A propósito de Llewyn Davis

Iniciado por reporter, 31 de Diciembre de 2013, 07:32:57 PM

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reporter

A propósito de Llewyn Davis


SINOPSIS: 'A propósito de Llewyn Davis' describe la vida de un joven cantante de música folk durante una semana mientras recorre el barrio de Greenwich Village y la escena musical de 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac), acompañado por su guitarra, se enfrenta a un despiadado invierno neoyorquino y a una serie de obstáculos aparentemente insuperables, algunos creados por él mismo. Sobreviviendo gracias a la generosidad de amigos y extraños, y trabajando donde puede, las desventuras de Llewyn le conducen a una odisea desde los cafés del Village hasta un club vacío en Chicago con la esperanza de realizar una prueba para algún magnate de la música.

CRÍTICA: Ulises ahorcado

Antes de empezar, mientras vosotros acabáis de acomodaros y de pedirle la consumición al camarero, y mientras yo acabo de afinar la guitarra, hay algo que me gustaría pediros:

Colgadme, oh colgadme; estaré muerto y enterrado. No me importaría el ahorcamiento, sino yacer durante tanto tiempo en una tumba, pobre de mí, he rondado por todo el mundo. Anduve por Cape Gigardeau y estuve en partes de Arkansas. Pasé tanta hambre que podría haberme escondido detrás de una espiga, pobre de mí, he rondado por todo el mundo. Subí a una montaña y ahí me quedé. Con un rifle en el hombro y una daga en la mano, pobre de mí, he rondado por todo el mundo. De modo que, colgadme, oh colgadme; estaré muerto y enterrado. No me importaría el ahorcamiento, sino yacer durante tanto tiempo en una tumba, pobre de mí, he rondado por todo el mundo. Atad la soga alrededor de mi cuello y colgadme bien alto. Las últimas palabras que les oí decir fueron ''No pasará mucho hasta que te mueras'', pobre de mí, he rondado por todo el mundo. De modo que, colgadme, oh colgadme; estaré muerto y enterrado. No me importaría el ahorcamiento, sino yacer durante tanto tiempo en una tumba, pobre de mí, he rondado por todo el mundo.

Tranquilo, les pasa a todos. Espero a que te recompongas y a que recojas todo lo que se te ha caído. No hay prisa... Y ahora que por fin me escuchas de verdad, quizás debería ponerte un poco en situación, pues la historia de hoy no empieza ahora, sino hace más o menos medio año. En un templo compuesto por varios templos. Un santuario en el que quizás faltarán toldos y carpas para que la parroquia no se quede calada hasta los huesos mientras espera pacientemente a que empiece una nueva película. Ahí, los encargados de seguridad tal vez busquen, demasiado a menudo, las cosquillas a los asistentes al que está considerado como uno de los eventos más distinguidos del mundo... pero no importa, porque está claro que en Cannes; en LE Festival, la organización está a otro nivel. Los horarios se respetan a rajatabla. Las salas de desalojan a la misma velocidad -de crucero- con que se llenan. Los refrescos y el café corren a cuenta de la casa (gracias). La separación entre las castas de la prensa es algo tan o más sagrado que los directores (perdón, los autores) que van allá para presentar sus nuevos trabajos. Parece que todo está calculado al milímetro... lo cual no implica que no queden algunos misterios por resolver.

Por partes. Llegada una determinada jornada de una de las ediciones históricamente más celebradas de EL certamen, nos tocó luchar contra el sueño durante la sesión matinal de la aburridísima 'Jimmy P.'. Ni caso, en serio. La batalla se ganó in extremis quizás porque el terreno de juego acompañaba. El Grand Théâtre Lumière es, no sin razón, la joya de la corona de la Croisette. Este alarde de ingenio a la hora de conjugar grandes magnitudes con funcionalidad (no malpiensen) desprende a la vez ese solemne e impertérrito respeto hacia el séptimo arte. Quizás sonará un poco cursi y pretencioso (ya que estamos, quizás llevábamos demasiado cine francés encima), pero allí se siente uno, en cierta medida, parte de la historia de este loco mundillo. Allí, cerrar los ojos y roncar es un sacrilegio en el que tarde o temprano se cae, pero igualmente imperdonable. Allí, dicho sea de paso, cabe casi todo el mundo.


