Capítulo 2 " Venganza"

Iniciado por juanluis, 31 de Agosto de 2012, 11:07:51 AM

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juanluis


   Os dejo el capítulo 2, y un enlace con el 1 por si no lo habéis leído. Me gustaría que dejaseir vuestras críticas como haceis con las películas. Gracias por vuestra lectura.




    Capítulo 1 
http://www.elseptimoarte.net/foro/index.php/topic,23020.0.html                                                                                                     

                                                                         2

Cuando me levanté Alvaro seguía dormido. Desayuné, aunque eran las dos de la tarde; y me puse a ver la tele. Una hora después Alvaro se levantó, se duchó, y en una bandeja  puso el café y unas tostadas para desayunar en el salón.
-   ¿ Pero que coño te paso anoche?.
-   Se me fue la cabeza. Estaba avergonzado por lo que hice,  y no quería hablar del tema; pero Alvaro pasaba olímpicamente de mí e insistía; y yo solo sabía decirle " se me fue la cabeza". Me insinuó que parecía claro que era por Lucía, pero yo continuaba con la misma frase , hasta que el se hartó; que era lo que yo buscaba porque aquello era más importante para mí que para él.
     Estuve pensando bastante tiempo en mi reacción. La verdad es que era vergüenza lo que sentía. Jamás había reaccionado de esa manera, y además lo que sentía por las chicas era guardado siempre en silencio por mí. No soy de los que les dice a sus amigos me gusta esta o esta otra; y esta vez lo había dejado bastante claro. El problema era no sentirme correspondido , porque si finalmente lograba acostarme con Lucía todo podía ser perdonado, pero si ella no quisiese nada nunca conmigo para mi sería una humillación lo que sucedió. El imbécil de Alvaro no hizo más que contarlo, y tuve que mantener varias conversaciones con otros amigos con la sonrisa en la boca cuando se cachondeaban de mí. Me decían cosas como, "joder, esa tía debe volverte loco", o "no tenía ni idea de que fueses tan celoso". Un completo numerito que me hacía rabiar por dentro a más no poder. Les hubiese partido la cara a todos si no fuera porque eso estuviese tan mal visto, y porque alguno de ellos tenía más posibilidades de partírmela a mí que al revés.

