Rebeca (1940)

Iniciado por princesadelguisante, 15 de Octubre de 2008, 01:08:21 PM

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princesadelguisante

TÍTULO ORIGINAL: Rebecca



AÑO: 1940

DIRECTOR: Alfred Hitchcock

GUIÓN: Robert E. Sherwood & Joan Harrison (adaptación de la novela de  Daphne du Maurier)

REPARTO: Laurence Olivier, Joan Fontaine, George Sanders, Judith Anderson, Nigel Bruce, Reginald Denny, C. Aubrey Smith, Gladys Cooper.

SINOPSIS: Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el aristócrata inglés Maxim De Winter conoce en Montecarlo a una joven humilde, dama de compañía de una señora americana. Poco después, De Winter y la joven se casan, y ambos van a la mansión inglesa de Manderley, residencia habitual de De Winter. Pronto la señora Winter se da cuenta de que no puede borrar en su marido el recuerdo de su difunta esposa.

CRÍTICA: "Anoche soñé que volvía a Manderley". Parafraseando el primer monólogo de la película, es un honor rescatar esta fascinante película de Hitchcock, para mí una de las tres mejores de este genial director y que recomiendo fervientemente a todo el mundo. Esta película es curiosa en varios aspectos. En primer lugar, porque se divide claramente en tres partes. La primera, más distendida, en Mónaco. La segunda, casi de terror, en Manderley. Y la tercera, más policíaca, en el balandro encontrado. El propio director decía que la película engloba tres estilos literarios "el cuento de hadas, el cuento de misterio y el tradicional cuento policíaco". En segundo lugar, es curiosa porque Hitchcock no emplea prácticamente en ningún momento el tradicional humor negro a que nos tiene acostumbrados. En tercer lugar, porque convierte una mansión y a una muerta (la primera esposa de Winter) en los personajes centrales de la película. Y en cuarto lugar, porque la protagonista carece de nombre, como vamos a explicar seguidamente.

Según la Real Academia Española de la Lengua el término "rebeca", chaqueta femenina de punto, sin cuello, abrochada por delante, y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta, procede del nombre propio Rebeca, título de un filme de A. Hitchcock, basado en una novela de D. du Maurier, cuya actriz principal usaba prendas de este tipo.
Y efectivamente, hay que fijarse en el detalle de que es el personaje principal de la película (Joan Fontaine) y no la que recibe el nombre de Rebeca (la primera esposa De Winter, que en el filme ha muerto), la que usaba esas chaquetas de punto. ¿Y por qué entonces no recibieron el nombre de la protagonista? Simplemente, porque nunca llegamos a conocer su nombre. Es tanto el influjo de Rebeca, que hasta le roba el nombre a la protagonista. Y podemos decir que a la propia película, que podría haberse titulado "Manderlay", perfectamente. Este detalle no es ni mucho menos baladí, todo lo contrario, acrecienta el misterio y los problemas de identidad, de estima y de seguridad de la protagonista. Hitchcock lo describe muy bien en una escena. Beatrice, hermana del Señor de Winter, expresa de manera sutil la imposibilidad de nombrar a su cuñada, y la conversación de los presentes no permiten que Beatrice pregunte su nombre de pila. La ausencia de nombre simboliza también el origen de la esposa, que contrasta con nombres de la alta sociedad como George Fortesquiu Maximiliam de Winter. Parece que ni la propia esposa recuerda su identidad, pues la primera vez que coge el teléfono interior de la mansión responde que la señora de Winter murió; posteriormente dirá confundida "La señora de Winter soy yo".

