El año más violento

Iniciado por reporter, 19 de Marzo de 2015, 10:33:30 PM

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reporter

El año más violento


SINOPSIS: 'El año más violento' es un crudo drama criminal ambientado en Nueva York durante el invierno de 1981, estadísticamente el año más peligroso de la historia de la ciudad. Del aclamado escritor y director de "Margin Call", cuenta la apasionante y desgarradora historia de Abel Morales (Oscar Isaac - "A propósito de Llewyn Davis") quien junto a su maquiavélica esposa Anna (Jessica Chastain - "La Noche Más Oscura"), intenta regentar un negocio honesto en una ciudad asolada por la corrupción y la decadencia. Pero por mucho que él intenta mantenerse firme en sus convicciones morales, todo lo que rodea a su pequeño imperio y su familia se irá desmoronando en una espiral de traición y violencia sin control hasta desembocar en una carrera por la propia supervivencia.

CRÍTICA: El crudo es nuestro

En la calle, hace un frío infernal. Se ve en el cielo, permanentemente encapotado; en la nieve, que ha cuajado y que se acumula a ambos lados del asfalto. Se percibe en los rostros de quienes se ven obligados a abandonar la comodidad del hogar por esa condena atávica consistente en ganarse el pan con el sudor de la frente. Con la sangre, si hace falta, también. La propia o la ajena, según las necesidades del momento. Hoy, tanto a él como a ella les ha tocado salir. Los negocios mandan, y éste no es momento para relajarse. Antes de entrar en materia, una breve mirada al paisaje urbano. Estamos en Nueva York, y el skyline está presidido, obviamente, por las Torres Gemelas. Es el año 1981, y el mundo entero anda sediento de petróleo. Las recientes crisis diplomáticas registradas en el Golfo Pérsico han propiciado una nueva escasez del negro elemento que a la postre se ha visto reflejada en un aumento desorbitado del precio del barril de crudo.

Éste se ha triplicado en apenas tres años. Como era de esperar, los mercados han entrado en pánico, llevándose con ellos la poca cordura que parecía conservar la gente. J.C. Chandor, quien firmara uno de los debuts más prometedores de los últimos años con 'Margin Call' (película que nos metía de lleno, y desde primerísima fila, en los momentos previos a esa crisis financiera feroz que todavía a día de hoy estamos sufriendo), pone en marcha la máquina del tiempo para demostrar aquello de que la historia, por mucho que nos duela (y debería) se repite. Las formas, por supuesto, puede que hayan cambiado, pero el contenido, al fin y al cabo, sigue siendo igual de violento. Y ahí nos plantamos. 1981, 'El año más violento', uno entre muchos otros, sólo que en éste, se están batiendo todos los récords en las tasas de criminalidad. En la calle, hace un frío infernal, y la nieve, que todo lo cubre, está a punto de mancharse de negro y rojo. La procedencia de dicha combinación es tan obvia como aterradoras las lecturas que se desprenden de un escenario que igualmente se repite.

En el centro de esta espiral diabólica, un superviviente, uno más en la de momento corta pero intensa carrera de Chandor. Un hombre a la cabeza de un negocio y de una familia (importante la relación) y rodeado de tiburones. El dilema, como casi siempre en la vida, está en el cómo se puede hacer frente a dichas amenazas. Si lo más sabio es derrotarlas o si, por el contrario, conviene más unirse a ellas... convirtiéndose uno, en definitiva, en una de ellas. Este dilema moral se convierte en el eje vertebrador de una película que bajo su apariencia de noir clásico, esconde el retrato de unos tiempos (modernos) ciertamente marcados por la violencia. El título no engaña, pero claro, no conviene olvidar que estas pulsiones tan primariamente hostiles pueden adquirir infinitos rostros y, claro, tonalidades. Antes de llegar a las manos (o a las armas, que esto es Estados Unidos), hay incontables maneras de atentar contra la integridad del otro.


