The Master

Iniciado por Wanchope, 04 de Enero de 2013, 10:04:46 PM

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Wanchope

The Master



SINOPSIS:
THE MASTER es un retrato asombroso de gente a la deriva y a la búsqueda de trabajo o de sí mismos en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos. El director Paul Thomas Anderson narra las vicisitudes de un veterano de la Marina, Freddie (Joaquin Phoenix), que regresa inestable e inseguro ante su futuro hasta que es atraído por la Causa y su carismático líder, Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), respaldado por su esposa, Peggy Dodd (Amy Adams).


CRÍTICA: Adoremos al líder

Paul Thomas Anderson es un cineasta norteamericano que a estas alturas, y más aún desde que se hizo destacar el Thomas de su nombre para que no le confundieran con "el otro Anderson", no necesita de presentación alguna. Su cine tampoco debería, y este texto debiera ser inútil, fútil, irrelevante... humano. Y después de los cinco (largos) años transcurridos desde su último filme, la que en España conocimos como 'Pozos de ambición', por fin presenta una nueva película, la que en España conoceremos como 'The Master', y que como en él viene siendo costumbre supone un nuevo amago y/o conato de obra de arte a revalorizarse con el paso del tiempo y tras varios visionados que, ya en frío, permitan sacarle todo el jugo posible a una pieza de orfebrería en constante evolución que en caliente resulta, en una sola palabra, hipnótica... magnética... adictiva. La obra de un líder, de un cineasta llamado a dejar huella entre la comunidad cinéfila.


No tengo muy claro qué decir sobre 'The Master' que merezca la pena ser dicho... que le haga justicia a la fuerza de sus imágenes... que sirva o importe para algo... y es que 'The Master' es un filme que ofrece tantas posibilidades que precisamente por esto se antoja difícil (o inútil) escribir un cúmulo de palabras adecuado si no lo reducimos, simplemente, a su mínima expresión (y que bien vale por todas ellas): 'The Master' es una película de Paul Thomas Anderson. Escrita y dirigida, para más señas. Y con eso ya estaría todo dicho, y con eso ya no haría falta decir más... al menos no a quien no necesitaba del Thomas para diferenciarle de William Scott. Y a buen entendedor pocas palabras bastan. Puede que haya algo más, y de hecho lo hay, mucho, ya responda o no al nombre de Joaquin Phoenix, soberbio, pero todo parte de que se trata de una película de Paul Thomas Anderson, uno de esos realizadores que en el fondo da igual lo que rueden, da igual lo que nos cuenten, da igual entorno a qué giren sus pequeños retazos fílmicos, incluso da igual entender lo qué... porque es todo y nada a la vez, sea lo que sea luce tan bien, tan bonito, que uno no tiene más remedio que quedarse ahí quieto, callar y mirar. Y tal vez aprender. Disfrutar o no, ya es otra cosa.

Una vez termine la función, larga, casi tanto como el tiempo que le dedica a cada uno de sus filmes sobre los que se vuelca en cuerpo y alma, está claro que no tenemos ni por qué aplaudir ni por qué estar de acuerdo ni por qué esbozar esa media sonrisa cómplice de cuando salimos del cuarto de baño acompañados; es más, por poder se nos permite incluso habernos aburrido, encontrarnos confundidos o plenamente descolocados, o incluso por qué no, sentirse cabreado... pero nunca estafado, nunca engañado, nunca traicionado. Y es que en parte en eso consiste todo: en reaccionar. Guste más guste menos, con el cine de alguien como Paul Thomas Anderson está prohibidísimo no reaccionar porque es, en tres palabras, cine con mayúsculas. O en una sola, cine. Algo que no puede ser ignorado, incluso por aquel que no quiera dorarle la píldora y hacerse una camiseta con el I Love You; incluso por aquel que a la salida le gustaría reclamar de forma sanguinolenta el importe de la entrada; incluso por aquel que piensa que Roland Emmerich es susceptible de aspirar algún día a ganar un Oscar. Es la magia de quien sabe dirigir, es la magia de un realizador como Paul Thomas Anderson, es la magia del cine.