Es indudable que Joan Fontaine es una excelente actriz, pero ¿cómo consiguió Hitchcock tan a la perfección, que la segunda esposa de Winter destilara miedo e inseguridad por todos sus poros? Para ello, nada mejor que retrotaernos a los orígenes de la Fontaine y especialmente al casting de la película.
El nombre real de Joan Fontaine es Joan de Beauvoir de Havilland, hermana en la vida real de Olivia de Havilland. Por su papel en "Lo que el Viento se llevó" fue una de las favoritas de Selznick para el papel en Rebeca, pero la propia Olivia se negó a someterse a una prueba sabiendo que su hermana Joan también había sido seleccionada. Ambas eran enemigas y rivales. El enfrentamiento más conocido fue que ambas estuvieron nominadas en 1941 al Oscar a la mejor actriz, ganándolo Fontaine por "Sospecha", también de Hitchcock.
La elección del reparto fue una larga historia de elecciones, pruebas, intentos y descartes. Laurence Olivier fue impuesto por Selznick, que había protagonizado su película "Cumbres Borrascosas" (1939) y por ella había sido nominado al Oscar. Es importante saber que Vivien Leigh, la esposa de Laurence Olivier y protagonista de lo que "El viento se llevó", fue una de las candidatas al papel de la señora de Winter. De hecho, fueron más de 30 actrices las que fueron rechazadas para el papel. Al final la decisión se tomó en el último momento: el papel principal recaería en Joan Fontaine, de apenas 21 años, una actriz americana frente al resto del reparto, que eran británicos como Hitchcock, con la única excepción de Florence Bates (la americana señora Van Hopper, claro). Ello propició que Joan Fontaine quedara aislada, en cierta forma, del resto del equipo de actores. A ello se unió que Laurence Olivier estaba en contra de Fontaine, ya que le dieron un papel que estaba destinado a Vivien Leigh, su mujer. Hitchcock puso todo lo nerviosa que pudo a Fontaine en los rodajes, manifestándole los comentarios de Olivier contra ella, por lo que potenció la actuación de indefensión y soledad de la protagonista de la película. Curiosamente, Fontaine había sido llamada a última hora para incorporarse al rodaje, justo en su luna de miel; por lo que, igual que en la película, era una mujer recién casada, tratada con desdén por "su marido" Laurence Olivier y con el resto del equipo acrecentando la soledad de la única americana en Manderley. Con Hitchcock aumentando la presión, su personaje fue muy creíble. Fontaine se sentía realmente sola, insegura y aterrada.

Junto a la memorable interpretación de la segunda esposa de Winter, no puede olvidarse la magistral interpretación de Judith Anderson, la fantasmagórica Sra. Danvers, ama de llaves de Manderlay y fiel guardiana de la fallecida Rebeca. Este personaje secundario es quizás el más importante de la película, pues es el único medio que nos permite aproximarnos a la figura de la fallecida primera esposa de Winter. Este es el personaje más tenebroso, por varias razones. En primer lugar, por su vestuario. Vestida de riguroso negro con un vestido rígido por arriba y de vuelo por abajo, hasta los pies. Ello propicia, que la Sra. Danver mantenga los brazos flexionados, cogiéndose las manos, como lo haría un cura, al mismo tiempo que apenas vemos los pies, dando una sensación de que se desplaza sin tocar el suelo, como un espíritu. A ello se añade que nunca se la ve entrar en la escena, sino que cuando la cámara capta un plano suyo, ella ya había aparecido silenciosamente, como por arte de magia. La vestimenta tiene también un ligero toque monacal, íntimamente relacionado con un ligero toque lésbico que Hitckcock quiso imprimir al personaje. Para eludir la censura, Hitchcock utilizó artificios inteligentes, mostrando por ejemplo a la señora Danvers quieta junto a la nueva señora de Winter, acariciando la lencería de Rebeca, apoyada por una frase añadida por Hicthcock (que no aparece en la novela) sobre la ropa interior tejida a mano por unas monjas de clausura, que sobre el papel parecía muy casta, pero que en la pantalla produce el efecto contrario. El carácter intrigante del personaje se acrecienta por la obsesión de la Sra. Danvers por Rebeca, que la mantiene viva en todas y cada una de las habitaciones de Manderlay, reservando para ella el ala este de la casa, e incluso induciendo a la protagonista a que se vista como ella en una fiesta de disfraces. Esa necrofilia, desde luego, no puede menos que causar cierto desasosiego en el espectador.