Lo que haga falta cuando está en juego algo tan sagrado como lo ha sido siempre (y más en la Tierra de las Oportunidades) la propiedad privada. Intentando asegurar uno de estos pilares fundamentales (del éxito empresarial, del status social, de la felicidad...) un tal Abel Morales decide adentrarse, sin posible vuelta atrás, en las fauces de la economía más salvajemente liberalizada. Vuelve a sonar, de fondo, la música de aquella 'Margin Call' que ahora mismo no se sabe si es secuela o precuela del filme que ahora nos concierne. Eso sí, los ojos y la mente nos llevan a otros terrenos. Tonalidades apagadas, una banda sonora (estupenda composición de Alex Ebert) con cuerpo de réquiem, esa obsesión (tan elemental, por otra parte) de mezclar la familia con la turbiedad de los negocios (en este sentido, ¿existe una imagen más potente, sugerente y peligrosa que la de la mujer auditando las cuentas del negocio del marido?)... Tanto en apariencia como espíritu, parece que Chandor pretenda emular al mejor gran James Gray. Ni más ni menos, por si de ambición iba el asunto.

Lo que pasa es que en esta ocasión la perspectiva es mucho más amplia, para que más allá del plano estrictamente individual (que en ningún momento queda de lado, especialmente gracias a la labor de un reparto en el que sobresale, una vez más, un Oscar Isaac sencillamente imponente) tome mayor protagonismo aquello que más parece interesar al autor. De hecho, la mayor virtud de 'El año más violento' es bidimensional, pues se traduce en el perfecto dibujo de la escena (de las tablas, del atrezo...) a través de los actores que transitan por ella. Chandor no solo escribe y dirige un notable ejercicio de puro género (tan negro como el mismísimo objeto del deseo de la trama), sino que además se sirve de éste para crear un relato que bien podría considerarse como algo muy cercano a un -oscuro- mito fundacional contemporáneo. Así es como la historia adquiere tonos casi bíblicos, al convertirse su personaje central en una suerte de Job que será puesto constantemente a prueba. La pregunta: ¿La senda para conquistar el Sueño Americano es compatible con la del hombre recto? O si se prefiere: En un entorno marcado por la libre competencia más encarnizada, ¿queda sitio para los valores?

A lo largo de dos horas que van cocinándose a fuego lento (pero sin lugar a dudas, más y más intenso), 'El año más violento' ahonda en estas cuestiones. Con la gravedad y trascendencia (nada cargantes, cabe añadir) que éstas exigen. Lo hace desde las trincheras de la economía de las libertades convertida, por medio de la lógica más perversa, en una jungla cruel donde lo único seguro es que no hay lugar para los más débiles. World Trade Center aparte, Chandor mantiene la mirada (sobre el tablero y las piezas que lo pueblan), seguramente más de lo que le gustaría, y paraliza el contador del tiempo para mostrarnos, con aire melancólico y, desde luego, violento, un país que todavía acumula muchas materias por resolver. En este tan angustioso grueso de deberes, quedan subrayadas, en rojo y negro intensísimos, las obsesiones (el crecimiento, glotón donde los haya, impuesto por puro sistema) y miedos (el estancamiento) de siempre. Como si, efectivamente, la Historia se hubiera convertido en el más sangriento y aterrador de los bucles. Corría el año 1981... y cuando estalló definitivamente la burbuja de las subprime era 2008... y ahora estamos en 2015, aunque para afirmar esto último toque mirar varias veces el calendario.

Nota: 7 / 10
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lourdes lulu lou