Como ocurre con casi todos los filmes previos de Anderson, 'The Master' es una nueva joya a degustar a fuego lento, con calma y sin precipitaciones, merecedora de una pausa que nos permita modular, con el paso de los días, nuestras impresiones sobre ella... que no serán pocas. Dicho de otra manera, 'The Master' es un filme que requiere, o más bien se aconseja, con el que tomarse su tiempo para hacer la digestión. Una obra robusta y sólida, densa, aparentemente superficial en lo que a su esqueleto argumental se refiere pero con varias capas que puede, tal vez, no se muestren fácilmente, y de una riqueza formal, moral y narrativa encomiables. Cuando uno rebobina en su cabeza, cuando uno agita sus recuerdos en un vano intento por ordenar todas las piezas, no puede sino perderse ante lo que sin duda es una gran obra llamada no a destrozar ninguna taquilla, ni de lejos, pero sí muchos corazones cinéfilos. Una película, en suma, con la que se te queda cara de tonto... de tonto pero contento. Como cuando te das cuenta de que quieres a alguien. ¿Se acuerdan del episodio de Los Simpsons sobre los movimentarios? Pues eso... porque si averiguas cómo vivir sin ningún maestro, de ningún tipo, asegúrate de hacérnoslo saber a los demás, porque serás el primero en la historia del mundo...

Nota: 8.25


Lo Mejor:
- Su exquisita caligrafía visual
- Joaquin Phoenix & Philip Seymour Hoffman

Lo Peor:
- Ni es un filme para todos los públicos...
- ... ni ofrece respuestas: demasiado ambiguo... claro que esto no tiene por qué ser, en verdad, nada malo.
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El Nota

Ga-na-zas. Chorripollada al canto: curioso (aunque me gusta, y mucho) que, al igual que el otro Anderson del que no quiere que le confundan, y siendo ambos autores con un marcadísimo sello personal, también sean de los pocos que siempre, siempre, siempre, acaban volviendo a echar mano de los mismos actores, y no hablo sólo de los personajes protagónicos. En fin, dejando de lado esta banalidad...no he leído nada más que el primer párrafo. No sé ni de qué va la película, ni ganas de saberlo. Qué buen inicio de año, joer, y qué ganas de catarla ya.
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Sullivan

Yo no sabría muy bien que decir sobre ella. Visualmente impresionante, el nivel del reparto es demasiado y Phoenix se marca una de las mejores interpretaciones que he visto nunca. El problema esque no deja entrar en la historia, la cual se acaba estancando en un ritmo continuado que ni avanza ni retrocede, dando vueltas sobre sí misma. Hay que decir que con el recuerdo gana, y cuando la vuelva a ver todas las ideas que vienen a la mente tras verla por primera vez, posiblemente se organizen.
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Doo-man

Cita de: El Nota en 04 de Enero de 2013, 11:26:59 PM
Ga-na-zas. Chorripollada al canto: curioso (aunque me gusta, y mucho) que, al igual que el otro Anderson del que no quiere que le confundan, y siendo ambos autores con un marcadísimo sello personal, también sean de los pocos que siempre, siempre, siempre, acaban volviendo a echar mano de los mismos actores, y no hablo sólo de los personajes protagónicos. En fin, dejando de lado esta banalidad...no he leído nada más que el primer párrafo. No sé ni de qué va la película, ni ganas de saberlo. Qué buen inicio de año, joer, y qué ganas de catarla ya.

