Los infieles

Iniciado por reporter, 04 de Abril de 2012, 01:46:04 PM

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Los infieles


SINOPSIS: Desde una conferencia de ventas en un hotel en los suburbios a una elegante clínica para adictos al sexo, desde un club nocturno en París a la ostentación de la carne en Las Vegas, los protago- nistas se lanzan a una búsqueda antigua como el tiempo. Cualquier mala excusa es ofrecida, todos los trucos existentes se usan. La búsqueda del sexo está en marcha. Ingeniosos y conmovedores, honestos y cínicos, cobardes e inocentes, enternecedores y despreciables. Chicos, en otras palabras. La esperanza late eter- namente en el corazón del hombre, pero el camino hacia el placer prohibido nunca es fácil.

CRÍTICA: El destape vestido de Armani

Desde una conferencia de ventas en un hotel en los suburbios a una elegante clínica para adictos al sexo, desde un club nocturno en París a la ostentación de la carne en Las Vegas, los protagonistas se lanzan a una búsqueda antigua como el tiempo. Cualquier mala excusa es ofrecida, todos los trucos existentes se usan. La búsqueda del sexo está en marcha. Ingeniosos y conmovedores, honestos y cínicos, cobardes e inocentes, enternecedores y despreciables. Chicos, en otras palabras. La esperanza late eternamente en el corazón del hombre, pero el camino hacia el placer prohibido nunca es fácil.

Cierto periódico deportivo cuyo nombre no hace falta mencionar (poca publicidad le hace falta al medio escrito más seguido en nuestro país... pequeño dato para la reflexión) creyó no hace mucho que para potenciar aún más sus ventas, estaría bien regalar a sus lectores una serie de DVD's. Hasta aquí ningún problema. Nada que no suceda en casa de cualquier vecino. El caso es que dicho periódico, que, una vez más, resulta ser el más leído en España, creyó que una colección dedicada a la dupla Esteso & Pajares sería un reclamo cojonudo para su causa. Peligro. Desconozco el resultado final de la iniciativa (de hecho, lo temo, y por ello me amparo en la ignorancia), pero el hecho de que a algún maestro del marketing le diera por los conocidos como ''los reyes del destape'' es por lo menos indicativo, por no decir preocupante.

Muy lejos de los propósitos de esta crítica está el analizar cómo el humor más soez y sobre todo casposo sigue enraizadísimo en la Península; mucho más lejos está la localización exacta de estos oasis de fósiles (aquellos lugares en los que España se pronuncia con ''j'' en vez de con ''s'' y en los que la ''ñ'' se alarga hasta pronunciar ''i''). Sí compete a este espacio hablar de cómo un equipo ganador en pleno auge da una clase magistral de cómo tirar por la borda en a penas hora y media todo lo logrado especialmente a lo largo de un año de ensueño. Todo empezó pocas semanas antes de la celebración de la 64ª edición del Festival de Cine de Cannes. En ese momento, se comunicó desde la organización del certamen que a última hora se había optado por la inclusión de una película más en la Sección Oficial a Competición.


En la apretadísimas parrilla para conquistar la Palma de Oro había que contar ahora a una rareza titulada 'The Artist', rodada en blanco y negro y con ausencia de sonido (características que para muchos se mantuvieron en el más absoluto misterio hasta el mismo momento de la proyección, señal inequívoca del poco interés que en un principio levantó la cinta) y dirigida por un director francés pero con nombre más típico de jugador lituano de baloncesto. Tras su presentación en público, saltaba a la vista que la propuesta había cuajado muy bien entre los asistentes. Lo que nadie en la Croisette -me incluyo- llegó a pronosticar fue todo lo que estaba por llegar. ¿Película curiosa y memorable? Sin duda, pero difícilmente comercializable... por no hablar de premiable en las grandes citas.

Error fatal en un pronóstico que no tuvo en cuenta el poder de la maquinaria Weinstein, a la que por lo visto no se la puede privar de la obtención de ningún galardón. Con ayudas externas o sin ellas, 'The Artist' triunfó -merecidamente- entre crítica y público, y dio a conocer una pareja encantadora (Michel Hazanavicius y Jean Dujardin, se entiende) en todos los sentidos que resulta que ya llevaba tiempo en el oficio de encandilar a propios y extraños (nunca está de más recomendar la saga 'OSS'). Una vez este Dream Team alcanzó el nivel máximo de popularidad, había llegado el momento de aprovechar la racha y comprobar hasta qué punto estaría dispuesto el gran público a tragar. Sí, hablamos de aquella frase publicitaria tan temida en el séptimo arte, ''De los creadores de... '', a la que se añade la coletilla ''The Artist'' para promocionar la película que ahora nos concierne. Horror.

Con la misma estructura -y espíritu- que cualquier programa malo de sketches, se nos presenta 'Los infieles'. ¿Leitmotiv de este espacio televisivo reciclado? La infidelidad, por supuesto, así como toda la coña marinera que conlleva, que es para partirse de la risa. Más si cabe para un par de narcisistas ligones más sospechosos que los vaqueritos de cierta película filmada por Ang Lee. Con el tema central de la monogamia como gran mentira de nuestra sociedad, se nos ofrecen diversas píldoras, de duración y tono diversos, dispuestas todas ellas a mostrarnos la cara más amable y amarga del complejísimo y fascinante mundo del ligoteo, así como de la aburridísima vida en pareja. La monda.

Después de ver a un unicejo Dujardin convertido en patético fracasado sentimental y social, pocos argumentos más quedan para seguir riéndole las gracias a los gags del maldito programa. ¿Dónde está el condenado mando para cambiar de canal? Fuera de nuestro alcance, de modo que no queda otra que tragarse el orgullo y apechugar con lo que se muestra. Con suerte habrá algún chiste que nos hayan contado cien veces antes, pero que por razones inexplicables siga conservando algo de gracia... y a malas ahí queda la vergüenza ajena que produce el ver cómo unas personas a las que tanto cariño habíamos cogido, se empeñan en destrozarlo todo rebajándose a dar vida a unas tontas y aburridas historias que en su amplia mayoría parecen sacadas de los descartes de los reyes del destape. Porque ir con un descapotable escuchando los grandes éxitos de Pino D'Angio no hace más que demostrar que la caspa, aunque se vista de Armani, caspa se queda.

Nota: 4 / 10
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