Burke and Hare (2010)

[Turbolover1984]

Burke and Hare

SINOPSIS:

Cuenta la historia de dos asesinos del siglo XIX que venden los cuerpos de sus víctimas al Colegio Oficial de Médicos de Edimburgo.

CRÍTICA:

John Landis (El príncipe de Zamunda, Granujas a todo ritmo o Un hombre lobo americano en Londres entre otras) vuelve a la silla de director tras 12 años de inactividad y lo hace con una cinta protagonizada por Simon Pegg (Burke) y Andy Serkis (Hare), dos ciudadanos de la ciudad escocesa de Edimburgo que buscan nuevos métodos para ganarse la vida en una época de crisis.

La ciudad es conocida por sus enseñanzas médicas y miles de jóvenes acuden para estudiar, con dos enfrentados doctores como principales mentores. Por un lado el interpretado por Tim Curry, el cual ha llegado a un acuerdo para recibir para sus clases los muertos de la ciudad y por otro el interpretado por Tom Wilkinson, al cual el citado acuerdo lo pone entre la espada y la pared y ofrece dinero a quien le sirva cadáveres frescos para sus clases y autopsias.

Y aquí es donde entran nuestros protagonistas, que descubrirán tal filón por una muerte próxima, verán que el robar de las tumbas, a parte de no proporcionales cuerpos frescos pone en serio peligro los suyos, para llegar a la conclusión de que si la muerte no cae de forma natural sobre sus conciudadanos para ayudar a su negocio, ellos acelerarán el proceso.

Para rematar la trama, tenemos un concurso por el mayor avance médico proporcionado por el rey y una bella joven (Isla Fisher) que quiere encontrar patrocinador para una obra de teatro y de la cual Burke se enamorará a primera vista, con el difícil propósito de llevársela cuanto antes a la cama.

Todo ello en el marco de la genialmente ambientada y mencionada ciudad escocesa y con personajes e inventos históricos de fondo.

Estamos ante una comedia de ligero humor negro inglés, de corta duración y agradable visionado pero que no resulta arriesgada, especialmente ácida como cabía esperar o que no desata más allá de una mueca de sonrisa, sin llegar en ningún momento a la risa ni mucho menos a la carcajada.

Un entretenimiento simpático sin muchas pretensiones. Un 5.5