Jennie (1948)

[Señor Lobo]

Jennie

FICHA TÉCNICA:

Título Original: Portrait of Jennie
Año: 1948
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: William Dieterle
Intérpretes: Jennifer Jones, Joseph Cotten, Ethel Barrymore
Guión: Paul Osborn, Peter Berneis, basado en la novela de Robert Nathan
Música: Dimitri Tiomkin
Fotografía:  Joseph H. August
Duración:  86 minutos


Argumento

Eben Adams(Joseph Cotten), un pintor de segunda fila que lucha por sobrevivir en la ciudad de Nueva York, encuentra a Jennie (Jennifer Jones), una niña que le servirá de inspiración para elevar su obra a un nivel superior. En sucesivos encuentros, Eben comprobará como la niña se va convirtiendo en una bella mujer con sorprendente rapidez, a la vez que sus recuerdos parecen proceder de una época pasada. El misterio en torno a Jennie no impide sin embargo que el amor y la obsesión vayan creciendo en el alma del pintor.

Curiosidades

- La historia de Jennie está basada en un relato del escritor Robert Nathan. Selznick quedó entusiasmado por la historia y compró los derechos de la misma pensando en que sería una película ideal para el lucimiento de Jennifer Jones.

- A pesar de estar casada y con dos hijos, Jennifer Jones mantuvo un polémico romance con el prestigioso productor David O. Selznick. Este affaire llevaría a la Jones a la separación de su marido en el año 43 y posterior divorcio en el 45. Jones y Selznick contrajeron matrimonio en el 49, poco después del estreno de Jennie, y permanecerían juntos hasta la muerte de Selznick en el 65. La relación con Selznick posibilitó que Jones consiguiera papeles relevantes en muchas de las producciones de este, lo que le granjeó no pocas enemistades y, probablemente, hizo que en su tiempo fuera minusvalorada como actriz por la crítica, a pesar de su Óscar a mejor actriz conseguido en el 43 por "La canción de Bernardette" y sus 4 nominaciones más en años posteriores.

- Después de la muerte de Selznick, Jones quedó prácticamente retirada de la interpretación, siendo su último trabajo su actuación en "El coloso en llamas", en 1974.

- En varias de las escenas de la película, las imágenes de Nueva York dan la impresión de parecer cuadros en movimiento. El director de fotografía Joseph August logró este efecto rodando estas escenas a través de un lienzo en blanco, lo que daba a las imágenes una textura similar a la de una pintura. Efectos como ese y las etéreas y atemporales imágenes de Jennie y Nueva York le proporcionaron una nominación al Óscar a la mejor fotografía, nominación que recibió a título póstumo al fallecer al poco de finalizar su trabajo en esta película.

- La película consiguió un premio de la Academia en el año 49 a los mejores efectos visuales. Joseph Cotten logró el premio a la mejor actuación en el festival de cine de Venecia

- Bernard Herrmann compuso la misteriosa canción que Jennie canta en su primer encuentro con Eben Adams. Aunque inicialmente estaba previsto que él compusiera la banda sonora completa, tuvo que abandonar el proyecto y dejarlo en manos de Dimitri Tiomkin que usó temas de Claude Debussy, sobre todo en las espectrales apariciones de Jennie.

- El retrato de Jennie que aparece en la película fue pintado por Robert Brackman. Después de la película, Selznick se quedó con el cuadro para ser exhibido en su casa como una de las joyas de su colección privada.

- Selznick, que ejercía un control muy directo sobre sus películas, no estaba muy satisfecho del desarrollo del rodaje por lo que la producción de la película se alargó aumentando los costes considerablemente. El uso de escenarios reales y películas tintadas para las últimas y espectaculares escenas de la película no hicieron más que disparar  los costes de producción, que no fueron recuperados en exhibición por la fría acogida del público, significando el primer fracaso de Jennifer Jones en taquilla.

- En una encuesta entre directores realizada en 1952, Luis Buñuel la incluyó como una de sus 10 películas favoritas.

Comentario

Ya podéis perdonar pero un servidor tiene debilidad por este tipo de películas de tono ligeramente fantástico, con romances idílicos, platónicos, obsesivos y, casi siempre, irrealizables. No son pocas las películas que tienen similitudes con esta que nos ocupa: El fantasma y la señora Muir, La mujer del cuadro, Laura o Vértigo pueden ser las más directas. Si ya Vértigo produjo cierta extrañeza en su época no es de extrañar que este inusual retrato de Jennie no fuera para nada comprendido por el público en el momento de su estreno. Triste recibimiento para una película que, si algo parece tener, es ese halo atemporal que transmite la propia Jennie.

Puede ser que Jennifer Jones no sea considerada como una grandísima actriz, a pesar de ser capaz de ofrecernos personajes tan dispares como el de la sensual Perla Chávez en Duelo al sol y el de la inocente y espiritual Jennie en esta película. La verdad sea dicha, en esta película no tiene más que poner su bella figura y estar más contenida que de costumbre para que su imagen se haya convertido en uno de esos recuerdos imborrables del cine clásico. Las apariciones de Jennie están remarcadas por dos de los valores más destacables de la película: la onírica y fantasmal fotografía de August, en la que predominan las nieblas y los claroscuros, y la música de Debussy. Ambas logran combinarse perfectamente para dar a la película ese toque de irrealidad entre la frontera del sueño y la vigilia, la vida y la muerte, en imágenes que muchas veces parecen salidas de un cuadro.

