Anochece en la India

Iniciado por Wanchope, 10 de Abril de 2014, 07:08:37 PM

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Wanchope

Anochece en la India



SINOPSIS:
Ricardo decide ir a la India por tierra, como hacía en los viejos tiempos, cuando con su furgón recorría Europa, Turquía, Irán y Pakistán para llevar hippies a Oriente. Pero la situación ahora es muy distinta porque los últimos diez años los ha pasado en una silla de ruedas. En el viaje le compaña Dana, su asistenta rumana. Son dos seres solitarios con los que la vida tiene una deuda. El viaje se convertirá en la coartada para saldarla.


CRÍTICA: Y porque IMDb me chiva que existes

Como si fuera el abuelo Cebolleta me voy a valer de una batallita. A la salida de la proyección matutina de 'Anochece en la India' en el pasado Festival de Málaga me encontré, en mi única incursión en la maravillosa zona de prensa montada para la ocasión (sin enchufes, internet o tejado...), con un compañero que, infructuosamente, trataba de escribir algo sobre la citada película. Trataba, le daba vueltas, fruncía el entrecejo, pero no le salía nada. El motivo o la respuesta, porque es una película tan, tan, tan normal... que cuesta encontrar alguna palabra que nos pueda valer.


A la hora de escribir no cabe duda que encontrarse con una película muy buena o muy mala es una bendición. Es relativamente fácil escribir sobre la una o sobre la otra, ya sea con una sonrisa de alegría o maquiavélica. Como también es relativamente fácil escribir sobre una película que tenga algo, llámese personalidad, chispa, energía, mojo o ilusión por existir. De hecho generalmente cuando uno ve una película sale de la sala con tres o cuatro frases, pensamientos o conceptos circunvalando su cabeza prestos a ser soltados si por allá pasase un reportero de televisión con su micrófono: El fútbol es así, el profe me tiene manía y ese tipo de cosas.

Pero no es el caso de 'Anochece en la India', el tipo de película de la que uno sale con la mente en blanco, casi como si al finalizar sus títulos de crédito un "hombre de negro" nos hubiera fundido el cerebro. ¿Qué tal la película? ¿Cuál? ¿La que acabas de ver? Eeeeeeh, ¿bien? ¿Cuál era? Sé que así leído puede sonar mal; o peor, puede sonar a desprecio, si bien no se ha de confundir pues no estamos hablamos de desprecio, tan sólo de indiferencia. El peor mal de una película, el primer paso (y casi el último) hacia el olvido. O sin pena ni gloria, te tengo tan poco en cuenta que no te tengo ni en cuenta (a pesar del buen trabajo de Juan Diego y Clara Voda). Y porque IMDb me chiva que existes.

El documentalista Chema Rodríguez debuta en el mundo de la ficción con este correctísimo drama de corto recorrido. Demasiado correcto. Demasiado "pues vale". Una producción timorata a la que le falta ambición y nervio para que además de dejarse ver le prestemos verdadera atención, y en donde por miedo a gritar se susurra más de la cuenta. Buenas palabras que se las lleva el viento, una especie de tour turístico por una miseria que no salpica y de apariencia superficial, adornado de acordes puntuales tan discretos que la melodía se oye tan lejana como lo está la India. Y así anochece; y así como decía Kevin Spacey al final de cierta película... desaparece.

Nota: 5.5


Lo Mejor:
- Su corrección

Lo Peor:
- Su excesiva corrección
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