un ángel, todavía no mancillado, que conserva su inocencia e inicia su despunte a la adulta existencia, responsabilidad de asumir tus actos y consecuencias, aprecio y consideración que entregas con voluntad, deseo y sin lamento.
La virtud de acertar sin escándalo ni gran revuelo que deja un grato y gustoso recuerdo, comienzo del árbol de su vida, descubrir a quien lleva dentro, decidir el recorrido, sentir la intensidad de cada día, la alegría y tristeza que se intercambian por minutos, libre y atrapado por igual..., sentimientos a flor de piel en una noria emocional difícil de manejar, todo ello con sabias maneras y breves apuntes de elocuencia; atractiva soltura y deliciosa rareza para el ¡arte de vivir!, sin más.
lou
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