Big Eyes

Iniciado por reporter, 25 de Diciembre de 2014, 01:28:22 PM

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

reporter

Big Eyes


SINOPSIS: Dirigida y producida por Tim Burton, "BIG EYES" está basada en la historia real de Walter Keane (Christoph Waltz), uno de los pintores más exitosos de los años 50 y principios de los 60. El artista alcanzó una notoriedad asombrosa al revolucionar la comercialización y accesibilidad del arte popular con sus enigmáticas pinturas de niños abandonados con grandes ojos. Sin embargo, la verdad terminaría saliendo a la luz: la obra de Keane no fue creada por él, sino por su esposa, Margaret (Amy Adams). Al parecer, los Keane vivieron una mentira que fue creciendo hasta alcanzar proporciones gigantescas. "BIG EYES" se centra en el despertar de Margaret como artista, en el fenomenal éxito de sus pinturas y la tumultuosa relación que mantuvo con su marido, catapultado a la fama mundial mientras se llevaba todo el crédito por el trabajo de Margaret.

CRÍTICA: La musa fotocopiada

En un soleado mediodía californiano del año 1958, un ama de casa cualquiera prepara el equipaje a toda prisa. Abre el armario y de ahí va sacando toneladas de ropa. El criterio de selección es mínimo (por no decir nulo), en parte porque la atención de la mujer no está puesta en un solo frente. Mientras se ocupa de que su maleta se llene a velocidad vertiginosa, en ningún momento aparta la vista de su querida hija... todo esto sin dejar de controlar que el monstruo con el que ha compartido los últimos años de su vida, no haga acto inesperado de presencia. La escena es, sin lugar a dudas, tensa y angustiosa. Básicamente por la indefinición de una amenaza que a pesar de que no llegue a concretarse, es obvio que está ahí, en ese mismo hogar que ha quedado manchado por siempre jamás. De hecho, la indefinición de este mal omnipresente hace que éste pueda adoptar cualquier forma que encaje mínimamente con el escenario descrito.

Esto, sumado a unos títulos de crédito en los que se nos muestra una imprenta produciendo, en masa, una de las obras de Margaret Keane, nos da una idea bastante precisa de por dónde irán los tiros en 'Big Eyes'. Tim Burton vuelve a los terrenos del biopic para acercarnos a la vida de un(a) artista que va sobrado/a de elementos que, a la larga, han acabado identificándose como ''burtonianos''. El factor complicidad se erige pues en uno de los pilares fundamentales de un filme cuyas lecturas van mucho más allá de las líneas de texto escritas por Scott Alexander y Larry Karaszewski. Producida por los hermanos Weinstein, no es de extrañar que antes de que hayamos podido poner los ojos sobre la mencionada imprenta o, posteriormente, sobre la apurada madre, hayamos tenidos que comernos, por enésima vez, el recordatorio de que lo que estamos a punto de ver, está basado en hecho reales.

Por supuesto, tal y como mandan los cánones del cine académicamente prestigioso, dicho arranque tendrá su réplica en los títulos de crédito finales. Porque al público y a la Academia suele olvidárseles con demasiada facilidad la sensibilidad exquisita de un trabajo que bien merece su aprobación. Antes de esto último, la cámara nos presenta una cromáticamente pastelosa San Francisco, en la que se desarrolla una historia que, más allá de su empaque técnico, poco nos hace pensar en el consagradísimo autor que la firma. ''Todo está pasando muy deprisa'', constata uno de los personajes de la función, como si de algún modo, empezara a (auto)constatarse el desastre de una pieza a la que no le importa saltarse, sin pudor alguno, los preliminares, para así llegar, cuanto antes mejor, al plato principal o, si se prefiere, a ese golpe de efecto que sin lugar a dudas la hará perdurar en la memoria del destinatario. Y efectivamente, 'Big Eyes' es una película tan desproporcionada como la fisonomía de los personajes pintados por Margaret Keane. El abismo del fracaso más absoluto está siempre ahí (esa banda sonora tan evidentemente desacompasada en sus primeras intervenciones, esa pantomima de juicio final, tan maravillosa y exageradamente teatralizado), pero éste, lejos de absorber a Burton, en cierto modo, lo eleva.


La paradoja toma cuerpo cuando la -auténtica- razón por la que se hizo 'Big Eyes' sale finalmente a relucir. Entonces no hay vuelta atrás; entonces el genio de Tim Burton vuelve a hacerse evidente... aunque no de la manera que esperábamos. Esto es malo ya que puede llevar a la confusión (falsamente fundamentada, cabe añadir) de que la personalidad del director ha quedado ahogada por las exigencias de, seguramente, quien realmente manda aquí (¿los peces gordos en la producción? puede, ¿por qué no?). Al mismo tiempo es bueno (mucho más que esto), porque sería injustamente cobarde olvidar que a estas alturas la ''Marca Burton'' venía de un agotamiento que parecía haberse agudizado a lo largo de sus últimos trabajos. En este sentido, la mejor noticia que nos deja la película en cuestión es que el inconfundible toque del maestro se manifiesta a través de vías que parecían olvidadas y que, quizás por esto, son mucho más sutiles que todas aquellas a las que nos habíamos acostumbrado.

