The Act of Killing

Iniciado por reporter, 31 de Agosto de 2013, 06:05:09 PM

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reporter

The Act of Killing


SINOPSIS: Cuando el gobierno de Indonesia fue derrocado por el ejército en 1965, más de un millón de personas fueron asesinadas en menos de un año. Anwar y sus amigos fueron promocionados a jefes de escuadrones de la muerte y el mismo Anwar en persona asesinó a cientos de personas con sus propias manos. En The Act of Killing Anwar y sus amigos acceden a contar sus historias sobre las matanzas. Pero la idea que tienen de aparecer en pantalla no tiene nada en común con el género documental; ellos quieren ser estrellas del celuloide de su género cinematográfico favorito: el cine de gansgsters, los westerns, los musicales. Ellos escriben los guiones. Ellos se interpretan a sí mismos. Y ellos mismos interpretan a sus víctimas. The Act of Killing es una pesadilla – un viaje a los recuerdos y las fantasías de los autores impenitentes y del impactantemente banal régimen de corrupción e impunidad en el que habitan.

CRÍTICA: La máscara del horror

1976, por poner un solo ejemplo. La isla de Guadalupe está a punto de ser literalmente borrada del mapa debido a la desbocada actividad del volcán La Soufrière. Los científicos, horripilados por la violencia y la rapidez de los eventos, mandan evacuar a toda persona que esté en el radio de actuación de tan devastador fenómeno de la naturaleza. Por supuesto, a Werner Herzog no se le ocurre nada mejor que engatusar a un par de colaboradores habituales, coger unas cuantas cámaras y ponerse a grabar todo lo que se cueza (por lo que pueda llegar a pasar...) en la futurible zona 0. Finalmente lo contaron en el celebrado documental 'La Soufrière' -claro- porque el Apocalipsis decidió, burlándose de todos los pronósticos, dejarlo para otro día... y no está de más recordar a los adictos a ''probarlo en casa'' que en ocasiones cuesta horrores distinguir al idiota de aquel que los tiene cuadraos.

Por su parte, entre 1999 y 2003, Errol Morris emplea su tiempo y sus atributos testiculares en informarse a fondo para poder sentarse en una silla y sacarle a su interlocutor las declaraciones / confesiones más controvertidas. Por ejemplo, es capaz de mantener una conversación fría, pausada y racional con Fred Leuchter y preguntar al que en su día llegó a ser el más reputado ingeniero especializado en máquinas de ejecución, acerca de los motivos que lo impulsaron a afirmar que los campos de exterminio nazis jamás llegaron a existir. Otro: poco a poco, cocinando el plato a la velocidad que a él más le agrada, llega al punto de mirar a los ojos al mismísimo Robert S. Macnamara y averiguar lo cerca que estuvo el mundo de fundirse en las cenizas del holocausto nuclear. Para los interesados: estuvo tan cerca como lo está el idiota del tipo que tiene la suerte -o desgracia- de tenerlos como un toro.

Unos años antes, concretamente en 1965, tiene lugar en Indonesia un sangriento golpe de estado. De la noche a la mañana, a esta gloriosa nación del sudeste asiático le aparecen, como por generación espontánea, terribles enemigos que maquinan a todas horas su aniquilación total. Son los comunistas, entes malignos forjados en las llamas del averno; reconocibles por los cuernos, la cola, el olor a azufre de su aliento y sus diabólicas fechorías, encaminadas todas ellas a destruir todo lo bueno y bello construido con el noble esfuerzo del igualmente noble ''gangster'', en cuyo origen etimológico encontramos, como todo el mundo sabe, las virtudes y bondades del ''hombre libre''. Por suerte para la madre Indonesia, fueron estos mismos valerosos gangsters quienes dieron un paso al frente y lucharon para defender a su querido y desvalido pueblo. Al fin y al cabo, tarde o temprano alguien tenía que tomar cartas en el asunto con respecto a la inminente invasión soviética... ¿qué se le iba a hacer si esto implicaba mancharse las manos? Casi mejor. Dicho y hecho. Muerte al rojo... y a sus familiares, y a sus amigos... y a todo aquel sobre el que pesara la más mínima sospecha o la más infundada de las acusaciones. Y aquí no ha pasado nada. No, mejor dicho, aquí ha pasado todo esto. Y mucho más. Y a mucha honra.


