Franklyn

[ÁngelNeg]

FRANKLYN

A falta de fe... fantasmas

En ocasiones, una forma de mostrar sociedades devastadas en el cine, no necesariamente se debe avocar a los constantes temas de los desastres naturales o a las grandes revoluciones. Muchas veces, también, se nos tiende a mostrar estas sociedades a través de ideas muy de concepto acerca de cómo esto puede ocurrir o cuáles son los factores que han contribuido a ello; y desde luego, habrá que ser un poco más específicos, pues al hablar de preceptos conceptuales nos referimos a sucesos más internos y hasta metafísicos que vienen desde la propia fe; por ejemplo, El vigilante fantasma (Franklyn, Francia/Inglaterra-2008).

La cinta, es un thriller futurista, y a la vez actual de 97 minutos, que tiene lugar en dos mundos paralelos, uno es el Londres actual y el otro una sociedad futura llamada Meanwhile, dominada por un profundo fervor religioso. Entre ambos mundos; Esser  (Bernard Hill) es un hombre que busca a su rebelde hijo entre los vagabundos de Londres. Milo (Sam Riley), es un treintañero que busca desesperadamente la pureza del primer amor. Emilia (Eva Green) es una bella estudiante de arte con unos extraños proyectos suicidas. Preest (Ryan Phillippe) es un detective que busca a su némesis. Personajes que en principio no tienen nada en común hasta que se unen sus destinos.

En sí, es difícil hacer una crítica de una cinta cuyo tratamiento se torna difícil en su mismo visionado y se puede incurrir en dejar más cabos sueltos de los que la misma cinta permite. Pero bueno, habrá que decir para facilitar la situación, que El vigilante fantasma a pesar de tener delineada una historia, puede plantearse la posibilidad de la propia interpretación del espectador; y aquí, esto puede agradecerse, pues aunque todo seguramente en el guión de Gerald McMorrow tiene explicación, lo cierto es que a poco se le puede encontrar sentido si no se está atento.

Dirigida también por el mismo McMorrow –ópera prima-, creo firmemente que El vigilante fantasma es una buena cinta que no acaba de cuajar por la pretensión de formular una historia tan confusa que no da pistas acerca de la historia hasta que se es demasiado tarde. Mientras se mueve en el mundo del Londres actual y se nos muestra un thriller psicológico muy bien formulado aunque parco y lento, de repente se trastoca en el Meanwhile –Mientras Tanto- donde los conceptos nebulosos de la anarquía –en mucho similares a V de venganza- quedan muy bien con el look artístico –ojo a los decorados- planteado por la particularidad del tema: la falta de fe.

Si uno se dispone a ver esta cinta, este es el elemento que no hay que dejar de lado para comprender las historias de los personajes, pero no con ello se augura el buen entendimiento del confuso desarrollo y una fragmentada narrativa que va a poner a prueba hasta al más paciente. La cinta no se limita a mezclar la realidad con la ciencia ficción, sino que separa ambos universos para mostrarnos desde personajes delineados y a veces subjetivos, su propio universo donde converge la falta de fe en ellos mismos; y esa línea de entendimiento es sólo un análisis.

El vigilante fantasma es una historia harto compleja que no se puede desmenuzar de primera oportunidad, sino que hay que dejar pasar algunas decenas de minutos –por ser optimista- para encontrar puntos en común en ambos universos -que ni siquiera son obvios-, y llegando a ello todo será más comprensible. Aunado a lo anterior, se puede decir que uno encontrará en el filme complejidad y totalidad al mismo tiempo; lástima que sea en ese orden, pues toda la fe puesta en la gloriosa segunda mitad de la cinta, queda opacada por lo confuso y apresurado de la primera parte. Sin duda, una pena que lo fantasmal de la trama haya derivado en sumisión del resultado; y es que al final, todo tenía sentido.

[Turbolover1984]

El punto de arranque es confuso hasta que ves aparecer al de la capucha (yo pensaba hasta que me había equivocado de película al darle a reproducir).

Esser (Bernard Hill) es un hombre que busca a su hijo huido por los bajos fondos de Londres. Milo (Sam Riley), acaba de ser plantado un día antes de su boda y una misteriosa pelirroja atrae su atención. Emilia (Eva Green) es una estudiante de arte con proyectos de carrera bastante radicales y con traumas paternales. Todo esto acontece sin a priori relación en una ciudad de Londres actual.

Y luego tenemos a Preest (también conocido como el de la capucha) (Ryan Phillippe) situado en otro tiempo, un mundo paralelo quizá, donde todo el mundo tiene que tener su religión de los cientos que hay, por estúpida que sea (los manicuristas del séptimo día...WTF!!?) , pero los ateos son perseguidos.

