El hobbit: Un viaje inesperado

Iniciado por reporter, 11 de Diciembre de 2012, 10:06:14 AM

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reporter

El hobbit: Un viaje inesperado


SINOPSIS: La aventura sigue el viaje del protagonista Bilbo Bolsón, que se embarca en la recuperación del tesoro y del reino enano de Erebor arrebatados por el terrible dragón Smaug. Alcanzado de repente por el mago Gandalf el Gris, Bilbo se encuentra acompañado de trece enanos dirigidos por el legendario guerrero Thorin Escudo de roble. Su viaje les hace adentrarse en el bosque cruzando tierras peligrosas, donde se encontrarán con trasgos, orcos, wargos salvajes, arañas gigantes, cambia pieles y hechiceros. Aunque su objetivo era la Montaña Solitaria de Oriente, primero tuvieron que escapar de los túneles de los trasgos, donde Bilbo se encuentra con la criatura que cambiará su vida para siempre... Gollum.

CRÍTICA: Ida sin vuelta

Como en casa en ningún sitio. Nada puede compararse a la reconfortante seguridad y calidez que ofrece el hogar. El mundo está lleno de peligros, de obstáculos, de armas afiladísimas esperando a clavarse en lo más hondo de nuestro corazón. Más allá del umbral de la puerta, hay un mundo tan grande; hay tantos elementos potencialmente dañinos, que cualquier tentativa de control sobre la fatalidad que presuntamente nos acecha no hace más que añadir más estrés si cabe a una existencia ya de por sí estresante, y por ello, patética. Ante todo esto, ¿qué puede compararse a la comodidad de nuestro salón, donde la ubicación y la elección de cada mueble responden sólo a nuestra voluntad? ¿Qué puede haber mejor que comer hasta reventar a base de nuestros ingredientes favoritos, cocinados como solamente nosotros sabemos, y echando mano de aquellos utensilios que tan bien conocemos? ¿Hay algo mejor, tras una intensa jornada laboral, que desplomarse sobre la cama que preparamos meticulosamente a primera hora de la mañana?

Si lo hay, existen unas criaturas que no quieren ni saberlo. Afincados en un pequeño, discreto y afortunadamente desconocido paraíso terrenal, los hobbits viven pacíficamente y muy alegremente, disfrutando, entre fiestas, comilonas varias y algunas pocas horas de trabajo, del día a día. Nadie sabe apreciar mejor que ellos el dulce sabor de la rutina; de la impagable certeza de que el mañana será tan plácido como el ahora. Todas las demás riquezas y placeres del mundo ya pueden quedárselos los elfos, los enanos y los hombres. Peter Jackson, en el sentido artístico, y por mucho que nos pueda engañar su aspecto, no pertenece al último grupo. Por lo menos muestra muchos más atributos asociables a los mencionados seres fantásticos. Su faceta de mediano, irónicamente es la que a priori sobresale más, porque nadie mejor que él parece saber aquello de ''como en casa en ningún sitio''.

Así lo atestigua su currículum, que fue definitivamente detectado -y de qué manera- por los radares cinéfilos de todo el mundo con la trilogía de 'El Señor de los anillos', en lo que sin lugar dudas fue un acto de justicia divina para una de las obras magnas en lo que llevamos de siglo XXI (debidamente recompensada tanto económica como académicamente), pero que al mismo tiempo dejó en evidencia el terrible menosprecio al que se había sometido a los primeros trabajos de un cineasta que ya había mostrado muy buenas maneras tanto en la irreverencia del mockumentary y el splatter como en la delicadeza del drama con aires de fantastique. A través de las últimas entradas en la hoja de servicios, puede detectarse a simple vista un evidente, revelador y a la postre comprensible viaje de ida y vuelta por parte del autor. El éxito cosechado en la Tierra Media no se repitió, ni mucho menos, en los posteriores proyectos de Mr. Jackson, evidenciándose así la proporcionalidad directa entre el peso -en sentido literal- de dicho director y el interés que le prestaba el gran público.