En algunos lugares, la historia la escriben los vencedores, en otros, como España, la historia la escriben los imbéciles (en caso de duda, consulte con su filólogo de íbero favorito, por ejemplo)... en otros la escriben los monstruos. Apadrinado por dos bestias pardas del documental como lo son los citados Werner Herzog y Errol Morris (tan lejos pero a la vez tan cerca el uno del otro), llega por fin el primer trabajo de Joshua Oppenheimer que ha logrado ir más allá de las fronteras de su país. Como para quedarse encerrada... 'The Act of Killing' es mucho más que el sobrecogedor retrato de un genocidio. Es, para empezar, (y yendo a la par de la también imprescindible 'Narco Cultura', la cual, tarde o temprano obviamente también nos llegará... o debería, en ésta nuestra amada nación, que a día de hoy pasa por ocupar el puesto número dos en el ranking mundial de fosas comunes) la constatación de que en este mundo en el que todo parece descubierto y -llamémoslo así- civilizado, sigue habiendo un hueco privilegiado para infiernos que en principio no cabrían ni en la más enferma de las mentes.

¿Es 'The Act of Killing' una de las películas más aterradoras que se hayan concebido jamás? Posiblemente. Y puede serlo por la misma razón que impulsa al buen terror a clavarse en lo más hondo de nuestra alma: porque es real (por mucho que su impresionante ejercicio meta-ficticio difunda este concepto). Ya que estamos, y para que conste en acta, de este filme se ha dicho ''No he visto una película tan potente, surreal y terrorífica en al menos una década'', aunque lo cierto es que -sorpresa- Werner Herzog, a quien por cierto corresponden estas palabras, también podría haber dicho aquello de ''... en toda mi vida''. Pero más allá de los grandes nombres, es de justicia recordar, las veces que haga falta, que el mérito de dicha proeza corresponde (aparte de a una legión de nombres que han preferido quedarse en el anonimato... ¿por qué será?) al semi-desconocido Joshua Oppenheimer, quien seguramente sea no solo una de las personas con los testículos más grandes y cuadrados sobre la faz de la tierra, sino también una de las privilegiadas con uno de los cerebros más brillantes. Algo así como el fruto de la perfecta fusión entre Herzog y Morris. El perverso y arriesgadísimo juego que nos propone consiste en ir a Indonesia, país en el que en la década de los 60, el gobierno local, en aquel entonces, envalentonado por los vientos que le llegaban de la Guerra Fría, llevó a cabo una matanza de aproximadamente dos millones y medio de seres humanos (la cifra hay que rumiarla a conciencia) para teóricamente cortar de cuajo la ''amenaza roja''. Sucede en este archipiélago que los responsables de dicho genocidio siguen en el poder, más asentados si cabe que antes, vanagloriándose de las hazañas del pasado... reivindicando cuantos más homicidios mejor con tal de no abandonar el trono.

Ante tal escenario a Joshua Oppenheimer no se le ocurre mejor idea que ir a buscar a dos de los más importantes asesinos del país para proponerles rodar una película en la que tendrán que reproducir sus antiguas batallitas. Ni falta hace decir que dichos tipejos para nada son difíciles de localizar... y para nada le ponen pegas a la propuesta. El anzuelo está tendido... el resto son casi dos horas de metraje en las que lo indescriptible se va introduciendo poco a poco en el cerebro. Todo lo que bombardea los sentidos es tan macabro, es tan brutal, es tan inhumano... tan surrealista, que hasta causaría risa. Pero en ningún momento tiene uno que hacer el esfuerzo de reprimirse, pues lo repulsivo; lo vomitivo, supera con creces a todas las demás impresiones que puedan surgir. La radiografía convertida en danza con la muerte... y ésta convertida en visceral exorcismo en forma de circo grotesco, directamente surgido de un infierno que si es tal es porque la máscara del horror ha hecho que la banalización del ''acto de matar'' dé paso a la glorificación... y ésta a la pérdida absoluta del valor de la vida humana. El descenso se hace vertiginosamente insoportable. Como debe ser. El abismo ante nosotros, que por supuesto devuelve la mirada a quien ose plantar allí sus ojos, y que por supuesto, te mata, así de claro, por dentro. Terrible, inenarrable... letal. Así es la peor cara del ser humano. Joshua Oppenheimer la ha visto... y nos la ha estampado, precisamente, en toda la cara.

Nota: 8,4 / 10
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Turbolover1984

El diablo es de carne y hueso

Esta es una de esas películas (documental) que te remueve por dentro y deja escenas imborrables en tu memoria. Nada más terminar, mis preguntas al aire fueron ¿qué repercusión habrá tenido? Como alguien me comentaba, en su país seguramente no se haya estrenado o eso sería lo "lógico" porque con la forma de ser que muestran sus protagonistas todo es posible y de todos modos tampoco tendría mayor trascendencia en una población que parece zombie cautiva del sistema y supongo que los que tengan sentido común (que los habrá seguro) habrán huido tiempo atrás. Aunque mi mayor duda fue si no ha habido nadie con poder que tras verlo haya dicho "oye, a esta gente hay que llevarla ante la justicia ya", pero bueno, el mundo no funciona ni tan rápido ni bien ni sencillo como debería, aunque no me extrañaría que en un futuro hubieran noticias al respecto.