A pesar de que la bellísima Jennifer Jones es la que se lleva la gloria del título y el recuerdo en esta película, es Joseph Cotten el que tiene que llevar prácticamente todo el peso de la cinta. Uno de los grandes secundarios de la historia del cine que aquí firma una de sus mejores actuaciones como el pintor Eben Adams en busca de su musa. Una búsqueda que le lleva por toda una evolución de amor, esperanza, dolor y, en definitiva, la pasión que constituye el alma de un artista.

Quizás el mayor pero que se le pueda buscar a la película es el guión excesivamente simplón y no excesivamente largo (la película no llega a los 90 minutos), pega que se convierte en virtud al dar aire al espectador para que se adentré a su libre voluntad en el misterioso mundo de Jennie. Una de las mayores diferencias entre la novela original y la adaptación radica en la percepción de Jennie por parte de las personas que rodean a Eben. Mientras en el libro, hay más personas que pueden ver a Jennie, en la película sólo Joseph Cotten parece tener la capacidad de verla, por lo que si el personaje de Jennie es un fantasma, una viajera en el tiempo o simplemente un ideal de belleza en la mente del artista queda a decisión del espectador.

El tormentoso y espectacular final es un buen momento para establecer comparaciones entre esta película y Vértigo, películas entre las que cada vez encuentro más puntos en común después de esta revisión de Jennie. O, lo que es lo mismo, de observar cómo el malvado Hitch no tenía piedad alguna con sus personajes, lo que paradójicamente hace a Vértigo estar un peldaño por encima de esta, a pesar de sus pequeños defectos, pequeña gran joya del cine fantástico que te lleva a ese lugar mágico donde sólo el cine te puede llevar.

De donde vengo nadie lo sabe.
A donde voy todas las cosas van...

[replicante]

       Gran trabajo, Lobo, como siempre. Ya apetecía leer algo tuyo en críticas, o aquí en clásicos. Esta película me gustó mucho cuando la vi. Es especial y su irrealidad parece trasladarte a un mundo de ideales. Aparte de la clara semejanza con Vértigo, yo, aunque tampoco me acuerde demasiado de ella y tema meter mucho la pata, la comparo con El invisible Harvey en cuanto a que es una ilusión lo que parecen tener los dos personajes en la película, una ilusión que los hace mejores de un modo distinto, pero mejores al fin y al cabo (uno como artista y otro como persona) lo que ocurre es que Jennie es más poética y El invisible Harvey más entrañable y con un componente humano destacable. Sin duda la volveré a ver dentro de poco que guardo un gran recuerdo de esta película de Joseph Cotten, que por cierto, aunque es un secundario de lujo como bien dices, Lobo, hizo de prota en pelis como La sombra de una duda o El cuarto mandamiento, ahí es nada, y pasándome de largo El tercer hombre, porque ahí, aunque también es protagonista, la presencia de Orson Welles y su papel inquietante minimiza en alguna medida la actuación de Cotten.


Edito unos minutos más tarde: ahora que lo pienso bien y me viene a la memoria Jennie, no tienen mucho que ver El invisible Harvey y de la que hablamos; con Vértigo sí que es clara la similitud, pero con la de Harvey sólo el detalle ese que comenté, pero son pelis distintas en sus concepción... no, no se parecen mucho.

           

[Señor Lobo]

Sin duda la volveré a ver dentro de poco que guardo un gran recuerdo de esta película de Joseph Cotten, que por cierto, aunque es un secundario de lujo como bien dices, Lobo, hizo de prota en pelis como La sombra de una duda o El cuarto mandamiento, ahí es nada, y pasándome de largo El tercer hombre, porque ahí, aunque también es protagonista, la presencia de Orson Welles y su papel inquietante minimiza en alguna medida la actuación de Cotten.

Sí, la verdad es que al pobre Cotten le ha quedado la etiqueta de "secundario" un poco de forma injusta, ya que ha hecho grandes papeles de protagonista. Lo que pasa es que en otras ocasiones queda eclipsado por los teoricos secundarios, como en el Tercer Hombre que has nombrado y en esta Jennie. Y ojo, eclipsado no porque tenga peores actuaciones que los otros, más bien al contrario, pero es que lWelles y Jones (madre mía, como para no desviar la vista hacia ella en esta película) son de los que se imponen más por presencia que por otra cosa.

[Mai]

Una película irresistible para los románticos soñadores... como yo.

La fotografía es hipnótica, recrea perfectamente ese halo de fantasía que rodea a la película. Genial Cotten, qué mirada...

Y nada de romances irrealizables, Lobito, el amor es eterno :guiñar

Este Lobito, qué grande es

[Guevara]

No sé si es que no la visto, porque no recuerdo nada, pero el caso es que tengo la sensación de que sí. Habrá que verla para salir de dudas.

Lobo, como siempre, un trabajo impecable. Todo un lujo.

Mai, qué abandonaditos nos tienes...

[Mai]

Mai, qué abandonaditos nos tienes...

Te iba a decir lo mismo, pocholín

[alpope72]

Hace unos dias revisioné "el fantasma y la señora Muir" y aunque es un poquito larga, me emocioné en la escena final cogiditos del brazo los dos. Es de las pocas peliculas romanticas que me gustan.  Lobo +, un placer leerte. Por las fotos, parece tener una fotografía estupenda y si le agradaba a Buñuel, la tendré en cuenta.