Las preguntas que se nos plantean son obvias. La primera es que donde va a ir a parar todo y luego la relación que tienen los personajes entre si, todo ello entre saltos y cortes continuos de un personaje a otro.

Como puntos positivos resaltar la naturalidad y buen hacer con la que se resuelve todo y nuestras preguntas son respondidas. Aunque personalmente agradezco las películas sesudas y liosas, también es bueno ver como las cosas se pueden resolver facilmente y sin caer en giros exagerados o forzados o flashbacks aclaratorios. También siguiendo con el balance positivo, mencionar toda la ambientación y originalidad, de sobretodo el mundo de Meanwhile y el intento de reflexión que nos propone el director (Gerald McMorrow).

Y ese intento para mi también tiene sus partes negativas, porque el que la película sea más que nada un ejercicio "filosófico" sobre el amor perdido y encontrado, la fe, los traumas (variopintos y numerosos en los personajes) te enseña lagunas en su narración como diálogos y situaciones que quizá resultan insulsos o pretenciosos y unas situaciones bastante simples que se alargan y estiran para crear la duda hasta un final en plan profundo y poético, que no acaba de convencer.

Estamos ante una película rara, hasta bizarra diría yo, que no resulta compleja, pero si original e interesante y que aunque no creo que llegue a cinta de culto, seguro que cosecha un grupo de fieles seguidores y otro de detractores. Yo me quedo en medio, agradezco el tiempo que he pasado viéndola, me ha resultado original, pero no me ha conquistado.

Un 5.5 al alza en el redondeo por el intento de algo diferente.

[pioytaz]

Un par de cosas tengo claro con Franklyn. La primera es que va a pasar por las cartelera de una forma fugaz y la segunda que mucha gente no terminara de verla. Este film británico de Gerald McMorrow y protagonizado Ryan Phillipe (Crash) yEva Grenn (Casino royal) tiene un grave problema: es demasiado rara. Franklyn se ha definido como un título trhiller futurissa de ciencia ficción, aunque creo que ha faltado la coletilla final "excéntrico, poco coherente y abstracto en su plantemiento".

Es verdad que el título goza de un apartado visual interesante, de un vestuario y ambientación futurista fantástica muy de agradecer, incluso no voy a negar que tiene escenas realmente impactantes a primera vista, pero nunca hay que perder la orientación de que Franklyn es incomprensible, y no vale de nada su original planteamiento o sus ideas innovadoras cuando el público en general va salir de la sala con demasiadas dudas y pensando que le han tomado el pelo. Solo hay que atender a la complicada sipnósis, publicada en varias webs, para darse cuenta del "raro ensayo de ciencia ficción" que vamos a ver.

Phillippe se mete en la piel de Jonathan Preest, un detective vigilante que oculta su rostro bajo una máscara. Tiene una visión cínica de lo que le rodea, y odia El Ministerio, un poder religioso y enigmático que gobierna Meanwhile City y que durante siglos ha tenido que proveer a la población de algo en lo que creer. Preest planea una venganza contra El Ministerio, además de buscar un castigo justo para los asesinos de una chica que él intentó proteger. Es el único ateo de Meanwhile City, e intentará evitar que las sectas capten más adeptos.

Me costó terminar de verla, y la verdad no me ha aportado nada ni bueno ni malo a mi afán de visionado cinematográfico. La película tampoco destaca por sus escenas de acción que sinceramente están mal grabadas y son de segunda fila, la pseudo-historia de amor es como todo en la película incomprensible, y bueno las actuaciones no sabemos muy bien en que nivel de calidad pueden encontrarse, oscilando entre el la fanática creencia de lo que están representando o un reírse de si mismo en incomprensible horas de grabación. Eso si, Eva Green como casi siempre se come la cámara con su rostro angelical.


Puntuación 3.5/10

[Krimhild]

Entré en el cine sin saber lo que iba a ver, de estas veces que eliges una por elegir...y me tiré toda la santa película intentando descifrar qué me quería decir y qué relación tenían todos los personajes entre sí.
El problema de este film, desde mi punto de vista, es que o te la ves entera o no te centras. Tarda mucho en desarrollar (vamos, toda la película) su mensaje, tema o argumento central y cuando consigues vislumbrarlo (si lo consigues y no te has salido antes de la sala), se ha acabado la película.
Y no es que esté mal la idea, porque no. Es una idea que con otro desarrollo y otra forma de hacerla puede funcionar, pero todo lo que rodea a la película no la ayuda.

Vamos, que dediquéis el tiempo a ver otra cosa, de verdad. 

Nota 2