No puede decirse lo mismo de la sala Debussy, segunda en discordia, que reproduce todas las virtudes de la anterior pero a escala menor... o a escala no-tan-grande, si se prefiere. Hay que tener todo esto en mente a la hora de tratar de adivinar qué demonios debió pasar por la cabeza de los programadores cuando decidieron relegar a una de las películas más esperadas de aquella esplendorosa 66ª edición a ese segundo plano que es la Debussy. Lluvia intensa, colas quilométricas y tensión creciente entre los que nos veíamos fuera y, efectivamente, nos quedamos fuera. Entre el primer intento fallido y el segundo (con canasta incluida desde medio campo y sobre la bocina), tiempo para algo que por ahí escasea mucho: la reflexión. De acuerdo con que 'A propósito de Llewyn Davis' es visualmente, y siempre a simple vista, poco atractiva (la fotografía a manos de Bruno Delbonnel es un acierto cuya comprensión requiere tiempo), ¿pero tan malo sería lo nuevo de los Coen? Sería esto. Claro. ¿Por qué si no nos pusieron tantas trabas para verla? Porque no valdría nada. Sería esto. Sería que los de Minnesota nos fallaron...

... Va a ser que no. 'A propósito de Llewyn Davis' (homenaje nada velado al vinilo ''Inside Dave Van Ronk'', hito histórico de la música folk) es, puede decirse así de claro, un prodigio. Una delicia. El ''por qué'' es tan difícil de explicar cómo fácil de apreciar. No en vano, el tema central de la película parece -y sólo parece- ser, así en general, la música, que como cualquier arte, es algo de lo que prácticamente nadie tiene ni pajolera idea. Ni falta hace decir que en el cine (y obviamente aquí se incluye un servidor), se cumple la misma regla dorada. Y ya que estamos, ¿por qué tantos miembros de la prensa especializada tuvimos que esperar un milagro para poder ver dicha joya? Ni idea. ¿Será porque algún programador demostró, en efecto, no tener ni puñetera idea? Misterios. Y hasta aquí la sección ''haciendo amigos'' de rigor, porque en breve va a tocar ir rellenando una nueva solicitud de acreditación.

De vuelta al cine, se apagan las luces de la sala y se enciende un foco que nos descubre a un cantante y a su guitarra. Silencio y por delante un contenido pero sobrecogedor número musical de cinco minutos. Aproximadamente doscientos cincuenta segundos para ponerse al público en el bolsillo. Misión cumplida. Silencio y por delante cien minutos más para cumplir la promesa de que esta nueva odisea joyceana (y con esta van...) se instalará durante mucho tiempo en nuestra memoria. ¿Cuál fue el problema de 'Un tipo serio', la penúltima hasta la fecha en el currículum de los Coen? Que era demasiado suya. ¿Qué fallaba en 'Valor de ley', la última? Que, dentistas con piel de oso aparte, era demasiado de Portis... y demasiado poco suya. 'A propósito de Llewyn Davis' es, por el contrario, una brillante reivindicación, desde el primer al último fotograma, de su inconfundible toque personal. El que enamora sin problemas. El que fluye sin esfuerzo aparente, ni por parte del emisor ni tampoco del receptor. Los auténticos genios demuestran su condición sin despeinarse, ya se sabe. Y ahí queda la certeza de que pocas veces el factor Coen había estado tan bien medido / justificado / aprovechado / celebrado.