Todo parecía dispuesto pues para el glorioso -más bien vitalmente necesario- regreso del director al universo que lo convirtió en astro del séptimo arte. Pero antes: litigios por derechos de autor, manifestaciones con reivindicaciones laborales, incendios y deserciones. Lo que fue un espeluznante (sobre todo para los inversores) cúmulo de maldiciones que confirmaron que Guillermo del Toro se ha abonado a los proyectos efectivamente malditos, también supo mantener la temperatura ideal en la incubadora para que al menos la criatura se las ingeniara para captar la atención del mundillo durante su larguísimo y traumático proceso de gestación. Por si no se había echado suficiente madera, aparecieron los famosos 48 frames por segundo (que por cierto, entre los pocos que los disfruten, de momento no se encuentran los miembros de la prensa especializada de este país, queda dicho), y el fuego ardió con más virulencia.


Sí, nuestro querido hobbit había regresado por fin a la Comarca; a su hábitat natural; allí donde su cuerpo le decía que nunca debería haber dejado atrás. No obstante, la vuelta a casa no estaba siendo como se había planeado en un principio. El dulce hogar estaba patas arriba; irreconocible. Era como si una panda de enanos hambrientos de buena gastronomía y sedientos de sangre de reptil hubiera anidado allí durante la ausencia del propietario... o también era como si alguien hubiera desmontado la choza y hubiese decidido empezar a construirla por el tejado. A todos los pedruscos en el camino enumerados antes cabe añadir el más grande de todos: el gigantesco handicap que supone el ir totalmente en contra de la lógica de J. R. R. Tolkien en lo referente a la construcción de su macro-retablo épico.

Lo que en la literatura empezó como algo muy cercano a un divertimento dirigido a un público infantil / juvenil (AKA 'El hobbit') mutó definitivamente, y casi veinte años después, en el tono más oscuro y sí, adulto de la faraónica trilogía que aseguraría la inmortalidad de su autor (AKA 'El Señor de los anillos'). Dicha evolución, lógica teniendo en cuenta el proceso de maduración del escritor, sumado a un contexto histórico que también puso de su parte, se rompió en la gran pantalla desde el momento en que la industria fílmica decidió apostar -y no sin razón- directamente por el menú más suculento. Por supuesto, nada que reprochar (mucho menos viendo los excelentes resultados)... a no ser que posteriormente se decidiera hincarle el diente al ''segundo plato'' en discordia. Fue entonces cuando los nubarrones más negros volvieron a brotar de las tierras de Mordor... o de Erebor, lo mismo da. Habemus problema... y por mucho que el título del filme indique lo contrario, éste era del todo esperable.

Más aún cuando las lógicas del marketing (precuelas, secuelas... a efectos prácticos, lo mismo son) dictan que las ''segundas partes'' deben venderse con el más-difícil-todavía; con una escalada más típica de un espectáculo circense, y que prometa al espectador llevarlo más allá de la marca registrada por la anterior experiencia. En este sentido, y antes de que empiecen a erigirse estatuas de mármol, es imperativo dejar claro que 'El Hobbit' no ha venido a satisfacer esta necesidad. No puede, ni quiere. Juega en una liga totalmente diferente a la de 'El Señor de los anillos'. Hay quien diría, sin pensárselo dos veces, que lo hace en una categoría inferior, al poder considerarse esta pieza como -y que nadie se ofenda- una ''obra menor'' dentro del entramado que compone el vasto universo ideado por Tolkien. Mejor o peor, lo que es innegable es que ahora estamos ante un producto que originariamente tenía muchas menos pretensiones en comparación con sus archi-famosos hermanos trillizos. De hecho, no es casual que Jackson nos hablara por primera vez, hará ya once años, de 'El Hobbit' en una escena en la que un anciano Bilbo narraba sus aventuras ante una audiencia exclusivamente compuesta por niños (entre los cuales se encontraban los hijos del propio director, por cierto).