Cesar, por el año 62 a.c. y tras separarse de Pompeya, aún sabiendo de la inocencia de ella en la supuesta infidelidad de la que se le acusaba, declaró: "La mujer del Cesar no sólo debe ser honrada sino que debe parecerlo"; años más tarde, Maquiavelo, historiador y teórico italiano, experto conocedor del ambicioso animal político, adujo: "Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos"; Rochefoucauld, escritor francés, afirmó "El mundo recompensa antes las apariencias de mérito que él mérito mismo"; Nueva York, 1981, en el año más violento "No soy un delincuente...,probablemente es cierto..., la verdad, nada de eso importa"
J.C. Chandor presenta la vida de un hombre de negocios que ante su intento de prosperar y expandir sus posibilidades en el mundo del carburante, coger delantera estratégica respecto sus rivales tendrá que enfrentarse a las malas artes de la mafia de sus competidores, al fiscal y la policía que están minando su reputación y opciones de ganacia al poner en duda su integridad con la investigación emprendida, a la falta de liquidez por desplante del banco amigo que ya no es tan amigo y le retira su apoyo y confianza, a la ruina y quiebra por el riesgo de apostarlo todo a una carta, a la violencia silenciosa/nunca manifestada abiertamente -sólo un muerto en todo el relato- pero siempre presente en cada mirada, suspiro y presencial enfrentamiento de palabras correctas, atentas y serenas, emprendedor osado quien, aún con todo, intenta hacerlo bien, ser correcto, considerado y cumplir la ley sólo que con buenas intenciones uno no consigue la delantera, siendo buen hombre sólo se reciben golpes, con la honradez no se sale de pobre y en el mundo de los negocios "lo que importa no es jugar sino ganar".
Una fantástica, firme y poderosa Jessica Chastain como esposa del magnate, con mayor peso interpretativo del, en un principio, sospechado declara como posible inscripción de sepultura eterna, dado los tiempos que corren, "Mi marido es un hombre honorable" y, sin duda, Oscar Isaac, en una actuación espléndida, portentosa, sobria y seductora -papel, en un primer momento, reservado para Javier Bardem quien lo rechazó por divergencias con el director- lo intenta, lo desea, quiere mantener el estilo y forma de actuar de antaño, de la época de su padre pero la voluntad, a veces, se estrella contra montañas inamovibles, las alimañas sólo entienden de su propio juego traicionero y, por mucho que pretendras "...voy a conseguir esto y no lo haré mediante trampas" es un deseo que sirve de etiqueta hacia la galería, a un exterior de porte a cuidar en imagen presentada pero, por dentro uno sabe que tiene que arrimar el hombro, subirse las mangas, preparar los puños y ensuciarse las manos si quiere vencer a sus rivales tan codiciosos, desleales y oportunistas como el que más, incluido el protagonista, nadie se salva.
Con un aire a lo Coppola pero manteniendo su propio camino y distinción es un elegante y resuelto duelo, a más de dos bandas, de intensidad y talante enérgico que se contiene y autoregula para ir desprendiendo su angustia y presión poco a poco, tensión de reto constante controlada a cada segundo, sin perder los nervios ni las maneras que convence, atrapa y estimula, acción fría de cuidados pasos, ambiente familiar y cálido de espíritu congelado y esperanza a la espera que puede no despertar la curiosidad de todos, que no todos hallen la ferviente ansiedad de fisgonear y saber de un Goliat que quiere vencer sí importa el cómo, que "...aunque fuera necesario, no quisiera hechar la hiel" ya que "...si el camino fuera suave, si no hubiera que correr", todo sería acordado, relajado y más sencillo pero "...es duro, es salvaje y no tiene compasión, te disparán por la espalda, aquí no existe el honor" en esta partida de ajedrez estilizada, mental maqueta milimétrica de calculados andares que se acerca amenazante a la cumbre de su explosión pero no corona al sobrevenir una calma que no trajo consigo la temida tormenta.
Negocios de pretensión limpia/práctica sucia, traje y corbata impecable y suntuoso para vestir este arduo camino al éxito que deja intuir el mono de faena inmoral y fangoso pero que tiene la delicadeza y finura de no mostrar, apariencia por encima de todo en esta educada lucha de titanes en busca del codiciado y maldito El Dorado.
Interesante, no notable.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lou
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Wanchope

Me ha gustado tanto, tanto que cuanto más la pienso más me gusta. Pero prefiero reposarla un poco antes de extenderme con ella. Eso sí, me he sentido personalmente muy identificado con el personaje de Oscar Isaac: no necesariamente porque sea así, pero sí porque me gustaría ser así. Mi modo de ver la vida, a priori, coincide incluyendo el "son cosas que pasan".

De momento, lo dejo en un 8 y pico. En eso y un "In J.C. Chandor we trust" pero vamos, de calle.
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Wanchope

Por cierto, cada vez que salía Albert Brooks pensaba en Stellan Skarsgård... ¿soy el único?  :alegre
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Beyond

Una película inteligente, elegante, cruda y realista. Si consigues meterte en ella desde el principio es muy disfrutable, pero también es cierto que en algunos momentos es demasiado parsimoniosa, lo que puede invitarte a desconectar. Eso es lo que le pasó a mi acompañante, que se aburrió como una ostra porque no llegó a conectar con ella. Muy bien Oscar Isaac, con un papel muy sobrio, y Jessica Chastain, con un papel algo más pasional. El guión me ha parecido muy interesante, si de mí dependiera se habría llevado más de un premio en esa categoría.