Como curiosidad, destacar que la aparición del director se produce casi al final, cuando Jack Favell llama a Danvers desde una cabina. Aparece caminado con una gabardina clara mientras Favell habla con el policía. En las primeras películas el cameo del director se produce al final; pero con el tiempo las colocaría al principio, ya que la gente estaba más atenta a localizar su aparición que a la propia película.

Por favor, no os la perdáis, estaré encantada de leer vuestras opiniones.

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jescri

Oscar: Mejor película, George Barnes (fotografía).

Nominaciones al Oscar: Alfred Hitchcock (director), Robert E. Sherwood, Joan Harrison (guión), Laurence Olivier (actor), Joan Fontaine (actriz), Judith Anderson (actriz de reparto), Lyle R. Wheeler (dirección artística), Hal C. Kern (montaje), Jack Cosgrove, Arthur Johns (efectos visuales), Franz Waxman (banda sonora).

Pues eso, un peliculón   :obacion
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Jfr.Sach

Un peliculón y una buena crítica (y extensa, jeje)

Por cierto Jescri, y simplemente como pregutna, ¿esta no se la debería llevar Clásicos?
Sach
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Incisos
Futbosofía
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jescri

Pues si compi su sitio son los Clásicos, iba a dejar que lo moviese a Guevara pero bueno lo pondré yo y así algo de trabajo que le ahorro    :alegre
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princesadelguisante

Hola!! No sabía que tenía que ponerla en clásicos de cine. Es que soy nueva aquí.
Y gracias Jfr. Sach.
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Guevara

Gracias por moverla, Jescri. Por supuesto que la hubiera enganchado de inmediato para los "Clásicos", jo-er, es que es donde tiene que estar, pero es que últimamente he tenido mucho curro (y sigo teniéndolo) y no he podido conectarme. Menos mal que tú siempre estás en todo. ¡MONSTRUO!

Bien visto, Sach, así me gusta, que estemos atentos. El que el comentario sea largo a mí no me importa (¡ánda, que los mios!   :poss), siempre que sea bueno, interesante y esté bien redactado, y éste lo está.

¡Bienvenida a nuestro rincón, princesadelguisante! Jo-er, qué nombre más largo, mujer... Ya verás, en cuanto alguien coja confianza, alguna abreviatura va a sufrir...  :burla

Un gran estreno el tuyo, con una gran película. Espero que no sea flor de un día y sigas recordándonos películas aquí. Que sepas que te he puesto tu primer karmita, porque te lo mereces.

Para mí, el "personaje" de la película es, sin la menor duda, el ama de llaves. ¡Qué miedo de tía, jo-er!
El personaje más simpático, aunque es un papel chiquitín, el cuñado.
Joan Fontaine, perfecta. Y ahora que has contado cómo fue el rodaje para ella, pues no me extraña. Pobrecilla.
Mis escenas favoritas... Pues tengo varias pero voy a poner dos:

1) Cuando la bruja que la tiene contratada como señorita de compañía se entera de que se va a casar con el ricachón, pero aún así le dice a ella que se ocupe de las maletas (o algo así, no recuerdo bien) y Olivier, muy elegantemente, la pone en su lugar. ¡Me encanta cuando alguien le baja los humos a otro!

2) Cuando Fontaine rompe la figurita de porcelana en el despacho de la muerta y la pobre la esconde en el cajón, con miedo a que la bruja del ama de llaves lo descubra, como una niña o, mejor, como un ratoncito asustado.

