Yo, también

Iniciado por Wanchope, 15 de Octubre de 2009, 05:44:31 PM

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

Turbolover1984

Soy un hombre y estoy enamorado

En el mundo y el país de los tabús fuera de lo socialmente correcto, no es fácil hacer una película sobre esta temática y mucho menos acertar y más cuando se intenta hacer un film cercano, que cuente el día a día de en este caso un enfermo de Síndrome de Down sin tener que haber detrás una historia que lo convierta en un melodrama lacrimógeno sobre hazañas increíbles y heroicidades memorables. Si hablamos ya de películas que toquen el amor o el sexo ya empezamos a entrar en un terreno con obras muy contadas.

La normalización (que no integración, que aunque no soy fan de hilar fino en los términos, como el mismo Pablo Pineda explica, implica que el "imperfecto" se adapte a una sociedad perfecta) sigue siendo una de las asignaturas necesarias y pendientes de nuestra sociedad y aunque sea por un rato y que luego cada uno siga con sus quehaceres cotidianos, no está de más que se nos recuerde que todos, de algún u otro modo, tenemos alguna discapacidad.

Lo que más me podía chirriar de la película es que el protagonista sea expuesto como un "super Down", que si no fuera por sus rasgos físicos y forma de hablar, bien podría decirse que es una persona "normal" (y con una inteligencia superior a la media de cualquiera) a diferencia de la mayoría de los que tienen esta afección que vemos en el film que se nota que lo tienen más marcado. Como él explica en una entrevista personal (no es un film autobiográfico pero si que tiene muchas cosas reales de su vida como que fuera el primero de Europa en tener una carrera) y al igual que nos cuentan en el film (y hablando con gente que conozco que trabaja día a día como voluntarios con gente con Down) todo es por la estimulación que se le dio desde pequeño y que la mayoría no sean así viene por la sobreprotección y tratarlos como niños.

Daniel, como creo la mayoría de los que somos discapacitados (sea físico o mental), solo quiere ser "normal"; ella (Lola Dueñas) lo trata así y por eso se enamora, por lo bien que se siente estando con ella, aparte de la atracción física porque no siente esa mirada mezcla de compasión, que están haciendo la obra de caridad del día o incluso de mirar por encima del hombro que por desgracia consciente o subconscientemente muchos tienen.

Retomando la frase inicial de mi crítica sobre el régimen de lo socialmente correcto y como parte de la necesidad de normalización, a muchos choca que se pueda hablar con naturalidad o incluso hacer bromas de ciertos temas, habiendo muchos tabúes con algunos temas, casi siempre referente a las minorías. Por ejemplo (por experiencia propia) si haces una broma de humor gris (ni llega a negro) sobre discapacitados en redes sociales, verás como justicieros sociales se te lanzarán al cuello para arrastrarse a besarte los pies cuando se enteran que tu formas parte de este "colectivo". El film no llega a profundizar mucho en este aspecto pero como parte de esa sensación de naturalidad y relación entre ambos nos deja la genial escena del ascensor.

El final personalmente me gustó, sobretodo la genial escena que pone el cierre antes de entrar los créditos, quizá un poco menos la anterior donde se podría entrar en debates sobre la lástima o la consolación pero de todos modos me pareció acorde y coherente con los personajes. Otro tema que parece despertó polémica es el que el protagonista fuera premiado en algún festival y siendo servidor el primero que está en contra de la discriminación positiva, creo que más allá de que como algunos dicen en parte "hace de él mismo" tiene escenas muy meritorias que muchos actores españoles, incluso premiados, quisieran para ellos, llevando toda la vida haciendo el mismo personaje. No me olvido de una Lola Dueñas para enmarcar.


Quizá el mensaje se queda en algo light y por momentos tópico, con toques de humor poco arriesgados pero aún así en el conjunto resulta una cinta interesante que como decía no es fácil ni habitual que se toque y menos de esta forma, con unas cuantas reflexiones a tener en cuenta. Una historia bonita entre un chico con síndrome de Down y una mujer que tiene la discapacidad de ser incapaz de amar.

Nota: 6'7
  •  

Amármol

a lo de los autochistes...

Miguel Duran (el de la ONCE) durante los Juegos Paralimpicos de Barcelona, rodeado de periodistas

- Pues esta mañana hemos tenido un susto...
- ¿Que ha pasado?
- Que casi se nos ahoga un nadador
- ¿Y eso?
- Uno de los que les falta pies y manos, se tira a las piscina en la prueba de los 50 metros y el pavo que se va directo para el fondo; han tenido que sacarlo entre los socorristas y los jueces. Cuando ya estaba arriba, medio recuperado y mientras escupia el agua, va y dice: ¡Joder, cuatro años aprendiendo a nadar con las orejas y van y me ponen un gorro!

Es veridico.
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

I am watching you!
VISITA LA WEB
  •  

Wanchope

El problema de usar ese tipo de humor en las redes sociales es que no hay un contexto, en muchos casos, que sirva para saber la intención de dicho comentario. O un conocimiento previo de la persona. Y basta una chispa para que una tontería se pueda salir de madre. En mi curro hay un brasileño con el que siempre bromeo por su condición de "inmigrante", cosa que no le ofende porque sabe que lo digo en broma, pero porque me tiene delante y me conoce. Sin embargo esos mismos chistes son de doble filo en la red.

En la vida real esas cosas suelen ser más fáciles, por lo general.
  •  

Turbolover1984

Lo de las redes sociales era un ejemplo pero se puede trasladar a otro contexto.

Pero vamos, que no era el punto más importante de la crítica y/o reflexión, solo un ejemplo más de muchas cosas que ayudan a la falta de normalización y a la creación de tabús.
  •  

Wanchope

También depende de lo expuesto que haya estado cada uno a determinadas situaciones, la normalidad también se establece en cuanto algo se acepta como cotidiano y no excepcional. Creo que es más una cuestión de costumbres, aunque siempre hay gente muy sensible afín a sacarle punta a cualquier cosa. En los últimos años en el foro lo hemos podido comprobar en alguna ocasión.  :poss
  •