Mi nota es 7,5/10.
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Beyond

Cita de: Wanchope en 22 de Marzo de 2015, 11:18:06 PM
Por cierto, cada vez que salía Albert Brooks pensaba en Stellan Skarsgård... ¿soy el único?  :alegre

Mientras veía la película no, pero ahora que lo dices... se dan un aire. :poss
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Wanchope

Cita de: Beyond en 22 de Marzo de 2015, 11:46:22 PM
Una película inteligente, elegante, cruda y realista. Si consigues meterte en ella desde el principio es muy disfrutable, pero también es cierto que en algunos momentos es demasiado parsimoniosa, lo que puede invitarte a desconectar. Eso es lo que le pasó a mi acompañante, que se aburrió como una ostra porque no llegó a conectar con ella. Muy bien Oscar Isaac, con un papel muy sobrio, y Jessica Chastain, con un papel algo más pasional. El guión me ha parecido muy interesante, si de mí dependiera se habría llevado más de un premio en esa categoría.

+1. Y además, tiene lecturas muy interesantes que pocas veces vemos en una película. De hecho pocas veces he visto el "hombre Vs. sistema" retratado con tanta sutileza apolítica.
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Josemi19

Cita de: Wanchope en 22 de Marzo de 2015, 11:54:35 PM
Cita de: Beyond en 22 de Marzo de 2015, 11:46:22 PM
Una película inteligente, elegante, cruda y realista. Si consigues meterte en ella desde el principio es muy disfrutable, pero también es cierto que en algunos momentos es demasiado parsimoniosa, lo que puede invitarte a desconectar. Eso es lo que le pasó a mi acompañante, que se aburrió como una ostra porque no llegó a conectar con ella. Muy bien Oscar Isaac, con un papel muy sobrio, y Jessica Chastain, con un papel algo más pasional. El guión me ha parecido muy interesante, si de mí dependiera se habría llevado más de un premio en esa categoría.

+1. Y además, tiene lecturas muy interesantes que pocas veces vemos en una película. De hecho pocas veces he visto el "hombre Vs. sistema" retratado con tanta sutileza apolítica.

Al igual que me pasó con 'Calvary', en esta película se habla de muchas cosas para el tiempo que dura.
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Uno de las cosas que me gustaron mucho fue el dilema que tenía Abel en lo referente a que si armaba a sus camioneros tenía problemas con el sindicato, pero si no lo hacía le robaban los camiones y perdía dinero.

Otro detalle que me encantó fue que Abel presume de no tener que haber sido un gangster para llegar a donde ha llegado. Sin embargo, él se ha forrado a costa de sus competidores prácticando la competencia desleal, por lo que no actúa como un gangster pero si que lleva prácticas empresariales marrulleras y negativas.
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Wanchope

Cita de: Josemi19 en 23 de Marzo de 2015, 11:36:54 PM
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Otro detalle que me encantó fue que Abel presume de no tener que haber sido un gangster para llegar a donde ha llegado. Sin embargo, él se ha forrado a costa de sus competidores prácticando la competencia desleal, por lo que no actúa como un gangster pero si que lleva prácticas empresariales marrulleras y negativas.
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Yo no lo interpreté así: él siempre en todo caso alega haberse válido de "las prácticas habituales del sector", lo que no tienen por qué ser tácticas "marrulleras" o "negativas". Entiendo que se refiere, para entendernos, a que juega como el Atléti, duro y sin amedentrarse, pero dentro de lo legal: de ahí de hecho que se extrañe tanto que el fiscal vaya a por él y esté tan seguro que, en principio, no hay delito del que preocuparse.
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Soprano

Un drama contenido que se apoya en un guión inteligente y que está rodado con una inusual elegancia, aunque dichos aspectos ya no nos cojan por sorpresa porque estamos ante un director que ya desde su debut ha dado claras muestras de su talento, este último trabajo de Chandor es tan meritorio como los dos anteriores y para cualquiera que los haya visto debería ser una garantía de buen cine.