Así pues, toca abrir bien los ojos y estar a atentos a todos los apuntes que nos deja la historia. A saber, y por ejemplo, el del marchante de arte que a la hora de ponerse delante de un lienzo virgen, se queda igualmente en blanco, quedando así retratado como el pintor dominguero (siendo generosos) que es. Momento éste, tan bueno como cualquier otro, para recordar que Henry Selick (y no Tim Burton) dirigió 'Pesadilla antes de navidad', y que Harvey y Bob Weinstein coescribieron y dirigieron 'El caliente otoño del 86', durante cuyo rodaje se dice que Marisa Tomei (y seguramente otros muchos más) se planteó, muy seriamente, el alivio que supondría recurrir al suicidio. ¿Se entiende? De confirmarse (por citar otro ejemplo) los apuntes que nos remiten al cine de Todd Haynes (otro cineasta que por poco no decide matarse después de tratar con los fundadores de la Miramax), podríamos estar hablando de uno de los mayores puñales, autofinanciados y dirigidos hacia uno mismo (ahí está la gracia), de toda la historia del cine.

Un arte que, al igual que cualquier otro (pensemos en la pintura, para no salirnos demasiado del caso que ahora nos concierne) depende de la relación desigual (en lo alejadísima que está de la bilateralidad) entre las distintas partes que la componen. Gajes de la mercantilización más salvaje. El artista necesita al vendedor y éste necesita, por supuesto, la mente del creador. No es simbiosis, es la más sádica de las perversiones. Mientras, la autoría se ha diluido casi por completo. Se confirma, pues, que Tim Burton ha manufacturado otro de sus famosos caramelos envenenados. La apariencia, atractiva donde las haya, encierra un contenido tóxico que, en esta ocasión, nos habla del hombre y de la mujer, del marido y la esposa, de la artista y el comerciante. Componentes, todas ellas, imprescindibles para crear algo que, igualmente, es tan bello como peligroso en su creación, consumo y, a la postre, apreciación (y si no pregunten a los miembros de una crítica artística que, ya sea por rencor o por simple justicia divina, vuelven a quedar seriamente perjudicados). Es una relación amorosa, el matrimonio o, como era de esperar, el propio arte. Es ver a la musa de tus sueños y, en vez de empaparte de ella, apresarla y fotocopiarla hasta una saciedad que no llegará hasta que el dinero deje de fluir. Sin mayor excusa que aquella de ''The show must go on'', y que sólo así van a aparecer nuevos prodigios. Allá cada uno con su conciencia, si es que ésta sigue viva. Nosotros nos quedamos con la reflexión más amarga: Sin Walter, seguramente no hubiéramos conocido a Margaret. ¿Y sin Harvey?

Nota: 7 / 10
  •  

Wanchope

Al igual que le sucede al personaje de Margaret Keane, una película discreta por falta de carácter antes que por falta de potencial. Tras unos años de excesos superfluos Burton cae justo en lo contrario, un exceso de humildad, y se dedica simplemente a acompañar en vez de realzar o a narrar unos hechos que hubieran merecido de un trazo más ambicioso, convirtiendo a su falsa heroína en un títere de un drama de sobremesa. La propia historia y sobre todo Christoph Waltz sostienen una película que además se confunde de tono (apostando por el drama contenido en vez de por la sátira desbocada) y de foco (el personaje de Waltz narrativamente hablando es mucho más interesante).

Un 6 y una sensación agridulce similar a la de '¡El soplón!' de una gran película enterrada bajo una película simplemente resultona, que gusta pero no emociona.
  •  

Beyond

A mí lo que más me ha chocado es la parte final, donde la película cambia totalmente de registro y se deja llevar por la "absurdez". Durante el resto de la cinta, los toques de comedia son mucho más comedidos y están mejor integrados en la historia que nos cuenta. Para mí Amy Adams está muy bien, pero interpreta un personaje que no le deja lucirse demasiado. Ocurre todo lo contrario con Christolph Waltz, cuyo personaje le permite utilizar todo su repertorio de hombre dicharachero y con mucha cara.

