¡Sigue la peli!

Iniciado por Bandarra, 06 de Abril de 2011, 06:38:50 PM

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Rhaegar

(diooooooooooos, SABÍA que alguien iba a continuarlo con "erección"  :risa :risa :risa :risa )
~ I had the craziest dream last night
I felt it. Perfect. It was perfect. ~
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Bandarra

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque
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El Nota

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"
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Amármol

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

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Vector

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito..

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Sullivan

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito exparciendo y salpicando mi cara con un megunje de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky
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princesadelguisante

Notas qué grande :obacion :obacion

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó:
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Amármol

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo!
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

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Bandarra

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
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Vector

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
y decidio que era tiempo de dejar todos esos juegos con homosexuales caribeños, y hacer algo para cambiar el mundo

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Sorgina.

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
y decidio que era tiempo de dejar todos esos juegos con homosexuales caribeños, y hacer algo para cambiar el mundo, porque ya estaba harto de vivir en un mundo dónde los cerdos  más rechonchos eran los gobernantes y no podía
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Sullivan

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
y decidio que era tiempo de dejar todos esos juegos con homosexuales caribeños, y hacer algo para cambiar el mundo, porque ya estaba harto de vivir en un mundo dónde los cerdos  más rechonchos eran los gobernantes y no podía dejar de pensar en su amante sierraleonés que tuvo que abandonar tras estallar una ola epidémica de sífilis
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Bandarra

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
y decidio que era tiempo de dejar todos esos juegos con homosexuales caribeños, y hacer algo para cambiar el mundo, porque ya estaba harto de vivir en un mundo dónde los cerdos  más rechonchos eran los gobernantes y no podía dejar de pensar en su amante sierraleonés que tuvo que abandonar tras estallar una ola epidémica de sífilis.
Mientras tanto en Cáceres...
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Amármol

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
y decidio que era tiempo de dejar todos esos juegos con homosexuales caribeños, y hacer algo para cambiar el mundo, porque ya estaba harto de vivir en un mundo dónde los cerdos  más rechonchos eran los gobernantes y no podía dejar de pensar en su amante sierraleonés que tuvo que abandonar tras estallar una ola epidémica de sífilis.
Mientras tanto en Cáceres... la producción anual de jamón ibérico peligraba a causa de la huelga de hambre promovida por los cerdos
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

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Sullivan

Me levanté a mear y en el pasillo escuché algo extraño, me giré y lo vi, era una mierda del tamaño de una persona que se acercaba hacía mi con un cuchillo hecho de mierda. Salí de la casa corriendo y me dirigí al único sitio donde la mierda debe estar, en la basura. Allí me encontré con un portal a un mundo alternativo y lejano, y como la curiosidad me picó, decidí entrar. No pude hacerlo. El avanzado estado de mi ceguera confundió la taza del váter con un portal a un mundo alternativo. Nota mental: debo dejar de ver pelis bajo los efectos del prozac.

Así que ahí estaba yo tirado al lado de la taza del váter, no sabia bien lo que pasaba, me entro sed y decidí beber el agua de la taza del váter. Mientras saboreaba la rica agua carbonatada del váter noté un ligero cosquilleo en el pie izquierdo. Es mi perro lambiéndome, y como no tengo otra cosa que hacer, nos besamos... en la boca. Un teatro. No hay banda. Silencio. Mi abuela la sordomuda observa el espectáculo embelesada. Le digo que no siga mirando, que ahora viene la parte hardcore. Mi perro empieza a lamerme de forma melancólica el cipote, recordando aquellos viejos tiempos en que era algo cotidiano y no fruto de la pasión. De repente una puerta chirría, es Ricky Martin, esta saliendo del armario. Le pregunté que tal su hermana, me dijo que muy bien, gracias. entonces no supe que hacer, me encontraba ante la dificil decision de quedarme ahi o pedirle que me cantara una de sus canciones, para así poder vomitar mejor todo el agua que me había bebido. Antes de decidirme, mi abuela sordomuda se quitó una chancla y se abalanzó sobre Ricky Martin golpeándole en la cabeza una y otra vez con terrible violencia, provocándole una dolorosa erección que no hizo sino incrementar los deseos sexuales del perro que se puso a ladrar de forma descontrolada mientras corría hacia la herramienta de Ricky Martin. Entonces decidí que mi color favorito era el blanquiazul, cosa muy inteligente porque me hizo recordar aquél consejo que ya me dió mi abuela tartamuda el día de mi comunión: "escucha bien esto hijo, en el caso en que te encontraras algun día en una situación en donde coincidieran Ricky Martin y nuestro perro Baudelaire, saca al periquito disecado que tengo dentro del pote dónde también guardo las cenizas de tu abuelo: él te sacará del apuro"Y me sacó, al introducir el periquito por el conducto anal de Ricky. pero al parecer eso solo empeoro las cosas, ya que este comenzo a retorcerse hasta hacer explotar al pobre periquito esparciendo y salpicando mi cara con un mejunge de vísceras y líquidos azules provocándome el vómito que deposité en la cara de Ricky. Ahí el perro ya se se volvió loco y se abalanzó sobre la cara de Ricky, empapada de bilis, tirándole al suelo mientras le lamía compulsivamente. Mi abuela emitió un sonido gutural extraño, que repitió sin cesar hasta que, liberando su voz enterrada durante años, exclamó: ¡Soy el rey del mundo! Entonces Ramón, obligado a vivir en una fosa séptica durante años, cambió su postura sobre la economía zimbabuense
y decidio que era tiempo de dejar todos esos juegos con homosexuales caribeños, y hacer algo para cambiar el mundo, porque ya estaba harto de vivir en un mundo dónde los cerdos  más rechonchos eran los gobernantes y no podía dejar de pensar en su amante sierraleonés que tuvo que abandonar tras estallar una ola epidémica de sífilis.
Mientras tanto en Cáceres... la producción anual de jamón ibérico peligraba a causa de la huelga de hambre promovida por los cerdos que reclamaban la injusticia con la que se les trataba en temas sexuales respecto a los manatíes
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