Genial tanto el personaje como la interpretación del ascendente Oscar Isaac que encaja a la perfección con el tono de la película y sobre el que recae el peso de la misma, un hombre íntegro y hecho así mismo dispuesto a lograr sus metas sin salirse del camino correcto ocurra lo que ocurra, bien acompañado además por Jessica Chastain en un papel secundario que para mi gusto se le queda pequeño.
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Yeezus

Cuando en el colegio las pandillas de chicos y chicas, generalmente, y esto no debe ser tomado como machismo, sino como realidad, las de chicas sobretodo, tenían una pieza demasiado suelta de las demás, su observación resultaba tan adictiva como curiosa. El funcionamiento de esta pieza aislada era lo que se puede calificar como tonteo, pero con la mera finalidad de saciar su existencia con el relleno de un absurdo complejo de superioridad moral como el de "soy más guapo/a que tú y que tú y que tú y por eso puedo hacer esto". ¿Hacer qué? Calentar al personal. Muchas denominaciones se le atribuían a esta pieza, quizá la más acertada sería "microondas", y es que, calentaba y calentaba, pero al final no hacía nada más que eso, calentar.

¿Qué tiene que ver esta introducción con "A Most Violent Year"? Nada y todo. Nada porque no hay ni colegios, ni pandillas de niñas o niñas, ni piezas ni nada por el estilo que pueda encontrar semejanzas en la película. Todo porque es la definición perfecta de la misma; "A Most Violent Year" es una película microondas. El último trabajo de J.C Chandor, director de la interesante "Margin Call" y de la odisea marítima de Robert Redford que pasó sin pena ni gloria el año pasado, "Cuando Todo Está Perdido", enseña cacho, calienta al chico de colegio de turno (usted, un servidor, el espectador de al lado), pero sólo se queda en la intención de. No hay violencia, no hay maldad, no hay pulso ni temple narrativo, etc. Simplemente se desliza suave ante la levedad de un argumento lo suficientemente interesante como para no desesperar.

La sensación que queda, francamente, es de lástima, porque tenía mimbres de sobra para ser una producción seria y de nivel pero sobretodo distinguida, incluso, porqué no, con cierto aire de cine de autor (de culto es ya mucho pedir). Un ejemplo muy bueno de todo lo contrario a esta es "Trance", película que tiene la virtud de la buena memoria, es decir, que mejora en el tiempo como si fuera un buen vino. Ambas son películas de patrón muy parecido, con reparto interesante (esta mucho más que la de Boyle), dos directores buenos (uno mucho mejor que otro) y con una trama que no se antoja brillante pero sí entretenida y vistosa. El fallo llega en que una se recrea e incluso se permite lujos visuales y escenográficos para engatusar al espectador y si la otra lo hace resulta pedante y quizá hasta insultante.

No tienen culpa de esto ni Oscar Isaac ni Jessica Chastain. La segunda, por orden de menor a mayor aparición en pantalla, no se la puede considerar ni secundaria de lujo. Sale muy poco, o mejor dicho, es un personaje utilizado demasiado con mucha escasez, y eso tiene un doble efecto negativo; Por un lado, se pierde el talento y la calidad en pantalla de una de las mejores actrices de la actualidad. Por otro, este hecho merma mucho la evolución que sufre el personaje de Oscar Isaac, pues dicha evolución se ve condicionada y bastante por las decisiones que toma el personaje de Chastain. No están mal, pero desde luego no son dos papeles que se vayan a recordar el día que se les homenajee o se les recuerde, ni por el público ni seguramente por ellos mismos. No se trata de interpretación, sino de guión. No hay más. Demasiado hace Jessica marcándose una escena con Oyelowo (otro que está aseado y nada más) mostrando armas de femme fatale.

Pero si hay algo en donde "A Most Violent Year" funciona y muy bien. Y es en el hecho de querer transmitir un mensaje. La cinta es un dibujo bastante interesante de la cara turbia y oscura de cualquier negocio y, a la misma vez, un retrato magnífico, y aquí hay mucho que agradecer a Oscar Isaac, de que, como decía el personaje de Alonzo Harris (Denzel Washington) en la genial "Training Day"; "En este negocio debes tener algo sucio para que confíen en ti". No hay crecimiento ambicioso que sea legal, no hay bondad o buenos modales de los que no se aprovechen, no hay aguante ilimitado en la paciencia de un nombre de negocios, no hay honor entre ladrones. Es la "violencia" disfrazada de reuniones, clase, buenas palabras y trajes elegantes. No hay violencia, pero sí resulta violenta de entender.






That´s what I say.
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