Mi nota es 6/10.
  •  

Wanchope

Cita de: Beyond en 27 de Diciembre de 2014, 08:51:31 PM
A mí lo que más me ha chocado es la parte final, donde la película cambia totalmente de registro y se deja llevar por la "absurdez". Durante el resto de la cinta, los toques de comedia son mucho más comedidos y están mejor integrados en la historia que nos cuenta. Para mí Amy Adams está muy bien, pero interpreta un personaje que no le deja lucirse demasiado. Ocurre todo lo contrario con Christolph Waltz, cuyo personaje le permite utilizar todo su repertorio de hombre dicharachero y con mucha cara.

Precisamente esa "desfachatez" del tercio final es lo que se hecha de menos durante el resto del metraje, dónde todo resulta demasiado correcto y por decirlo de alguna manera "soso" y "superficial".

Por otro lado y al igual que en la ficción el personaje de Amy Adams siempre está a la sombra del de Christolph Waltz, quien se adueña de la película, y creo que la cinta no acierta a compensar ese desnivel que existe entre ambos lo que desequilibra la narración.
  •  

Beyond

Depende de qué parte de la cinta te guste más. Yo cuando veo una película a la que le ponen al comenzar el cartelito de "basada en hechos reales" le pido algo de realismo y credibilidad, pero para mí la parte final se carga la película porque es absolutamente inverosímil. No le hacía falta recurrir a ello, ya que los hechos que nos narran al final eran perfectos para subir el nivel de la película mediante métodos dramáticos convencionales. Pero bueno, si hubieran hecho una "comedia burra" desde el principio tampoco me quejaría, lo que me choca es el cambio de género de una parte de la película a otra y de un personaje a otro, porque parecen dos películas diferentes fusionadas en una sola.
  •  

Wanchope

Viendo esa misma primera parte y esa misma segunda que comentas, me quedo con la segunda. Pero porque creo que es la que realmente funciona. En ese sentido creo que la cinta demandaba ser una fábula y/o una sátira antes que un drama o un biopic con vocación de Oscar. Algo que en realidad hubiera estado más cerca del Tim Burton de 'Eduardo Manostijeras' o 'Big Fish', además.

Espero y deseo, de hecho, que las perspectivas de ganar algún premio no sea lo mismo que decir que los Weinstein le han aplicado un par de capas de pintura a la función.
  •  

0iker0

Big Eyes es una muy buena película con un gran Christoph Waltz y con una gran Amy Adams. Amy Adams aparece con una gran actuación desde un principio, pero luego, como en la vida real, Waltz y su Walter Keane le roban el protagonismo. Y Adams, con su Margaret Keane, sabe echarse a un lado y sufrir. Y transmitir con menos florituras que Waltz, pero con la misma profundidad. Luego, sobre todo a partir de la escena de la iglesia, Adams va recuperando su lugar y termina brillando. Me ha gustado mucho.

Su final OTT, pero real 100%, es una pasada. Y probablemente es lo mejor de la película en cuanto a historia. Pero esta película son las actuaciones, y las actuaciones son buenas. Tim Burton is back!
7
Sherlock Holmes is a human trying to be a God. The Doctor is a God trying to be human.

  •  

Amélie Poulain

Está bien y es entretenida, pero es como si le faltase algo. Se queda a medias, es tan discreta como la banda sonora de Elfman y no parece de Tim Burton. Los dos protagonistas bien.

Un 6.
  •  

Wanchope

Cita de: cardinrri en 04 de Enero de 2015, 06:19:43 PM
Cita de: Amélie Poulain en 04 de Enero de 2015, 03:09:54 PM
En el cine:

Big Eyes
Spoiler
[close]

Bien, pero le falta algo. Se queda a medias.

Para mí le falta interes narrativo. Esta bien hecha, tiene buenos actores (de los mejores del momento), consigue incluso cierto interes con la figura femenina (por aquello de la obsesión con los ojos grandes). Sin embargo se centra demasiado en una ruptura muy fría, no tiene nada de drama la parte final, no se si es porque quiere contar la historia tal cual, por falta de una producción potente (cosa que me extrañaría dado el chaché de los actores). En fín me dejó frio y sin ningún interes por el film.

Durante la parte final para mí remonta el interés porque creo que ese humor le sienta (y le hubiera sentado) de perlas, lo que no impide que suceda lo que comentas. Sobre todo porque ese humor "rompe" con la dinámica anterior y ya es tarde como para sentir algo.

De no ser por los nombres podría pasar por un tv-movie.
  •  

cardinrri

Cita de: Wanchope en 04 de Enero de 2015, 08:13:13 PM
Cita de: cardinrri en 04 de Enero de 2015, 06:19:43 PM
Cita de: Amélie Poulain en 04 de Enero de 2015, 03:09:54 PM
En el cine:

Big Eyes
Spoiler
[close]

Bien, pero le falta algo. Se queda a medias.