Bueno, corto, que entre el comentario de princesadelguisante (jo-er, qué largo...  :burla) y el mío, vamos a llenar todo el espacio de la web.
Los japoneses no miran... sospechan (Woody Allen)
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Jason

Cita de: Guevara en 15 de Octubre de 2008, 02:16:07 PM
¡Bienvenida a nuestro rincón, princesadelguisante! Jo-er, qué nombre más largo, mujer... Ya verás, en cuanto alguien coja confianza, alguna abreviatura va a sufrir...  :burla

Con esta pedazo aparición en el foro (estupenda crítica  :si) bien merece el calificativo de princesa!! Bienvenida!

Rebeca la vi por primera y única vez hará unos 4 o 5 años por televisión, de madrugada (cómo no!) y me gustó mucho. Poco más puedo añadir a lo ya expuesto. Sólo me he limitado a leer y aprender!!

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alpope72

 :obacion :obacion :obacion a la película y a ti princesadelguisante, pedazo crítica en tamaño y calidad. Estoy totalmente deacuerdo con lo que has comentado ¡bienvenida princesa!, karmita + para ti.
Ya lo pensare mañana.
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ojosverdes

Gracias principesa...  :guay por ciento bienvenida ... espero que tú colchón sea más grueso

Esta película supuso un duro golpe para el gremio de las amas de llaves  :poss

Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido. (Los Puentes de Madison)
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Señor Lobo

Cita de: princesadelguisante en 15 de Octubre de 2008, 01:08:21 PM
Por favor, no os la perdáis, estaré encantada de leer vuestras opiniones.

Si ya lo has dicho todo y no nos has dejado nada para comentar  !!!! :poss

Pues nada, una más de las muchas grandes películas de Hitchcock. De las tres partes que has mencionado a mí me gusta especialmente la central, en la que aparecen los personajes del ama de llaves, Rebecca y la mansión (que sí, que es casi un personaje más).

Decir que no sólo Joan Fontaine estaba presionada en el rodaje ya que el mismo Alfred Hitchock se enfrentaba a su primera película rodada en Estados Unidos, siendo además un proyecto de encargo a las ordenes del "tirano"  David O. Selznick con el que tuvo sonoros enfrentamientos. Para complicar más las cosas, el libro de Rebeca era todo un best-seller de reciente publicación por lo que, como suele ser habitual en estos casos, se corría el riesgo de que la comparación con el material original resultara perjudicial para la película.
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elbombardero

Diossssss, y yo sin haberla visto todavía  :flipando

Bienvenida Princesadelguisante (que divertido teclearelnombrecompletosinespacios)  :guay
Todos nosotros tenemos algo de críticos, pero no todos los críticos tiene algo de nosotros

Sección de Clásicos :obacion
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tracyhepburn

Muy buena, princesa...

Me gusta bastante esta película, cada cierto tiempo cae. Has hecho un buen estreno. Gracias


   El amor no tiene nada que ver con lo que esperas recibir, sino, con lo que esperas dar...que es todo. (K. Hepburn)
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Capes

Wow! Tu comentario princesadelguisante, es impresionante.  Me he enterado de montón de curiosidades de la película que no sabía. La vi hace tiempo y me pareció que estaba muy bien montada, no solo argumentalmente, sino tb en cuanto a escenarios, con esa mansión y esos acantilados agobiantes, y, sin duda, actuaciones. Claro que, viniendo de Hitchcock, no podía esperar otra cosa, me gusta casi cualquier película de este grande.
La angustia que transmite Fontaine, sumada a la actitud de la ama de llaves creaban un clima de tensión constante muy apropiado, que propiciaba el no querer perder ni un detalle sobre el misterio de Rebeca. Creo que no le quitaría ni añadiría nada a la película, tal y como está es como el director debió imaginarla.
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Señor Lobo

#13
Ya que en otro hilo del foro (http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,10080.0.html) he hecho propaganda del libro El cine según Hitchcock en el que Francois Truffaut y Alfred Hitchcock dialogan sobre las películas de este último,  os pongo un ejemplo del mismo, citando el momento del mismo en el que se referencia a Rebeca.