Con el folk de los 60 flotando en el aire y con Bob Dylan esperando a la vuelta de la esquina, Joel y Ethan nos presentan a su última perla, ''el hermano idiota del rey Midas, que convierte en mierda todo lo que toca''. Llewyn Davis, de pelo rebelde, es un patético rebelde peleado con el mundo. Es un desgraciado de enciclopedia. Peor aún, es un ''looser''. Mientras rasga las cuerdas (las de su instrumento y las vocales), intenta averiguar en qué sofá podrá dormir esa noche, con quién tendrá que gritarse (o zurrarse) cuando baje del escenario y cómo demonios se engañará para no apagar el sueño de mantener vivo a su arte. Oscar Isaac, genial en las broncas, en los comentarios incisivos, en las canciones (en definitiva, en la auto-fustigación), va al apartamento de Carey Mulligan, quien se deja el alma en cada palabrota que sale de su boca (especialmente en las siete letras que resultan en ''asshole'', puñal que se muestra aquí en su esencia más pura). Compartiendo las mismas paredes está Justin Timberlake, quien vuelve a hacernos creer que es buen actor. Éste va a dar paso al vozarrón de Adam Driver, quien poco después nos presentará a Garrett Hedlund, tremendo en la ausencia de decibelios... y cuando creías que no querías oír nunca jamás la palabra ''bullshit'', va John Goodman y le da un nuevo sentido. Y la sala, sea cual sea, ríe... hasta se emociona.

Como sucediera con la formidable 'El gran Lebowski', tal vez, quién sabe, la comedia más efectiva jamás filmada, cada personaje merece un spin-off. Cada representante, músico y animal que aparece en pantalla deja en la boca el agridulce sabor del amor más fogoso: la adicción surge de la nada y te abandona con cara de tonto y, por supuesto, con el mono. 'Inside Llewyn Davis', que así se titulaba entonces, terminó. Silencio y muchos aplausos. Otra duda ¿No podría haber durado más? ¿Sólo un pelín? Por supuesto, pero así está perfecta. El solidísimo guión (uno de los mejores en la carrera de los Coen, y ya es decir), portento del mejor humor judío y, claro, coeniano, cierra magistralmente el ciclo. El trayecto y la culminación, como pedíamos, hacen acopio de esa lógica marciana marca de la casa (o de ese ''American Weird'' del que Ethan y Joel son maestros absolutos). De esa excusa inagotable que, para la ocasión, se viste de vieja tartana para llevarnos con maestría a través de un invierno inclemente convertido de repente en devastador y desternillante cuento sobre el contundente encanto -y ternura- del fracaso. Hablando de... Con la suerte de haber vivido la experiencia, el fallo imperdonable en la parrilla de Cannes, obra de vaya usted a saber qué lógica, ya no lo parece tanto. Magia.

Negra o blanca, imposible discernir, porque el arte, como aquel deporte del que -ni lo duden- nadie tiene ni puta idea, ''es así''. Es la salvación y a la vez el martirio; la única razón para querer seguir viviendo en un castigo cuya circularidad es de una contundencia cruelmente clásica. Súfranlo o disfrútenlo, pero ni se les ocurra tratarlo de entender. Porque hablamos de una película que, seis meses después de su puesta de largo oficial, todavía no se sabe si es una de las mejores comedias o, por el contrario, uno de los mejores dramas en la excelsa carrera de sus autores. Seguramente tenga un poco de las dos facetas... o quizás sea ambas en su totalidad. Pobre de mí, he estado en todas las salas de cine de Cannes, ¿qué importa dónde me tocó ver por primera vez 'A propósito de Llewyn Davis'? Al artista no lo hace el escenario (ni la época, créanme). ¿O acaso no fueron incontables los genios que se pudrieron en el tugurio del Gaslight Cafe, en el Village de Nueva York, mientras otras muchas mediocridades se cubrían de gloria en la imponente Gate of Horn de Chicago? Lo mismo con el Lumière, la Debussy, la Buñuel... y todos los cines a punto de cerrar que vengan a la mente. La tragedia, rotunda en su comicidad, al igual que la tracklist con la que convive en inquebrantable simbiosis, está por encima del lugar donde se produce su maravillosa narración. De modo que, colgadme, oh colgadme; estaré vivo y agonizando... dondequiera que me queráis encontrar.

