El arte de amar

Iniciado por reporter, 24 de Mayo de 2012, 09:31:20 PM

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El arte de amar


SINOPSIS: Cinco historias centradas en el amor, la búsqueda del amor y del ser amado. Historias cruzadas que se interseccionan por azar y que provocan diferentes conflictos emocionales en una serie de personajes al borde de la crisis sentimental. Cinco historias que, en definitiva, exploran los sentimientos y el arte de amar, las infidelidades y la necesidad de sentirse deseado.

CRÍTICA: El efecto Bayern

A veces la industria cinematográfica puede ser más despiadada que las finales de Champions del Bayern de Munich contra equipos ingleses. Los bávaros dominan todo el partido. Inquietan más la portería rival, tienen maniatados a los delanteros brits y se avanzan en el marcador. Pero por razones que nadie alcanza a entender, ven como su ventaja en el marcador queda neutralizada en el último suspiro. Duro golpe moral que se ve agravado por el hecho de que lejos de permitir la recuperación, los malditos ingleses han vuelto a atacar de nuevo en lo que ha sido otra estocada mortal. Y así, la orejona que debía ir a parar a las vitrinas del Allianz Arena, vuela finalmente en un abrir y cerrar de ojos, hacia el Reino Unido.

A los perdedores, que todavía no saben qué ha pasado, solamente les queda el amargo consuelo de un impostado pasillo de campeones, y una triste medalla que pesa más que Gabourey Sidibe -perdón-. Del mismo modo, el cine es un monstruo que vive del éxito. Lo busca desesperadamente, lo cual para nada es reprochable... lo malo es que una vez lo ha conseguido vive de él, primando así la maldita ley del mínimo esfuerzo, que como por arte de magia, convierte al susodicho sujeto de estudio en el Chelsea de turno, y a los espectadores en el pobre Bayern, que se veía alcanzando la gloria. La palpaba; la saboreaba, pero al final se le queda la cara de tonto... y gracias.

Volviendo al celuloide, hablábamos de la perversidad que se manifiesta demasiado a menudo en la cartelera. Algo a fin de cuentas comprensible, pero no por ello menos indignante. Y es que cada año nos llegan una serie de títulos que han sido antes pacientemente guardados en una especie de congelador, en espera de tiempos propicios para su lanzamiento. Desconfíen de aquellos proyectos en los que ha habido embargo de críticas (¿por qué no puede hablarse de la dichosa película hasta llegada determinada fecha?, ¿tan mala es?), pero sobre todo desconfíen de aquellos proyectos que vienen con la infausta carta de presentación de ''de los creadores...'' (con infinitas variaciones, cada cual igual de traicionera).

Son estos filmes los que se han guardado en temperaturas bajo cero, porque normalmente, su escasa -o nula- calidad debe fingirse con la de otras películas, aprovechando pues miserablemente el rebufo de otra cinta. Así, el espectador, al igual que los jugadores del Bayern, envalentonado por las buenas sensaciones de, por ejemplo, 'The Artist', paga sin pensárselo dos veces una entrada para ir a ver, por ejemplo, 'Los infieles', que efectivamente, es de ''los tíos rematadamente estupendos que hicieron 'The Artist'''. Ya han conseguido adelantarse en el marcador apostando por Hazanavicius y Dujardin... ¿por qué no ampliar la ventaja en el luminoso haciendo la misma jugada? Pues va a ser que no.


La clara ocasión de gol se torna en un contraataque letal, que desemboca en venenoso saque de esquina. El desenlace no hace falta repetirlo, porque es de sobra sabido que al final, el gol nos lo han metido a nosotros. Y por toda la escuadra. No hay Champions; no hay gloria... solo hay cabreo e impotencia, porque una vez más, hemos tropezado con la misma piedra. C'est la vie, que dicen en Francia, país del cual nos llega 'El arte de amar', una película que, una vez establecidos los precedentes, suscita, y no sin razón, la más amarga de las desconfianzas. Demasiado fresco en la memoria está el funesto recuerdo de la mencionada 'Los infieles' para que ahora nos llegue una película también francesa, también de episodios, que también en aquella repugnante asociación de conceptos (a saber, la felicidad y la vida en pareja) y que también pretende sobrevivir a priori del éxito de uno de los booms más sonados del cine europeo de los últimos tiempos: 'Intocable'.

Sí, mis queridos bávaros, ya está aquí, y citamos al póster promocional, ''la nueva comedia del protagonista de 'Intocable'''. ¿Cuál de los dos, el de los suburbios? No, el pijo tetraplégico forrado. Hay razones para saltar por la ventana. Más aún cuando se apagan las luces de la sala, empieza la proyección y la voz de un narrador omnisciente comenta la jugada en exquisito francés, mientras suena de fondo refinada música de cámara, lo cual nos lleva de lleno a la tradición más pedantilla de una cinematografía que cuando quiere, se pone más pedantilla que ninguna otra. Ventana abierta... y preparativos para el doloroso -y salvador- aterrizaje.

Pero cuidado. Cuando parece que al equipo de Munich se le va a escapar de nuevo el triunfo, el conjunto inglés hace aquello con lo que nadie confiaba: fallar -se sospecha que a posta- el córner. Milagro: Emmanuel Mouret, director y guionista de la cinta, ha tenido el detalle de no tomarnos el pelo y ofrecernos un producto que por lo menos -y no es poca cosa- se digiere con pasmosa facilidad, y por si fuera poco, proporciona aquellas dosis de entretenimiento ligero y poco cargante, que ahora que se acerca el verano (con el respectivo invierno en las salas de cine), tan bien le sienta al cuerpo y al cerebro.

'El arte de amar' tiene un título más empalagoso que la obra de Stephenie Meyer, y como buena película en formato episodios (que para más inri, se nos presentan de forma fragmentada), reina la irregularidad. Un defecto éste último que se convierte en punto a favor por el simple hecho de que, en el caso de que nos topemos con una historia poco atractiva, ésta no puede torturarnos durante demasiado tiempo (ochenticinco minutos de metraje divididos en cinco distintos relatos... el cálculo es sencillo). En cambio, las que sí salen a cuenta (como por ejemplo, aquella en la que se deja ver un François Cluzet que bien podría dar el pego como patoso y bonachón Dustin Hoffman) hacen que esta simpática comedia sobre los eternos enredos amorosos, contra todo pronóstico, tenga la decencia de permitirnos superar la prórroga, para que a buen seguro, alguien nos arrebate el buen sabor de boca en la fatídica tanda de penaltis. Pero esto ya será culpa de otro desalmado.

Nota: 5,5 / 10
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gicu

Esta no me la pierdo ,a pesar de  tu aprobadico justo. Gracias, Sir. ñ

  :beso

''Definitivamente no me gusta la cordura,imita demasiado a la muerte. Prefiero la locura, no la que se padece sino con la que se baila ''
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reporter

Aprobado justico porque en ningún momento me emocionó ni me atrajo especialmente, pero se deja ver, cae simpática y entreteniete, que ya es mucho!
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