Con el que no quiere que lo confundan es con Paul W.S. Anderson, que se agrego el W.S. por lo mismo. Supongo que con el que lo estás comparando es con Wes Anderson, porque no creo que W.S. tenga un sello muy personal. :alegre
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Wanchope

Cita de: Doo-man en 04 de Enero de 2013, 11:38:15 PM
Cita de: El Nota en 04 de Enero de 2013, 11:26:59 PM
Ga-na-zas. Chorripollada al canto: curioso (aunque me gusta, y mucho) que, al igual que el otro Anderson del que no quiere que le confundan, y siendo ambos autores con un marcadísimo sello personal, también sean de los pocos que siempre, siempre, siempre, acaban volviendo a echar mano de los mismos actores, y no hablo sólo de los personajes protagónicos. En fin, dejando de lado esta banalidad...no he leído nada más que el primer párrafo. No sé ni de qué va la película, ni ganas de saberlo. Qué buen inicio de año, joer, y qué ganas de catarla ya.

Con el que no quiere que lo confundan es con Paul W.S. Anderson, que se agrego el W.S. por lo mismo. Supongo que con el que lo estás comparando es con Wes Anderson, porque no creo que W.S. tenga un sello muy personal. :alegre

Eso mismo venía a decir yo, si bien y aunque puede que no sea en el sentido tradicional que le solemos otorgar sí que se podría decir que W.S. tiene un sello particular; otra cosa es que sea un autor como Paul o como Wes.  :poss
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El Nota

Ya decía yo que tampoco estaba tan mal que le confundieran con el bueno de Wes. Pero vaya, que yo sigo palote, y eso no me lo quita ni la parienta.
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Wanchope

Cita de: El Nota en 05 de Enero de 2013, 12:05:58 AM
Ya decía yo que tampoco estaba tan mal que le confundieran con el bueno de Wes. Pero vaya, que yo sigo palote, y eso no me lo quita ni la parienta.

Y haces bien.  :D.
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Loco8

#7
Después de 5 años desde Pozos de ambición la verdad es que tenía ganas de volver a ver una película de este director, sobretodo porque iba a ser la primera vez que iba a ver una película suya en el cine. Me hubiera gustado haberla visto en VOSE, pero no ha podido ser.

De la personalidad del director ya está todo más claro, desde Sydney, una obra menor, pero disfrutable, donde la temática del juego y las relaciones entre los personajes, la ambición y la avaricia son mostradas de forma impecable, pasando por Boogie Nights y Magnolia que ya muestran a un Anderson maduro, sobretodo en la primera, que personalmente es la que más me gusta de esta etapa. De nuevo la condición del ser humano contemporáneo es analizada con meticulosidad, dosis de humor y mucho acierto. Resumir una época y a la vez perfilar tu estilo no es algo fácil de hacer. Entre medias experimentó con el amor y la locura que a veces lleva de la mano en Punch Drunk love y por último Pozos de ambición su ultima película y hasta la fecha la que más me gustaba de él.Todo me gustaba, desde la fotografía de Robert Elswit, uno de mis preferidos en la actualidad, pasando por la música de Jonny Greenwood, excelente, perturbadora y misteriosa, que dota a la película de un aura de especial y por supuesto la interpretación de Daniel Day-Lewis. Un nuevo rumbo en la obra de Anderson y un nuevo logro.

¿Qué más podía esperar de él?

No obstante cuando, a través de los pocos trailers e imágenes, fui viendo lo que estaba preparando mi expectación creció. Ya sólo el hecho de tener en el reparto a Joaquin Phoenix, uno de los actores más interesantes que he tenido el gusto de ver y disfrutar, junto con  Philip Seymour Hoffman y Amy Adams grandes actores ambos, sobretodo el camaleónico Hoffman, actor habitual de Anderson, merecía la pena esperar. Intento mantenerme alejado de cualquier información sobre ella, todo lo que mi curiosidad me lo permite, pero resulta difícil hasta que llega el momento en el que me siento en el cine y comienzo a disfrutar.