Nota: 8,4 / 10
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Josemi19

Me esperaba que me gustara ya el cine de los Coen me suele encantar... Y no ha decepcionado. La gran sorpresa me la he llevado con su dosis de humor, no me esperaba que tuviera tanta presencia. Oscar Isaac está notable, no diría del todo destacable pero exprime como puede el papel. Eso si, se codea con unos secundarios que debe ser un lujazo tener como compañeros; mención especial para el personaje de John Goodman que es de lo mejor de la película. Pero, más allá de los actores lo que de verdad reluce es el guion. Tiene un par de diálogos que, a parte de ser desternillantes, son una delicia. La dirección soberbia y la fotografía espectacular; al igual que la dirección artística.

Empezamos en España el 2014 con una de sus mejores películas. Un 8,5.
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Wanchope

Cita de: Josemi19 en 03 de Enero de 2014, 01:01:45 AM
Empezamos en España el 2014 con una de sus mejores películas. Un 8,5.

Ojalá no sea así, pero probablemente lo será. Como el año pasado con The Master & La Noche más Oscura.
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andaresdecine

#3
"A propósito de Llewyn Davis" es la nueva película de los afamados hermanos Coen. Pese a tener la esencia de su toque personal se me hizo algo lenta en algunas escenas. Además, el valor de los personajes es muy pobre, exceptuando los interpretados por Oscar Isaac y Carey Mulligan, el resto sólo sirven para componer las diferentes escenas que forman la película.
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Josemi19

#4
Cita de: Wanchope en 03 de Enero de 2014, 09:26:03 AM
Cita de: Josemi19 en 03 de Enero de 2014, 01:01:45 AM
Empezamos en España el 2014 con una de sus mejores películas. Un 8,5.

Ojalá no sea así, pero probablemente lo será. Como el año pasado con The Master & La Noche más Oscura.

Pues justo ninguna de esas dos estaran en mi Top 15; igual en el Top 20 si :alegre

Cita de: andaresdecine en 03 de Enero de 2014, 08:57:37 PM
"A propósito de Llewyn Davis" es la nueva película de los afamados hermanos Coen. Pese a tener la esencia de su toque personal se me hizo algo lenta en algunas escenas. Además, el valor de los personajes es muy pobre, exceptuando los interpretados por Oscar Isaac y Carey Mulligan, el resto sólo sirven para componer las diferentes escenas que forman la película.

Pero creo que eso es parte esencial del personaje de Oscar Isaac. Uno cuando termina de ver 'A propósito de Llewyn Davis' pienso que debe opinar sobre Llewyn como un tipo nómada, que va "de aquí para allá" sin tener un lugar estable; de ahí la lógica de que los secundarios no tengan tanta aparición en la película.
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Wanchope

De hecho la película no cuenta una historia en realidad, sino que DEFINE al personaje encarnado por Oscar Isaac. Principalmente, a través de la música y de su relación con el resto de personajes.
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Yeezus

Gracias, la mayor parte de las veces, a un nombre relacionado con el proyecto, nos decidimos en aras de ver una película u otra. En este caso, la competencia que le disputaba mi interés a Joel y Ethan Coen con su aparentemente, y repito, aparentemente, brillante nuevo trabajo que responde al nombre de "Inside Llewyn Davis" (suena mucho mejor en inglés), es la gran emboscada que sufren Mark Wahlberg, Taylor Kitsch, Emile Hirsch y Ben Foster en la imparable película de Peter Berg que toma por título "El Único Superviviente". Por motivos del Destino, que no vienen al caso, Berg le ganó la partida a los talentosos hermanos, y esto fue una prueba perfecta de que, obviando el nombre de Mark Wahlberg, a veces en este arte se desestima un producto sólo por el hecho de que no vemos nada conocido en sus labores de producción/realización/interpretación, pues la cinta del director neoyorkino resultó ser una enorme y grata sorpresa. Pero el turno de réplica ahora es para el bobo pero bueno de Llewyn Davis.