Si algo demostró Peter Jackson antes de atragantarse a base de Oscars fue un conocimiento científico y un enamoramiento empedernido hacia el material de base. Así pues, no cabe preguntarse si es consciente o no del problema (de encontrarse en un punto de no-retorno, nunca mejor dicho) con el que tiene que lidiar. Lo es, y es precisamente este nivel de consciencia el que se descubre como la piedra angular para comprender todo lo que implica 'El hobbit: Un viaje inesperado'. En efecto, ha cambiado el título (usado a modo de particular homenaje al capítulo de apertura del libro)... y también lo ha hecho la estructura. Tiempo para preguntarse: ¿cómo puede ser que salgan tres películas de un tomo más corto que cualquiera de los que componía la trilogía del Anillo Único? ¿Magia? No, alquimia... algo chapucera.


Al menos controvertida, y por ello ilustrativa, en el plano conceptual, de lo que ha venido siendo, en un sentido estético, la idílica sociedad Tolkien-Jackson. La sobresaliente apuesta barroca por parte del neozelandés derivaba no solamente en la saturación pictórica a base de innumerables detalles, sino en un excelso y continuo juego de luces y sombras que ahora, funcionando de nuevo a las mil maravillas, sirve para hablar, como se ha dicho, sobre el muy discutido esqueleto del programa, en forma de tríptico. Por supuesto, para que éste se materialice más allá de la locura inicial, no es que se haya acortado la duración de cada entrega (hace mucho tiempo que este cineasta renunció a contarnos sus historias en menos de dos horas), sino que se ha optado por inflar cada una de ellas con más material literario ''desaprovechado'' (siendo 'El Silmarillion' y los 'Cuentos inconclusos' las principales fuentes de inspiración en estos menesteres). Rememorando el también cuestionado tramo final de 'El retorno del rey', ¿podemos hablar del esplendor de la devoción del romántico que no quiere abandonar la tierra de sus sueños sin antes haber cubierto todo el terreno posible?, ¿o por el contrario se trata de la enésima muestra de las tinieblas típicas de una maquinaria obsesionada por estrujar a más no poder a la gallina de los huevos de oro?

La respuesta queda en la penumbra de la duda. Mientras, siguen los claroscuros. Tras una genial pirueta narrativa inicial, tan redonda como el círculo de humo en el que se apoya, Jackson se pone a mezclar ingredientes, rescatando del olvido fílmico tramas y personajes ''ajenos'', desatando así un diálogo entre obras que, aparte de ser necesario para que salgan las cuentas, en ocasiones da mayor consistencia al conjunto, y en otras hace que la mezcla luzca un sabor no inesperado, sino incorrecto. Dicho de otra manera, cuando el hobbit es fiel a su naturaleza (hablamos de dinamismo, hablamos de jocosidad, hablamos de un mago contando enanos del mismo modo que un profesor enumeraría a sus alumnos antes y después de cada excursión) y desprende el mismo aroma del cine de maestros en la materia como Jim Henson, la travesía va sobre ruedas, pero cuando éste intenta ponerse al nivel de otros seres que lo superan en altura, el experimento se antoja casi siempre como cargante, incluso ridículo.

A su manera, cuando Peter Jackson se vende -que lo hace- a una industria que seguramente se encargó de recordarle que su crédito se estaba agotando, parece el más débil y corruptible de los hombres. Aquel que, lejos de querer redefinir -de nuevo- la épica fantástica cinematográfica, se acoge en el peor de los casos a la vacuidad del mainstream más cobarde, y en el mejor a un ejercicio de auto-nostalgia (marcado por su propio manual) demasiado prematuro. En cambio, cuando el comandante del barco se destapa y rompe sus ataduras, se nos muestra como el más elegante de los elfos a la hora de hacernos volver a soñar con las imágenes más bellas e increíbles (que precisarán de más de un visionado para apreciar todo su esplendor) y como el más curtido de los montaraces cuando le toca ejercer, una vez más, de cicerone a través de un mundo que conoce como la palma de la mano. Es entonces cuando, obviamente, se lo pasa -y nos lo pasamos- como un enano. Lo mínimo que cabía esperar de una obra que en un principio, ''sólo'' pretendía ser un torrente de aventuras, tan contundente como despreocupado, y empujado por la noble e incorruptible voluntad de salir para empaparse del exterior.