Anderson se vuelve quizá un poco más indeterminado que en otras películas, alejándose de una trama concreta o un escenario en particular, para mostrarnos el ascenso de una sesta y como su líder va creando una compleja red de seguidores que se extenderá rápidamente. Es curioso como Anderson esquiva hacer un juicio personal sobre lo que se nos está contando e incluso inventa un nombre para su secta sin referirse explícitamente a La Cienciología, incluso el aspecto de Hoffman recuerda a Ronald Hubbard, el fundador de dicha secta. Desde luego es una sutileza muy acertada. 
Spoiler
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Joaquin Phoenix interpreta a Freddie Quell, un ex militar de la 2ª GGMM con no pocos problemas mentales que malvive a base de alcohol. Una pieza rota más de un puzle que es la américa de mitad de siglo. La prepotencia con la que los victoriosos soldados desfilan mientras los pomposos discursos desde lo alto de la tribuna alaban a una América victoriosa, cuyo sacrificio, necesario y ungido por la gracia de Dios, ha llevado a una época de paz, no tienen nada que ver con Freddie Quell, un hombre amargado, atormentado. Anderson, desde mi punto de vista, consigue de forma magistral que nos identifiquemos con este personaje, sin llegar a juzgar de una forma directa, lo cual me parece un logro impresionante. Evidentemente, esta efervescencia, este pseudo estado de exaltación en está época en concreto, hace posible la aparición de personajes que creen poderse aprovechar de esto.

Es en este contexto en el que los dos personajes protagonistas se unen para dar forma a un relato perturbador sobre el poder de la mente como instrumento de manipulación, sobre la relación entre el discípulo desconcertado y el maestro que cree poder arreglar la vida de este discípulo. El discurso de Lancaster Dodd (Hoffman) es ambiguo, oscuro y nada claro. Un discurso sobre la razón, sobre la predestinación y el poder de creerse un ser superior puesto ahí por no se sabe muy bien qué fuerzas con las intención de poder llegar a ser  un ser superior o la creencia en la rencarnación y el concepto de alma rencarnada. Multitud de religiones y preceptos se hacen patentes en las palabras de Lancaster con la intención de crear un compendio de dudoso funcionamiento con el que poder atraer a los más débiles. Son, sin duda, los momentos más extraños de la película, aquellos en los que las palabras de Lancaster resuenan de forma amable, creíbles y Freddie Quell comienza a dudar. La compleja relación entre ambos y el tratamiento tan sencillo y a la vez lleno de naturalidad y por momentos poesía, es digno de ser recordado.  Por otro lado, tenemos la relación de estos dos protagonistas con los personajes cercanos y es aquí cuando de nuevo Anderson nos de muestra lo certero que puede llegar a ser. En primer lugar, no nos satura con multitud de secundarios, sino que selecciona varios personajes que ayudan a completar esta historia. Peggy Dodd  (Amy Adams), la mujer de Lancaster, hace un papel importantísimo, que nos da las claves, muchas veces implicitas, sobre su marido o su relación con sus discípulos. Creo que es un personaje interesantísimo y lleno de detalles que resultarán reveladores. A título personal decir que como actriz me parece estupenda y espero que se lleve algún premio porque se lo merece.

A nivel de dirección de actores, quizá Anderson sea el director que más matices y detalles sabe sacar a sus actores. Trier, Tarantino o Fincher estarían entre otros directores a los que considero buenos en el trabajo con actores. Joaquin Phoenix realiza un trabajo de introspección impresionante, llegando a ser doloroso verlo actuar. Philip Seymour Hoffman borda el papel de maestro, de guía. Es amable, carismático y está lleno de matices y por último Amy Adams que como ya he dicho me parece una gran actriz y verdaderamente estaba deseando que alguien como Anderson confiara en ella. Anderson sabe dirigir a los actores sabe ponerlos en el lugar adecuado y saber hacer que actúen. Los movimientos constantes de la cámara, su signo característico, contrastan con planos fijos de enorme dramatismo. Es en este momento cuando sabe imprimir el ritmo necesario, sabe decir lo que hay que hacer y como hacerlo. La meticulosidad de los planos, cuyos encuadres perfectos funcionan de forma descriptiva más allá de un mero ejercicio de estilo, por otro lado impecable, son uno de los logros más importantes respecto a sus otras obras.