Quizá lo más destacable del párrafo introductorio sea lo de "aparentemente" brillante. Es lógico que aquí haya cavado usted en demasía con su interés para comprender el uso de ese "aparentemente". "Inside Llewyn Davis" es brillante en el tráiler, en las críticas que genera, en las valoraciones en prensa, radio o televisión, en comentarios del público, momentos antes de entrar al cine, justo en el momento de sentarse en la sala y lo es más aún al finalizar su primera escena, donde el protagonista, un Oscar Isaac que merece un párrafo para él sólo, nos destripa todos nuestros problemas, miedos o cualquier sentimiento negativo con el que hayamos entrado en la sala y nos serena con el mundo y con nosotros mismos. Pero a partir de ahí, justo a raíz de ese momento, "Inside Llewyn Davis" empieza a perder ese brillo que tanto nos ha elevado el hype y que hasta parecía no haber soltado vista su escandalosa escena inicial.


Aunque los Coen endulzen la crudeza de la vida de Llewyn con hilarantes gags, la película sabe a monótona en muchas fases y es, siguiendo el patrón de la Odisea de Ulises e incluso mencionándola y representándola a pequeña escala en una forma un tanto, digamos, minina (y esto es una absoluta genialidad), un bucle del que Oscar Isaac intenta escapar cantando guitarra en mano. Es un viaje circular en el que la carretera es el dramatismo, los árboles aislados son la comicidad y donde el sol es la música, que francamente es donde el film cimenta su éxito. El folk, con Carey Mulligan, que aunque se empeñe en decir tacos jamás dejará de parecernos dulce, Oscar Isaac, un monstruo en el que ahora se profundizará, y Justin Timberlake, no hace falta decir nada de su innegable talento para esto de la música, mágicos cada vez que abren la boca con un micro delante , taladra nuestro cerebro pero sin hacernos daño, como si el propio espectador estuviese en ese mismo club sentado en la segunda fila con una copa en la mesa de madera circular.


La brillante banda sonora, en la que uno se podría quedar a vivir sin problema ninguno, es lo más destacado de la película indudablemente. Canciones como la inicial, una proeza artística que logra la conexión homogénea del artista con el instrumento y que Isaac tan perfectamente ejecuta, llamada "Hang Me, Oh Hang Me", o ese "Fare Thee Well" tan rítmico y vivo, esa maravilla tan profunda y directa al alma llamada "The Death Of Queen Jane", la extraordinaria y picaresca colaboración de Timberlake e Isaac en "Please Mr. Kennedy" con una voz en coro de lo más peculiar, la pegadiza y también sentimental "Five Hundred Miles" en la que Mulligan nos abre las puertas del cielo con su voz, y así hasta completar una lista que sin duda debe ser tenida en cuenta por la Academia. Esto, junto con esa especie de empañamiento de la cámara (que los Coen tan acertadamente supieron usar en "Fargo") para reflejar la fría América de los años 60, es lo más notable de esta cinta que no es que busque impresionar o pretender ser una obra maestra. Tan sólo quiere dejarse ver y sobretodo oír. Lo primero lo consigue con irregularidades, pero lo segundo lo borda de una manera alucinante.