Y así, Maese Jackson, el hobbit que descubrió que no hay hogar sin viaje, emprende su nueva odisea (de momento inconclusa; sin vuelta a corto plazo), para bien o para mal, cumpliendo con las expectativas marcadas por los antecedentes. 'El hobbit: Un viaje inesperado' está lejos de 'El Señor de los anillos', como debe ser. Peter ya no es el mismo, ni en la ejecución (más subordinada a las modas tecnológicas) ni en la previa toma de decisiones. Pero sigue siendo la Tierra Media, y ésta sigue estando en buenas manos. Lo demuestra un Martin Freeman sencillamente encantador, y la imponente partitura de Howard Shore, y el buen funcionamiento de las trepidantes set piece, y el apabullante acierto, con precisión quirúrgica, en determinados momentos, como el crucial capítulo de los ''acertijos en la oscuridad''... Por fin podemos volver a decirlo: el chute anual de tolkienismo está servido. Eso sí, ahora hay que pagar peaje. ¿Y qué?

Nota: 7 / 10
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Mai



"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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reporter

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Turbolover1984

Yo me abstengo de leerla hasta que la vea como suele ser costumbre, aunque seguro que como siempre es una gran crítica.

Lo que venía a preguntar es sobre el 3D en 48 fps. Si repor o alguien la ha visto así y que tal?
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reporter

Lo de los 48 frames tiene mucha tela... en el pase de Barcelona la vimos en 24, y creo que en Madrid también, así que en este aspecto obviamente no puedo pronunciarme (que digo yo, con toda la que se ha montado, ¿no dan ni a la prensa la oportunidad para verla así? bravo...). Ya me veo, para cuando caiga el revisionado con los colegas, buscando con lupa alguna sala donde la pongan a 48... huele a misión imposible. El 3D no me molestó, que ya es mucho, y en algún momento puntual hasta me gustó, pero como en la mayoría de casos, me da a mí que en 2D la experiencia tampoco va a perder demasiado.
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Turbolover1984

Cita de: reporter en 11 de Diciembre de 2012, 01:02:14 PM
Ya me veo, para cuando caiga el revisionado con los colegas, buscando con lupa alguna sala donde la pongan a 48... huele a misión imposible.

Si a mi pueblo que traen solo el estreno o los 2 estrenos más comerciales cada semana y el 3D llegó más tarde que a ningún sitio, ha llegado el 3D 48FPS, por vuestras capis tiene que estar en casi cada cine, dudo que te cueste encontrarlo.
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Black Knight

#6
Para saber que salas y como va el tema de HFR, en este blog estan informando de todo:

http://3dcinema.wordpress.com/tag/hfr/

PD: La verdad que es ridículo que a la prensa no les hayan puesto en HFR
que la fuerza os acompañe

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reporter

Gracias a ambos x la info! Seguiré el blog, q de momento, confirma mis sospechas: ahora mismo en Barcelona capital en dos salas (una de ellas en el quinto coño, para mí, al menos), el resto es en la periferia. Mi no entender, de verdad... oí comentarios muy malos sobre el hfr, pero otros de buenos, no sé, entiendo que haya división entre los exhibidores, pero esperaba un poco más de representación para los 48.
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Black Knight

Cita de: reporter en 11 de Diciembre de 2012, 01:24:17 PM
Gracias a ambos x la info! Seguiré el blog, q de momento, confirma mis sospechas: ahora mismo en Barcelona capital en dos salas (una de ellas en el quinto coño, para mí, al menos), el resto es en la periferia. Mi no entender, de verdad... oí comentarios muy malos sobre el hfr, pero otros de buenos, no sé, entiendo que haya división entre los exhibidores, pero esperaba un poco más de representación para los 48.