En el apartado musical repite con Jonny Greenwood, con el que ya trabajo en Pozos de ambición. Sólo por escuchar la música de este hombre en el cine ya merece la pena pagar la entrada. Sus disonancias, sus acordes mayores quebrados e incompletos son perfectos para que crear tensión y desconcierto, así como enfatizar lo justo algún que otro momento dramático.  Es la evolución de la música típicamente Hollywoodiense reinventada por Greenwood y al servicio de Anderson como catalizador del conjunto.

En definitiva, una obra excelente que seguramente se revalorizará con el tiempo y que sin duda no dejará a nadie indiferente. Como dicen por arriba: Anderson te puede gustar, te puede no gustar, pero desde luego es imposible que te deje indiferente. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. El cine de Anderson es complejo, falto de repuestas y ambiguo. Está lleno de detalles, de esquinas donde la complejidad de los personajes y las situaciones se resguardan para que no sea fácil encontrarlas.

Los mejor:

- Joaquin Phoenix, Philip Seymour Hoffman y Amy Adams
- La dirección de Anderson.

La escena:

- El ejercio que el personaje de Philip Seymour Hoffman hace a Joaquin Phoenix al poco de conocerse.
- El dialogo en el calabozo entre. Philip Seymour Hoffman y Joaquin Phoenix

El detalle:

-La música, sin duda alguna.

Lo peor:

-Prácticamente nada, aunque no llega a ser perfecta desde mi punto de vista.

9/10
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John Matrix

"It's very gratifying to watch a man you don't like try to pull his own balls out of his throat"

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Harry_Hatchet

#9
Siento disentir, pero en la variedad está el gusto dicen, ¿no? xD

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El que mucho abarca...

Habrá quien piense que el hacer referencia al célebre refrán español en el título de mi crítica no es coincidencia. No obstante, considero que no es la única cinta del americano Paul Thomas Anderson que pueda calificarse de demasiado pretenciosa.

Yo aún no sé qué es lo que quiso decir The Master. Llámenme tonto, patán, o fan de Michael Bay. Lo cierto es que llevo desde anoche a las 22,30 intentando resolver el puzzle que propone el director. No voy a ser yo quien niegue el impecable talento del técnico que ya evidenciase sus dotes en 'Magnolia' y 'Boogie Nights' (y me imagino que en el resto de su filmografía); tampoco seré quien niegue las asombrosas capacidades actorales de Joaquin Phoenix —quien consigue la probablemente mejor interpretación del año— y Phillip Seymour Hoffman.

Lo que para mí es innegable es que a Paul Thomas Anderson le puede la grandilocuencia. Si bien pude entender, lo que se nos cuenta en 'The Master' —más que un biopic del fundador de la Cienciología L. Ron Hubbard— es una historia de sumisión. De un alumno y un maestro (¿es que no han leído el título del film?). De un capitán y un marinero. De cómo un débil, irracional y alcohólico excombatiente de la Guerra del Pacífico sin apenas posesión alguna se somete a la voluntad de su contrario: un ambicioso e inteligente Lancaster Dodd.

Comprendo el proceso de domesticación que la película exhibe... pero no sus "pequeños rasgos". Y es que parece que Thomas Anderson permanece demasiado ofuscado en encontrar la perfección fílmica, introduce multitud de detalles que ayudan a construir el clima oscuro en el que está sumida la mente del inestable Quell, numerosas piezas de un puzzle que no logro encajar. Lo que para mí viene siendo considerado una "pajilla mental", vaya. Finalmente, el maestro Thomas Anderson consigue hipnotizarnos con su cuidada dirección y su bella fotografía — a cargo de Mihai Malaimare Jr.— Mas desgraciadamente, no así con su historia. Es una pena que una correa tan buena no se use para domar al dragón que merece.