Ojo a las últimas líneas, que muestran una cierta quemazón de Alfred al respecto del tema de los Oscar.



FRANÇOIS TRUFFAUT Supongo, señor Hitchcock, que llegó a Hollywood pensando que iba a rodar el film sobre el «Titanic», ¿no es así? Y en lugar de este proyecto, rodó Rebecca. ¿Cómo se produjo el cambio?

ALFRED HITCHCOCH David O'Selznick me confesó que había cambiado de opinión y que había adquirido los derechos de «Rebeca». Entonces, le dije: «Está bien, vamos a cambiar de proyecto».

F.T. Creía que había sido usted mismo quien había provocado el cambio y que tenía muchas ganas de rodar «Rebeca» .

A.H. Sí y no; cuando rodaba The Lady Vanishes, tuve oportunidad de comprar los derechos de la novela de Daphne du Maurier, pero eran demasiado elevados para mí.

F.T. En los títulos de crédito de Rebeca, como en el de varios de sus films ingleses, está presente el nombre de Joan Harrison. ¿Colaboraba ella en la elaboración del guión o era una manera de representar su propia participación en los títulos de crédito?

A.H. Al comienzo, Joan era una simple secretaria y, como tal, se dedicaba a tomar notas cuando trabajaba en un guión, por ejemplo, con Charles Bennett; de manera gradual, se fue perfeccionando y empezó a hacernos observaciones hasta que se convirtió en guionista.

F.T. ¿Está usted satisfecho de Rebeca?

A.H. No es una película de Hitchcock. Es una especie de cuento y la misma historia pertenece a finales del siglo XIX. Era una historia bastante pasada de moda, de un estilo anticuado. En aquella época había muchas escritoras: no es que esté en contra de ellas, pero Rebeca es una historia a la que le falta sentido del humor.

F.T. Sea como sea, tiene el mérito de la sencillez. Una señorita de compañía (Joan Fontaine) se casa con un lord (Laurence OHvier), atormentado por el recuerdo de su primera esposa, Rebeca, muerta misteriosamente. En la gran mansión de Manderley, la nueva esposa no se siente a la altura de las circunstancias, temerosa de decepcionar; se deja dominar y luego aterrorizar por el ama de llaves,
la señora Danvers, obsesionada por el recuerdo de Rebeca. Una investigación tardía sobre la muerte de Rebeca, el incendio de Manderley y la muerte de la incendiaria, la señora Danvers, pondrán fin a las angustias de la heroína.    ¿No estaba intimidado al rodar Rebeca, ya que se tratraba de su primera película americana?

A.H. No puedo decir eso, pues es un film británico, completamente británico; la historia es inglesa, los actores también, y el director igualmente. Y esto me sugiere una pregunta interesante: ¿cómo sería Rebeca, si hubiera sido rodada en Inglaterra con el mismo reparto? ¿Qué se me hubiera ocurrido? No lo sé. Forzosamente existe en esta película una gran influencia americana, en primer
lugar a través de Selznick y luego a través del autor de teatro Robert Sherwood, que escribió el guión desde un punto de vista menos estrecho de lo que hubiéramos hecho en Inglaterra.

F.T. Es un film muy novelesco.

A.H. Novelesco, sí. Hay una debilidad terrible en la historia, que nuestros amigos los verosimilistas no han observado: la noche en que encuentran el barco con el cadáver de Rebeca revela una coincidencia extraña. La noche en que creyeron que se había ahogado, encontraron el cuerpo de otra mujer a dos kilómetros de distancia, en una playa, lo que permitió a Laurence Olivier identificarla declarando: «Es mi mujer». Es curioso, pero nadie reconoce a esta mujer. ¿Es que no tuvo lugar una encuesta judicial cuando se encontró su cuerpo?