"Inside Llewyn Davis" no deja de ser un relato dramático muy interesante amparado en la figura de sus creadores, en una gran actuación de Oscar Isaac, que aunque parezca imposible canta aquí mejor que actúa, y en una enorme joya para la música folk y por supuesto para la historia de las bandas sonoras cinéfilas, pero nada más allá de esto. Sus gags, suficientemente graciosos aunque algo inocentes, están colocados como evidentes salidas de emergencia ante la apresurada llegada en ciernes del aburrimiento en tramos concretos del film, aunque esto no es un fallo hecho a propósito. Es más bien una solución hecha con mucho gusto, conscientes de que no trascenderá pues con los elementos positivos la película compensa cualquier desembolso económico invertido en ella o simplemente el tiempo que se ha gastado durante su visionado. Y además, si John Goodman tiene 15 minutos haciendo del John Goodman que tanto gusta y si podemos presenciar 8 segundos de un concierto de Bob Dylan., ¿de qué nos podemos quejar?


That´s what I say.
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Wanchope

Cita de: Soprano en 16 de Enero de 2014, 01:25:31 AM
Cita de: juariomares en 16 de Enero de 2014, 01:18:55 AM
Inside Llewyn Davis(8,5/10)

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Primera película que veo en esto de los míercoles de cine y primer sorpresón y peliculón que me llevo. Grande, increíblemente grande la película. Me he reído y la he disfrutado bastante. Oscar Isaac está genial, debería de ser nominado para su tocallo. Los Cohen realizan una genial dirección y un guión con pocos puntos flojos(el final te deja un poco con ganas de más, pero eso puede ser bueno también). De momento, mi favorita para los Oscar, delante de Prisioneros que ha ido perdiendo en mi memoria.

Yo tengo muchas ganas de ver lo nuevo de los Coen y en general está recibiendo buenas críticas, en algún apartado parece tener posibilidades en los Oscar aunque no creo que en el de mejor película, y aunque a mi me ha gustado la que no tiene ninguna es 'Prisioneros'.

Uno de las mejores cosas que tiene, para mi gusto, es que mejora con el recuerdo. Crece y crece y crece, haciendo que apetezca volver a verla. Es más, es que se siente que hace falta un segundo visionado para entenderla del todo, dando la sensación de que se ha visto una película cuando en realidad debajo de esta hay otra. En ese sentido la emparejaría con 'Un tipo serio'.

'Prisioneros' me apetece volver a verla aunque sea sólo para rebatírsela a Sulli.  :alegre
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Soprano

Lo he comentado alguna vez y supongo que no soy el único al que le ocurre, me suele pasar que el cine de los hermanos Coen gana en sucesivos visionados porque además de lograr confirmar las primeras impresiones hace que disfrutes mas de otros aspectos, lo cierto es que la mayoría de sus películas ganan en el recuerdo y para mi ya es un sello reconocible en el trabajo de estos dos genios.
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Wanchope

Diría que también es una garantía. Eso indica la SOLIDEZ de sus trabajos. Eso es por ejemplo lo que para mí diferencia a Pixar de otras productoras de animación, que en sucesivos visionados se reafirma la solidez de sus películas.

Y 'A propósito de Llewyn Davis' es un filme muy sólido.
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kapital

Esta es mi opinión de la última de los Coen:

MAGNÍFICO OSCAR ISAAC

He de reconocer que no soy un ferviente admirador de los hermanos Coen, pese a que haya ciertas películas dentro de su filmografía que me parezcan excepcionales, véase "Muerte entre las flores" o "No es país para viejos", y puede que ese sea el principal motivo para no situarme del lado de toda esa crítica especializada que ha puesto a su nueva película como una obra maestra.

La película, de tono dramático y situada en el Nueva York de 1961, nos presenta a Llewyn Davis (Oscar Isaac), un artista Folk, que en su día formaba parte de un dúo musical y que ahora se ve totalmente solo, casi perdido en un triste mundo donde sobrevive gracias a la caridad de sus "amigos" y a las pequeñas actuaciones o trabajos que le van saliendo.

Oscar Isaac, al cual yo apenas conocía por papeles secundarios en películas como "Ágora" o "Drive", construye un personaje fascinante, siendo su interpretación lo mejor de la película.