"The Master" viene a ser un barco en mitad del océano para el espectador sentado en la orilla del mar. Pretende someter adeptos, pero la bruma impide a éste que lo vislumbre con claridad. Y es una pena, porque el barco es precioso.

NOTA: 6/10
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paradoja

no a estrenado en mi pais pero tengo reales espectativas de esta peli por sus buenas criticas y el contenido visual que nos promete y asegura ser un buen film a toda costa gracias por la critica wancho :palomitas :palomitas
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Josemi19

Es la que menos me gusta de PTA; y eso que aún me queda alguna por ver. El principal defecto que le he visto desde mi punto de vista es que había veces que no le veía coherencia a la historia o escapaba a mi entender. Está claro que el hecho de que no exista coherencia en una película no quiere decir que no me guste, el final de 'Magnolia' raya lo paranormal y aún así la película me gustó y mucho. Y a ese hilo incoherente se le suman algunas escenas que me repudiaban: el mejor ejemplo creo que es la escena de Hoffman y Adams hablando en el baño... Muy cruda.

También han habido cosas que me han gustado. Joaquin Phoenix... ¿En serio que ese hombre no tiene parte de la cara paralizada en la vida real? Muy bueno su trabajo. Y a Seymour Hoffman no hay que decirle nada porque siempre cumple. La dirección también me ha parecido buena aunque no tan brillante como la de su anterior película. Aunque si hay algo que en 'The Master' me ha gustado más que en 'Pozos de ambición' es la banda sonora; aunque tampoco mucho.

En definitiva y como ha dicho el amigo Wanchope, "no es un film para todos los públicos". Es una película que cada uno va a tener su propia valoración. La mía no es mala, pero tampoco muy buena. Aún así comprendo que haya gente que le parezca una joya; cada espectador es único. Un 6.
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paradoja

sin duda en mi pais recibe el nombre de todo hombre necesita un guia ¿tiene algo que ver?
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el_emi

Cita de: paradoja en 05 de Marzo de 2013, 02:46:01 AM
sin duda en mi pais recibe el nombre de todo hombre necesita un guia ¿tiene algo que ver?

En serio le pusieron ese nombre horrible?  :aii

Es una película con mucha chicha y desarrolla muchas ideas pero se podría decir, siendo muy reduccionista, que algo tiene que ver...
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jescri

Está película está muy lejos del anterior trabajo de Paul Thomas Anderson, 'Pozos de ambición', todo ello a pesar de contar con un reparto inmejorable. ¿Significa esto que es una mala película?, por supuesto que no, pero esperaba mucho más.

Partimos de ese deseo irrefrenable de algunas personas por creer en cualquier cosa a cualquier precio, con un tipo llamado Freddie (Joaquin Phoenix) para el que todo vale con tal de defender a su maestro (Philip Seymour Hoffman). Seguramente Thomas Anderson sabía que este proyecto podía levantar ampollas entre distintas "sectas", ya que se nota que el director no escatimó en profundizar en un tema algo delicado, cosa que yo aplaudo. Pero algo falla, la pregunta sería... ¿El qué? Pues está claro que no es el reparto. Tampoco podemos achacarle que sea demasiado mística (¡Qué pensaríamos de 'Magnolia' entonces!), ni falta de talento de un guionista y director que a lo largo de su carrera ha demostrado ser capaz de lo mejor. Yo diría que simplemente hay demasiados personajes sin explorar, y desde luego que le falta mala leche, aquello que Daniel Day-Lewis sí reflejó en su papel de padre viudo y magnate del petróleo destrozado por su propia codicia, pero en aquella ocasión era el destrozo de una persona hecha a sí misma, irónica, capaz de reírse de su desgracia en tu cara. Aquí no, aquí vemos a un tío que tiene una veleta por cabeza y que tan pronto es el más reprimido como es el más salido de los mortales.

Resumiendo, película no apta para personas depresivas, aunque sólo por la fotografía de esas escenas en la playa vale la pena.

Nota: 6.
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