Maleficio

Iniciado por ÁngelNeg, 06 de Junio de 2006, 11:35:00 PM

Tema anterior - Siguiente tema

0 Miembros y 2 Visitantes están viendo este tema.

ÁngelNeg

Maleficio


Una posesión a la americana

El exorcista, Estigma, El devorador de pecados, El exorcismo de Emily Rose, y otras que no necesariamente utilizaban el exorcismo ni las posesiones diabólicas como eje fundamental de sus tramas, han sido cintas ubicadas dentro del género del terror u horror que nos han llamado la atención por el hecho de poner en tela de juicio la existencia –ahora comprobadas- de estas prácticas eclesiásticas extremistas en casos que no son muy comunes, pero sí bastante cuestionables por diversas razones.

  La existencia del bien y del mal, y las posesiones del bien cuando santos o dioses hablan a través de personas, definitivamente no se ven con tan malos ojos como cuando los demonios son los que lo hacen. En Maleficio (An american haunting, EUA-2006) ocurre esto último en inicios del siglo XIX, cuando las cazas de brujas y hechiceras a través de sus maleficios eran más advertidos por la gente que los mismísimos demonios que no representaban entes físicos como los anteriores.

  El director y guionista Courtney Solomon nos presenta una historia ubicada en el año 1818 donde el mal entra en la casa de una próspera familia de Tenesse, los Bell. Ahí dentro, un ente terrorífico que se hace más y más fuerte, se ensañará con los habitantes de la casa, principalmente con la joven Betsy (Rachel Hurd-Wood) y su padre John Bell (Donald Sutherland), sin que la madre (Sissy Spacek), o el profesor (James D'Arcy) de Betsy puedan hacer nada.

  La historia está basada en hechos reales, inclusive, es el único caso en Estados Unidos en el que se ha documentado como legal la muerte de un ser humano a causa de un espíritu. Algo así como El exorcismo de Emily Rose, el único caso de exorcismo reconocido por la Iglesia Católica que tuvo consecuencias funestas al haber discrepancias en la practica del mismo exorcismo por no ser comprobable que la chica estuviese poseída.

  Al hecho real, también se le conoce como The Bell witch mystery  o Las cacerías de brujas en Tennesse, del cual se puede leer e investigar en muchos libros de literatura alrededor del mundo. Quizá también algunos recuerden una cinta de temática similar con variaciones en el género y que resulta llamativa y algo recomendable Las brujas de Salem, acerca de la famosa cacería que se llevó a cabo en la villa en 1692, en la que al no encontrar responsables por la muerte de varios pobladores, se diagnosticó un caso de brujería en el cual mujeres y hombres fueron ahorcados a causa de que varias niñas los inculparon por haberlos embrujado.

  La película está basada en una novela escrita por Brent Monahan basada en los hechos ya narrados y que representan algo conocidísimo en el vecino país del norte. Varios cuentos han sido escritos acerca del tema además de un documental acerca del mismo, años más tarde de escrita la novela. El feedback proveniente de los sectores críticos europeos, donde ya se ha estrenado, considera que es "una correcta adaptación puesta al día".

  La cinta se encuentra muy bien adaptada a los años en los que se encuentra ubicada y el vestuario está totalmente acorde a lo narrado. La iluminación contrasta con ese dejo de privacidad de los espíritus para posesionarse de la protagonista adolescente quien no logra dotar de énfasis al papel pues cuando no se encuentra poseída, se encuentra en inactividad. Spacek notable en un papel que no le permite dar más. La música de Caine Davidson aunque buena, se pierde ante la depravada edición de sonido y los altos momentos de drama que la opacan.

  Y aunque la cinta es vendida como terror, la verdad es que este es muy moderado pero cae en lo aceptable; hacia el final de la cinta cuando se develan los secretos de las posesiones y el drama familiar a través de una vuelta de tuerca lograda pero simple, es cuando definitivamente se pierde conexión, pues ya no se vislumbra del todo si en verdad había una posesión o no, si está adaptada al 100%, o si lo que nos muestra la vuelta de tuerca también ocurrió o solo es ficción.

Por Ángel Negrete
  •