Isaac brilla tanto por el dramatismo que se transpira con cada una de sus miradas, como por todos esos temas que interpreta junto a su inseparable guitarra. Una sensacional actuación que merecería una justa nominación para los Globos de oro y los Oscars.

Junto a él, pero a años luz de la interpretación de Isaac, tenemos a secundarios tales como Carey Mulligan, que repite junto a Isaac tras "Drive" y que aquí la tenemos algo irreconocible tras una larga cabellera y sin apenas maquillaje, un Justin Timberlake que brilla en todos sus temas musicales, John Goodman (habitual en cintas de los Coen) y la breve aparición de F. Murray Abraham ("Amadeus").

A nivel técnico es exquisita, destacando el buen uso de planos y encuadres, la poderosa fotografía de tonalidades frías y con una imagen muy disfrutable en formato digital, y una sobresaliente ambientación ese Nueva York de comienzos de los años 60.

Eso sí, pese a que la película tenga toda esta serie de aciertos, a mi juicio la trama ideada por los hermanos Joel y Ethan Coen no ha conseguido emocionarme ni cautivarme durante unos 105 minutos en los que, como espectador, no sabía donde me querían llevar.

En definitiva, si queréis ver una película con geniales temas musicales, gran ambientación, buena fotografía y una excepcional interpretación de su actor protagonista, id a ver "A propósito de Llewyn Davis". Ahora bien, si esperáis un historia con una trama emocionante o muy trabajada, puede que os decepcione el encontrar un producto muy pausado, algo simple y que se sostiene en la magnífica interpretación de su protagonista.

Lo mejor: Oscar Isaac, todos los temas musicales interpretados por el protagonista y Justin Timberlake, fotografía y ambientación.

Lo peor: La simpleza de un guión que no me ha llegado ha cautivar.

Puntuación: ***1/2 (sobre 5)


Wanchope

Cita de: kapital en 21 de Enero de 2014, 04:05:48 AM
Lo peor: La simpleza de un guión que no me ha llegado ha cautivar.

El guión es de todo menos simple. No es obvio, que no es lo mismo. Porque no se trata de una historia con un principio y un final, se trata de un personaje. Y de un sentimiento. Por eso mismo, por ejemplo, todas las canciones que se tocan en la película se tocan de manera íntegra.

En parte tú mismo lo resumes en el último párrafo, muy acertado.
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Joantumaca

Lo mejor es que no te vas a enamorar. Los Coen crean un personaje frio y arido al que rechazas desde el primer momento y ahi esta lo mejor de la pelicula. Acompañada de una magnifica interpretacion principal y una fotografia increible, para mi, "Inside Llewyn Davis" es sin duda una de las mejores peliculas del año y tambien una de las olvidadas, por desgracia.
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Wanchope

Bienvenido Joantumaca. Cuando puedas pásate por aquí y preséntate de forma oficial... si quieres.  :poss

http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,2827.0.html
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Wanchope

Cita de: 0iker0 en 30 de Enero de 2014, 12:19:14 PM
Difícil ponerle nota. Una muy buena historia de un músico. El Macguffin me parece muy bueno y te atrae desde un principio. Muy bien Oscar Isaac, John Goodman, Carey Mulligan y el resto de secundarios. Me ha gustado, pero así a bote pronto, no sabría qué nota darle. Estoy entre el 7 y el 8, pero no estoy seguro.

Creo que precisamente eso que comentas es el motivo por el cual: a) con el tiempo se revalorizará b) ha sido virtualmente ignorada en la temporada de premios. Es uno de los problemas que algunos achacabais también a la Copa de Cine, que no parece que haya tiempo para digerir las películas que se ven, lo que va en contra de las cintas como esta que no provocan una reacción intuitiva y necesitan de reposo.

PD. jodía cultura del twitter.
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