Vaho

Iniciado por ÁngelNeg, 21 de Noviembre de 2010, 08:14:00 PM

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ÁngelNeg

VAHO


Cristales empañados

La ópera prima como director de Alejandro Gerber Bicecci, quien sólo se había dedicado enteramente a  escribir, dirigir, editar y producir sus cortometrajes (Abandonos; Huéspedes; Morada; Peatonal), o asistiendo en unidades de dirección un par de filmes (Conozca la cabeza de Juan Pérez; Depositarios), ve en Vaho (México-2009) el perfecto escaparate para poder mostrar ya una técnica bien desarrollada en el manejo de un entramado de un filme constituido en una sola pieza.

Para lo anterior, Gerber parte y reparte su guión trabajando historias individuales y al parecer inconexas que poco a poco se hilan con el resto de la trama valiéndose de sus personajes; individuos desprotegidos en esta historia que los arroja a un porvenir actual y crítico de la forma en que se vive hoy día en algunos lugares del país; y aunque no abunda en el tema de la pobreza conurbada del espacio, los personajes se mueven con facilidad en estos lugares que ponen de manifiesto las carencias de nuestro gobierno para con nuestra sociedad.

Pero eso es telón de fondo; en primer plano tenemos la historia de Andrés, José y Felipe; tres jóvenes que se enfrentan al limbo post-adolescente. El recuerdo del linchamiento de un hombre, provocado indirectamente por ellos durante su infancia, los une al mismo tiempo que impide su reencuentro. La historia ocurre en Iztapalapa, una zona humilde y olvidada, pródiga en fervorosas manifestaciones de fe y, sin duda, la más sedienta de la ciudad de México.


Se reconoce desde luego este no juego dominó en el relato argumental, sino esta particularidad de darle merecido tiempo en metraje a cada una de las historias, y prestarle atención no sólo a los tres protagonistas magnos, sino a las situaciones que se alzan sobre ellos dando oportunidad de interactuar con otros personajes; sin embargo no lo hacen entre los principales, lo que lejos de afectar aviva un relato que transcurre atemporalmente y vive con sus consecuencias no tomando cualquier incidencia para ser indulgentes.

Alberto Anaya succiona a los personajes ante una fotografía deprimente, a veces seca a veces obscura, a veces ni siquiera dando un matiz para dar calidez. La trama no se presta para poder asumir intervenciones deseadas por el espectador. Es tan sólo un drama deprimente muy bien conceptualizado desde la idea del guionista-director, hasta el resultado final.

Algo confusa podría parecer la asimilación de personajes en los varios tiempos, pero con la suficiente atención, Vaho, es sin duda un excelente ejercicio de personajes delineados, actuaciones loables –incluyendo incluso a los niños-, y una estética acorde a lo contado. Gerber se tomó su tiempo para poder mostrar una historia tan argumentalmente bien escrita, como críticamente narrada, y aunque pesada les podría parecer a muchos sobre todo en la densidad de la segunda parte; lo cierto es que es de lo mejor de este 2010 en cuanto a cine mexicano se refiere.
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