F.T. Es una coincidencia, pero en este film la situación psicológica está por encima de todo y se presta poca atención a las escenas explicativas, precisamente porque no afectan a la situación. Por ejemplo, yo nunca he comprendido bien la explicación final.

A.H. La explicación es que Max de Winter no mató a Rebeca, ella se suicidó porque tenía un cáncer.

F.T. Bueno, eso lo había comprendido, porque se dice claramente, pero lo que no me explico es lo siguiente: ¿él, Max de Winter, se creía culpable o no?

A.H. No.

F.T. ¡Ah, bueno! ¿Es muy fiel la adaptación a la novela?

A.H. Muy fiel, pues Selznick acababa de hacer Lo que el viento se llevó y según su teoría la gente se sentiría furiosa si se transformaba la novela, y esto valía también en el caso de Rebeca. Seguramente conocerá usted la historia de las dos cabras que se están comiendo los rollos de una película basada en un «bestseller», y una cabra le dice a la otra: «Yo prefiero el libro».

F.T. Sí, es una historia que tiene muchas variantes... Hay que decir que veintiséis años después, al volverla a ver, Rebeca es una película muy moderna, muy sólida.

A.H. Se mantiene todavía en pie, a pesar de los años transcurridos, y yo me pregunto cómo.

F.T. Creo que haber tenido que rodar esta película fue bueno para usted, haciéndole reaccionar a manera de un estimulante. De entrada, Rebeca era una historia poco de acuerdo con su personalidad artística, pues no era un «thriller» ni poseía los suficientes elementos de suspense; se trataba simplemente de una historia psicológica. De esta manera, usted se vio obligado a introducir el sus-
pense en un puro conflicto de personajes, y pienso que esto le sirvió para enriquecer sus películas siguientes, alimentándolas con todo un material psicológico que, en Rebeca, le fue impuesto por la novela.

A.H. Sí, es cierto.

F.T. Por ejemplo, las relaciones de la heroína... Bue-
no, realmente, ¿cómo se llama?

A.H. No la llamaban nunca por su nombre...

F.T. ... Sus relaciones con el ama de llaves, la señora Danvers, suponen una novedad en su obra que volverá a aparecer a menudo a continuación, no sólo en el guión, sino también plásticamente: un rostro inmóvil y otro rostro que le aterroriza, la víctima y el verdugo en la misma imagen...

A.H. Sí, precisamente esto es algo que hice sistemáticamente en Rebeca, la señora Danvers no anda casi, nunca se la veía moverse. Por ejemplo, si entraba en la habitación en que estaba la heroína, la muchacha oía un ruido y la señora Danvers se encontraba allí, siempre, en pie, sin moverse. Era un medio de mostrarlo desde el punto de vista de la heroína: no sabía jamás dónde estaba la señora Danvers y de esta manera resultaba más terrorífico; ver andar a la señora Danvers la hubiera humanizado.

F.T. Me parece muy interesante y es algo que a veces se encuentra en los dibujos animados; por otra parte, usted asegura que es un film al que le falta humor, pero, cuando se le conoce bien, se tiene la impresión de que debió divertirse mucho escribiendo el guión, pues al fin y al cabo se trata de una muchacha que acumula a su alrededor toda clase de torpezas. Cuando el otro día volví a ver la película, le imaginaba trabajando con el guionista y diciéndose: «Veamos la escena de la comida, ¿le haremos tirar al suelo su cuchara o será mejor que haga caer el vaso o que rompa la servilleta...?» Se tiene la sensación de que debió de actuar de esta manera.

A.H. Es cierto, así ocurrió, y era muy divertido...

F.T. La muchacha está caracterizada un poco como el muchachito de Sabotage; cuando rompe una estatuilla, oculta los fragmentos en un cajón, olvidando que es la dueña de la casa. Por otra parte, todas las veces que se habla de la casa, de la finca de Manderley, lo mismo que todas las veces que aparece en la pantalla, lo hace de una manera bastante mágica, con humo... y una música evocadora, etc.