Para mí le falta interes narrativo. Esta bien hecha, tiene buenos actores (de los mejores del momento), consigue incluso cierto interes con la figura femenina (por aquello de la obsesión con los ojos grandes). Sin embargo se centra demasiado en una ruptura muy fría, no tiene nada de drama la parte final, no se si es porque quiere contar la historia tal cual, por falta de una producción potente (cosa que me extrañaría dado el chaché de los actores). En fín me dejó frio y sin ningún interes por el film.

Durante la parte final para mí remonta el interés porque creo que ese humor le sienta (y le hubiera sentado) de perlas, lo que no impide que suceda lo que comentas. Sobre todo porque ese humor "rompe" con la dinámica anterior y ya es tarde como para sentir algo.

De no ser por los nombres podría pasar por un tv-movie.

Comparto lo de que rompe la dinámica. En cuanto a lo de tv-movie, ni los nombres la salvan en mi caso  :armado
  •  

Wanchope

Por curiosidad: la escena en la que Christoph Waltz hace la paripé de representarse a sí mismo dutante el juicio es virtualmente idéntica a la de 'Destellos de Genio', y en la que es Greg Kinnear quién hace lo mismo.
  •  

Soprano

Apenas he encontrado en ella un atisbo característico del cine de Tim Burton hasta el punto de que si no lo supiese de antemano ni siquiera diría que es una película suya, una historia relatada con demasiada superficialidad y de manera convencional que se siente enlatada en todo momento salvo por la actuación de Waltz, la verdad es que no he terminado de hacerme una idea veraz de lo que nos cuenta ni de sus protagonistas a pesar de parecerme interesante.
  •  

Turbolover1984

#12
Viviendo una mentira

Tim Burton es de esos cineastas que tiene un estilo propio, una personalidad y firma característica que hace que aparte de la calidad de las mismas, tenga fans que esperan con ganas cada una de sus obras. Repasando su filmografía, seguramente nos remontaríamos a sus inicios o al menos hace bastantes años atrás, para encontrar una cinta (o una racha de cintas) realmente aclamada o que haya tenido relevancia (dentro de lo discutible y subjetivo que puede ser esto). La que nos ocupa, me da la sensación que ha pasado sin pena ni gloria, no ha despertado muchos comentarios y no sé si la ha visto mucha gente. Quizá es de las pelis "menos Burton" que ha hecho, aunque sin duda, sin ser una maravilla ni realmente reseñable, de las mejores de los últimos años de su filmografía.

Y es que con el paso de las horas tras revisionarla, el "entusiasmo" baja, el film es irregular, pero aún así tiene cosas notables. Más allá de un apartado técnico que destaca por su fotografía, sus colores y su BSO, una gran pareja protagonista genialmente interpretada por Amy Adams y Christoph Waltz y una historia (al parecer real) muy  interesante. Al igual que interesante es su acercamiento a la sociedad machista en general, la americana de décadas atrás en particular, con una mujer que no por ello queda libre de pecado ni te toda culpa. Le priva de ser algo más su mencionada irregularidad, con algunos tramos, a medida que avanzan los años, más interesantes que otros. Momentos de clímax que la elevan como obra (el momento supermercado dando paso a la canción de Lana del Rey es magnífico) y otros con aroma a telefilm que desaprovecha elementos y resuelve de forma fácil y simple. Pero aún así, gana en la balanza lo positivo a lo más olvidable y convencional, resultando un film entre bueno y notable.

Nota: 6'5

P.D. Privénse de caer en la trampa de los Kane, la mentira compulsiva es la verdadera pandemia de la actualidad y hay más gente así de la que parece, más cerca de lo que uno cree.

P.D. 2 Añadir, sobre la interpretación de Waltz...

Spoiler
Su interpretación me parece genial, alguno de sus cambios si que entiendo que puedan  bruscos, incluso de grotesca caricatura. Tiene algún momento como las escenas de las cerillas que camina sobre el límite de la exageración y la final del juicio, lo compramos por sus nervios pero también se va un poco de madre.
[close]
  •  

jescri

El principio no me gustó demasiado, aunque poco a poco te va atrapando principalmente gracias al personaje de Margaret (Amy Adams). Como habéis comentado, al final deja un sabor agridulce, pues a pesar de ser una bonita historia queda la sensación de que podían haberle sacado más provecho. Por ejemplo al juicio, al que se le presta poca atención teniendo en cuenta su importancia en la historia. O a el arte de Margaret, visto muy de pasada, pues Burton se preocupó especialmente de la rivalidad entre la pareja.

Tampoco sé si la elección de Christoph Waltz como Walter Keane fue la más acertada. Está claro que es un grandísimo actor, pero no terminé de ver química entre él y la protagonista. En definitiva, un paseo excéntrico (no sé si lo suficiente teniendo en cuenta que hablamos de Tim Burton) y entretenido.

Una historia que contar. Nota: 6.
  •