Centrándonos en lo que nos ocupa, imagináos una película de acción, de gore o ambas donde gobiernos con matones a su servicio matan (valga la redundancia) indiscriminada e impunemente a todo aquel que quieren con la excusa de que son sangrientos y despiadados comunistas a los que hay que eliminar para salvar a los suyos. Las peores torturas inimaginables a mujeres, niños, ancianos y personas en general, las formas más despiadadas de morir, con todo lujo de detalle, litros de sangre y casquería extremas. Ni con los mejores efectos especiales hubieran conseguido una película tan "molesta" y demoledora como esta. Nos acerca no a actores, sino a sicarios que en los años 60 llevaron a cabo un genocidio indiscriminado y que orgullosos de ello pretenden mostrar al mundo como acababan con incontables vidas en una película que ellos mismos ruedan. Este documental es sobre el rodaje de esa película y los testimonios de los asesinos.

Diría que surrealista pero por desgracia triste realidad como llevaban a cabo sus matanzas sin oposición y ante el terror de las víctimas. Con el respaldo del gobierno hasta hoy en día, con discursos dictatoriales y que hacen apología de la violencia y el asesinato, sus autores se vanaglorian de como torturaban y mataban a personas de toda edad y condición y reconocen como era todo bajo falsos argumentos e historias de oscuros comunistas cuando los únicos despiadados eran ellos. El horrorizante relato no tiene desperdicio y hace aborrecer al ser humano y como puede ser (como ya sabemos) la peor bestia que camina sobre la faz de la tierra. Aparte de su complejo y completo análisis del genocidio y todos sus culpables que abarcan practicamente todos los estamentos políticos y sociales, quizá su mayor mérito, virtud o cualidad a destacar es el acercamiento y como "humaniza" a algunos demonios que en realidad son humanos de carne y hueso. El orgullo de algunos, los cargos de conciencia y pesadillas de otros, la carga de lo realizado años atrás, aunque para muchos fuera todo como si jugaran a un videojuego y no estuvieran matando seres humanos o como dicen ellos, simplemente ver películas de mafiosos americanas y hacer sus propios platós en sus calles.

Un documental que se ha llevado alabanzas merecidas y que no dejará indiferente a todo aquel que lo vea. El único "pero" que le puedo poner es que pese a como digo ser muy completo en todos los sentidos, en algunas fases puede resultar repetitivo o redundante y recortándole un poco de metraje ya hubiera sido perfecto.

Nota: 7'5
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Wanchope

Cita de: er_calderilla en 08 de Noviembre de 2013, 10:35:16 AM
El único "pero" que le puedo poner es que pese a como digo ser muy completo en todos los sentidos, en algunas fases puede resultar repetitivo o redundante y recortándole un poco de metraje ya hubiera sido perfecto.

+1. En cualquier caso un documental tan recomendable que alcanza la categoría de imprescindible.
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Mai

No hay palabras para describir lo que ven tus ojos, es terrorífica. El horror que me producen esas bestias me paraliza y siento miedo. Y lo peor es que " Esto no es una Película".


"Me despierto muy temprano.Mi vuelta del campo de los sueños es brutal al entrar en el país de lo cotidiano" (Léolo)
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Señor Lobo

Documental: Dicho de una película cinematográfica o de un programa televisivo: Que representa, con carácter informativo o didáctico, hechos, escenas, experimentos, etc., tomados de la realidad.

Arte: Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.

He puesto las definiciones para intentar aclararme y clasificar lo que he visto. No estaba seguro de si la película encajaba mejor como documental o como arte y veo que puede aplicarse a ambas cosas.

Impactante documental. No solo los hechos narrados, probablemente poco conocidos para el común de los occidentales, hacen interesante por sí solos a la película sino también el tratamiento formal y, por qué no decirlo, deformado que se hace de los hechos a analizar.

1. Por un lado tenemos los hechos. Indonesia, 1965, el intento de golpe de estado contra el presidente Sukarno y la posterior purga de comunistas, hechos en los que por cierto también está ambientada la interesante El año en que vivimos peligrosamente, de Peter Weir.