A.H. Sí, porque, en cierta manera, la película es la historia de una casa; se puede decir también que la casa es uno de los tres personajes principales del film.

F.T. Eso es, y también la primera de sus películas que recuerde a un cuento de hadas.

A.H. Lo que hace también que parezca más cuento de hadas es que es prácticamente un film de época.

F.T. Merece la pena que nos detengamos en esta idea de cuento de hadas porque con frecuencia la volvemos a encontrar en sus películas. La importancia de poseer las llaves de la casa... el armario que nadie tiene derecho a abrir... la estancia en la que nadie entra jamás...

A.H. Sí, cuando hacíamos Rebeca éramos conscientes de estas cosas. Es verdad que los cuentos infantiles son generalmente terroríficos. Por ejemplo, el cuento de Grimm que se cuenta a los niños alemanes, «Hansel und Gretel», en el que los dos niños empujan a la anciana dentro del horno. Pero nunca se me ocurrió pensar que mis películas tenían semejanza a cuentos de hadas.

F.T. Creo que esto vale para muchas de sus películas porque usted opera en el campo del miedo y todo lo que se relaciona con el miedo nos retrotrae generalmente a la infancia, y porque, finalmente, la literatura infantil, los cuentos de hadas, están ligados a las sensaciones y, sobre todo, al miedo.

A.H. Es verosímil; además, recuerde que la casa de Rebeca no tenía ninguna situación geográfica precisa, es taba completamente aislada, y todo esto se encuentra de nuevo en The Birds. Es instintivo por mi parte: «Debo situar esta casa aislada para asegurarme de que en ella el miedo no tendrá recursos». En Rebeca, la casa se encuentra alejada de todo, y ni siquiera se sabe de qué
ciudad depende. Actualmente podemos considerar también que esta abstracción, lo que usted llamaba la estilización americana, es, en cierta medida, un producto del azar, y en este caso está motivada porque rodábamos un film inglés en America. Imaginemos que hubiéramos rodado Rebeca en Inglaterra. La casa no estaría tan aislada, porque hubiéramos tenido la tentación de presentar los alrededores y los senderos que llevan a esta casa. Las escenas de llegadas serían más reales y tendríamos una sensación de situación geográfica exacta, pero no tendríamos el aislamiento.

F.T. A propósito de esto, ¿hicieron los ingleses críticas a la película con relación a los aspectos americanos de Rebeca?

A.H. Más bien les gustó el film.

F.T. Cuando se ve la casa en plano general, no existe, ¿era una maqueta?

A.H. Es una maqueta y también la carretera que conduce hasta ella.

F.T. El uso de maquetas idealiza plásticamente al film, evoca ciertos grabados y refuerza una vez más el aspecto de cuento de hadas. En el fondo, la historia de «Rebeca» es muy parecida a la de «Cenicienta».

A.H. La heroína es Cenicienta y la señora Danvers es una de sus malvadas hermanas; pero esta comparación está todavía más justificada con una comedia inglesa anterior a «Rebeca», que se titula: «Su casa está en orden», cuyo autor es Pinero. En esta obra teatral la mujer malvada no era el ama de llaves, sino la hermana del dueño de la casa, por tanto, la cuñada de Cenicienta. Es fácil suponer que esta obra influyó a Daphne du Maurier.

F.T. El mecanismo de Rebeca es bastante fuerte: conseguir una opresión creciente únicamente hablando de una muerta, de un cadáver que no vemos nunca... Creo que la película obtuvo un Oscar, ¿no?

A.H. Sí, para el mejor film del año.

F.T. ¿Es éste el único Oscar que usted ha conseguido?

A.H. Nunca he recibido un Oscar.

F.T. Pero, sin embargo, el de Rebeca...

A.H. Este Oscar fue para Selznick, el productor; aquel año, en 1940, fue John Ford quien tuvo el Oscar al mejor director por Las uvas de la ira.
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jescri

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