Yo los comentarios supuestamente malos del HFR a mi me parecen buenos, porque la mayoría dicen que es demasiado real que deja de parecer cine y parece teatro. Me parecen comentarios muy conservadores.
que la fuerza os acompañe

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el_emi

Dos días más y estaré sentado frente a la pantalla. No puedo esperar!

Excelente crítica!!!
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reporter

Cita de: Black Knight en 11 de Diciembre de 2012, 01:29:40 PM
Cita de: reporter en 11 de Diciembre de 2012, 01:24:17 PM
Gracias a ambos x la info! Seguiré el blog, q de momento, confirma mis sospechas: ahora mismo en Barcelona capital en dos salas (una de ellas en el quinto coño, para mí, al menos), el resto es en la periferia. Mi no entender, de verdad... oí comentarios muy malos sobre el hfr, pero otros de buenos, no sé, entiendo que haya división entre los exhibidores, pero esperaba un poco más de representación para los 48.

Yo los comentarios supuestamente malos del HFR a mi me parecen buenos, porque la mayoría dicen que es demasiado real que deja de parecer cine y parece teatro. Me parecen comentarios muy conservadores.

Weno, esto sí q sí hay que verlo para saber cómo es realmente. Supongo q mientras no nos encontremos en la situación, ni todas las críticas (positivas o negativas) van a ser capaces d plasmarlo completamente. A ver si este mismo viernes salgo de dudas!
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el_emi

El 48fps lo veré en mi casa, si es posible.
A mi ciudad no ha llegado. Es más a mi ciudad tampocó llegó en VOSE. Tampoco en 2D.  :'(
Obligado a verlo como ellos quieren  :deses.

Dicho sea de paso, se sabe si este 48fps se puede ver en los televisores HD? De tecnología entiendo poco, así que no se si hay algún impedimento.
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Wanchope

Cita de: reporter en 11 de Diciembre de 2012, 01:02:14 PM
Lo de los 48 frames tiene mucha tela... en el pase de Barcelona la vimos en 24, y creo que en Madrid también, así que en este aspecto obviamente no puedo pronunciarme (que digo yo, con toda la que se ha montado, ¿no dan ni a la prensa la oportunidad para verla así? bravo...).

Confirmo... o eso, o no se noto ni para bien ni para mal.  :poss

Como dice Repo el 3D está bien hecho y no molesta, para nada, aunque dudo que sea realmente relevante o fundamental. De hecho es que prácticamente no lo considero como algo influyente en la calidad de una película salvo cuando no molesta, y en ese sentido sí tengo que decir que después de casi tres horas en 3D salí del cine con un ligero y molesto dolor de cabeza. Puestos a comparar considero una inversión más interesante pagar el extra por 'La vida de Pi', por ejemplo.

De todas formas sobre los famosos 48FPS... casi prefiero que no nos la hayan proyectado así: podría haberme gustado más o menos (aunque apuesto a que no), pero también es posible que hubiera despistado la atención más sobre ese tema que sobre la película. Y creo que ahí está el quiz del por qué no proyectárselo así a la prensa, para que este debate no empañe el lanzamiento de la película: muchos serán los que la vean y no sepan de que va el tema, y más importante todavía, no irán condicionados por ello.
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Tomi

Yo el 13 de diciembre opino de esta peli, que al parecer es una maravilla, cierto?
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cicely

Yo ya tengo la entrada para el viernes a la primera sesión, estoy contando los minutos  :babear :muy :muy


Un día sin sonrisa,es un día perdido.
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