2. Aquí empieza la genialidad. El director, Joshua Oppenheimer pide a participantes en los asesinatos de comunistas que realicen la reconstrucción de los hechos a su manera. Estos no solo intentan expresar los hechos de la forma más realista posible sino que van adaptándolos de forma cinematográfica (podemos ver referencias a películas de gangsters, musicales e incluso western) traspasando la realidad y llegando al surrealismo más absoluto.

3. El tercer filtro, el del director a la hora de componer el resultado final que vemos en pantalla,  es el que más dudas me plantea. ¿Cuánto ha tenido que ver el director en la mecla final? ¿Cuánto hay de guionización? ¿Cuánta libertad han tenido los protagonistas en las reinterpretaciones? ¿Cuánto difiere la película final respecto a lo que los pobres diablos de  los protagonistas pensaban que estaban haciendo? ¿Han podido ver la película y están satisfechos con el resultado? En definitiva, ¿cuánto nos ha engañado el director a los espectadores y los participantes en la cinta?

Es aquí donde, para mí, las fronteras del documental puro se difuminan  y la película pasa a transformarse en arte. Arte duro de ver eso sí, ya que como dice Repor, la recreación no hace que los hechos reales sucedidos sean más digeribles. Es más, en algunos momentos la ficción acaba transformándose en realidad. No hay más que ver los rostros de los niños aterrados en determinados momentos de las representaciones para ver hasta qué punto les resultan creíbles las representaciones o cómo el volver a recordar puede ocasionar reacciones de lo más significativas en los asesinos.

¿El documental puede fielmente reflejar unos hechos? ¿Puede llevarnos a un estado de opinión?  ¿Es su misión? Para mí lo más interesante es que nos lleve a hacernos preguntas para ayudarnos a conocer el mundo que nos rodea y, francamente, en mi caso lo ha conseguido. Más que una narración/recreación de los hechos, la película es una reflexión general sobre conductas humanas, que probablemente incluso haya servido como una especie de psicoanálisis para los protagonistas.

Yendo más allá de la propia película, pienso que es engañoso quedarnos como conclusión en que los protagonistas son dos friquis peligrosos. ¿Dadas las circunstancias adecuadas no podríamos casi todos convertirnos en algo así? Hay que tener en cuenta que sus conductas han sido aplaudidas y alentadas, todo en aras a una occidentalización y conversión del país a una normalidad civilizada que se ve reflejada de forma constante en la película con la presentación de planos de centros comerciales modernos al igual que cualquier país "civilizado" occidental. La excusa de los propios perpetradores es la de la salvación de sus queridas películas americanas de las que los malvados comunistas querían privarles. Como se dice en algún momento en la película, ¿acaso no hace lo mismo George Bush para preservar su cultura y nadie le dice nada? 

Es duro decirlo pero los seres humanos estamos programados para insensibilizarnos fácilmente hacia la violencia. No solo lo vemos en los protagonistas de la película, sino que a buen seguro los espectadores que la hemos visto pronto nos olvidaremos de ella para pasar a otras cosas de nuestras vidas diarias.
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Wanchope

Para quien no lo sepa y este interesado en ampliar, existe un Director's cut con casi 40 minutos más de metraje que la versión estrenada en España. No lo buscado pero no creo que sea difícil de encontrar.
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Wanchope

Cita de: Hells en 20 de Marzo de 2014, 12:16:45 AM
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The Act of Killing

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Vista la version del director.

Potente documental que hace un excelente retrato sobre lo que es la locura humana, el fanatismo politico y la violencia extrema por razones ideologicas. Viene a demostrar una vez mas que todas las dictaduras a nivel mundial siempre han sido sinonimo de desastre y descontrol.

Cabe destacar que uno de los puntos fuertes de este material es que no se limita solamente a contar historias de torturas sino que tambien toca varios temas ademas de los anteriormente nombrados, es decir, las consecuencias de todo ese caos que trae el exceso de poder y que es relatado con un nivel de frialdad, tranquilidad y orgullo tan grande por sus propios perpetradores (protagonistas) que te hace reflexionar en lo mal que esta la sociedad para permitir tan horrorosos actos.

Si habría que encontrarle algunas pegas es que parte de su metraje se podia haber recortado y que las escenas surrealistas rompen bastante el ambiente tetrico y reflexivo que propone el film.....pero son detalles menores que no afectan el resultado final.

Detalles menores, pero sí que rompen algo la inercia de la narración.
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Josemi19

Interesante documental aunque considero que no está montada con el objetivo de entretener, pues reconozco que habían tramos de la película que me aburrieron un poco. Sin embargo, te congela el corazón la pasividad de los verdugos que son retratados en la película. Como hablan de sus torturas y de la cantidad de gente que asesinaron sin que les tiemble el labio. Se necesita estómago para verla. Un 7.
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