Pasaron unas semanas hasta que volví a verla. Era viernes.  Yo había salido rumbo al lugar donde solíamos beber los de mi pandilla, y en una calle cercana ella me llamó. Después de saludarnos me preguntó:
-          ¿ Quieres venir a casa de una amiga a beber?.
-          Pues no sé...; es que había quedado con unos cuantos para hacer botellón, pero bueno tampoco es una obligación. ¿ Tenemos que comprar las bebidas, o ya las tenéis  y os pago mi parte?.
-          No te preocupes por eso.¡ Venga vamos, es aquí al lado!. Caminamos un poco y ella se paró en un portal, y llamó al telefonillo. Contestó la voz de una chica , y nos abrió. Subimos en el ascensor hasta el sexto piso. Era un pequeño apartamento con un salón en uno de cuyos lados se encontraba una larga encimera donde se alojaba la cocina. Me senté en el sofá, Lucía lo hizo a  mi lado; y Bárbara, que era el nombre de su amiga se quedó sentada en una silla con los brazos apoyados en una mesa redonda donde estaban las bebidas. Bebimos un par de copas antes de que sonara el teléfono. Después de colgar,  Bárbara se acercó a nosotros.
-          ¡Oye que me tengo que ir!, le dijo  Bárbara. La hermana de  mi novia acaba de tener un hijo, y me voy al hospital a verlo.
-          ¿ Y que hacemos nosotros ?, ¿nos vamos?.
-          No, no os preocupeis . Serán solo un par de horas. Os diré lo que vamos a hacer, yo os llamo cuando termine,  si todavía estáis aquí pues vuelvo, y si no pues nos vemos en la calle. Bárbara le dio  la llave del apartamento a Lucía.
-          ¡Menudo dolor que tiene que ser parir un bebé!. Dije en cuanto Bárbara cerró la puerta.
-          Desde luego. No quiero ni pensar en el día que me toque a mí.
-          ¿ Piensas tener hijos?.
-      ¿ Y quien no?
-   Yo tengo más miedo de casarme que de tenerlos.
-          Puedes tenerlos sin casarte, replicó ella.
-          Sí..., sí claro no hace falta una cosa para tener la otra. En ese momento sacó una piedra de  hachís y se lió un porro con una facilidad tremenda. Por supuesto tenía papel de fumar encima y no tuve que ir a comprar como cada vez que yo me quiero hacer uno.
-          ¿César?..., ¿ que fue lo que te pasó la última vez que nos vimos?. Tuvo la poca vergüenza de preguntármelo como si nada. Me quedé muerto.
-          ¡¿Qué?!. No nada es que estaba bastante borracho, olvídalo. Por suerte lo olvidó y no quiso insistir. Entonces se levantó , cogió el mando a distancia y puso la tele. Estaban echando un documental sobre el Anticristo. Sacó de un bolsillo una papelina de cocaína. Dejó caer un poco en la mesa, y preparó un par de rayas. Enrolló un billete y esnifó una, me pasó el billete, y me quedé unos segundos indefenso .  Sentí una fuerte sensación de ridículo. Pensé en que posición exacta debía de tener mi cuerpo para que ella no creyese que era un subnormal reprimido al que  las drogas no le gustan. Quería demostrarle a toda costa que me gustaba drogarme y que consumir era para mí algo valioso, a lo que estaba plenamente acostumbrado. Esa vez no sentía nada machista hacía su persona. Tal vez fuese la ubicación. En el apartamento de Bárbara yo era el invitado y no podía imponer conductas, sino que debía de adaptarme a los valores más progresistas de la humanidad. ¡ Que importante eran las drogas en mi juventud!. No había pensamiento dionisíaco en mí que estuviera alejado de ellas. Tendemos a la creación de mitos, y el héroe de todas mis fantasías era consumidor de drogas de manera innegociable. No había éxtasis de ningún tipo sin drogas. Es cierto que a veces 
construía ideales de conducta basados en una vida sana, practicando deportes , estudiando y prescindiendo de las drogas; pero a pesar de la innegable blancura de estos pensamientos, no eran comparables en cuanto a placer otorgado a los que me brindaban las drogas. Esnifé la raya, y callamos durante unos minutos para escuchar el documental. Puesto que me sentía cercano al superhombre con el hachís y la coca, el tema del documental me sirvió en bandeja otra aproximación a la perfección, el ateísmo.
-Es inútil pensar en lo que no hemos visto ni oído. Lucía me miró con la inocencia del que cree escuchar a un sabio. Quizás ese fuese mi problema. Distinguir continuamente entre lo superior y lo inferior, y necesitar imperiosamente sentirme del lado de lo excelso y elevado; y alejado de la insignificancia. Por eso era fundamental para mí tomar drogas y ser ateo; pero lo peor era que cada vez que me alejaba de ello lo vivía con una tremenda ira. La ira del ganador , del más fuerte. Acabar con el rabo entre las piernas en vida era lo más despreciable que me podía ocurrir. Me refiero a lo espiritual, continué diciendo. Cada vez que pienso en un espíritu o en Dios solo veo una brisa invisible o un inmenso espacio vacío. Solo podemos pensar en lo sensible. Lo demás solo conduce a una innecesaria confusión mental. Pero hablas con un creyente y la fe los ciega. Lo que más  me suele molestar es cuando me dicen que existe porque alguien tuvo que crear el universo, y que es imposible demostrar que no existe. Y es cierto. No se puede demostrar.
- La verdad es que es difícil creer, dijo Lucía.
- Yo creo que pronunciar la palabra Dios debería estar penado con la cárcel. Lucía soltó una carcajada. A la muy hija de puta le encantaba el rollo blasfemo. A mí me encantaba en ese momento porque yo era el protagonista de su risa. Me sentía realmente a gusto. Es verdad continué, no preguntarse que es Dios  ni el alma es el mejor favor que le podemos hacer a nuestro intelecto .Por cierto  ¿estás con aquel tío con el que salías ?.
- No ya no. ¿ Y tu has empezado a salir con alguna chica desde que te vi por última vez?.
-  No. Estaba animado así que le pedí hachís y papel para liarme un porro. Más de una vez los liaba fatal  por ello delante de chicas tenía mucho cuidado en no liarlos pero me sentía seguro allí. Me lo hice y le dí unas caladas .  Perdónenme  la insistencia pero era una maldita maravilla para mí fumar porros. Era mejor que correr por los prados, ir a toda velocidad por la carretera ,tirarte por un tobogán, ver amanecer, descubrir una obra de arte que te llega a lo más hondo, acariciar a un bebé, probar tu comida favorita, jugar un partido de fútbol y mucho más . Por supuesto decir   que era mejor que follar no era posible pero aún así llegaba tan alto en mí el placer que me brindaban los porros que me entraban a veces ganas de estallar de puro júbilo y abrazar a todo el mundo y revolcarme luego por el suelo como un clown despojado por un niño de toda represión. Nos fumamos ese porro ,otro ,y otro; y después una raya de coca , otra , y otra; y por supuesto la divina lluvia dorada del whisky descendió como  una catarata por nuestras gargantas. En fin que para cuando debía volver Bárbara estábamos más pasados que un yogur del siglo XX. Pero Bárbara no apareció. Llamó y nos dijo que estaba allí con su familia y que iba a quedarse un poco más .Fue colgar y decirme Lucía que Barbará   iba a volver más tarde, cuando nos miramos y de manera automática concluimos que la consecuencia inmediata era que podíamos liarnos allí mismo y allí mismo nos liamos. Completamente impresionante. Ella arriba , ella a cuatro patas, yo comiéndole el tal ,ella chupándome el cual, en el suelo , en la cama, en el sofá, en la cocina, cogiéndole las manos, apretándole el pelo, retorciéndole los pezones, pellizcándole el culo, mordiéndole los labios, gimiendo como cochinos, diciéndole cosas, corriéndome en su boca.... En fin , un soberano polvo.
     Así fue como comenzamos a salir. Por supuesto, los primeros meses fueron estupendos. Cuando llevábamos medio año la invité a conocer a mis padres . Era verano . El acostumbrado azulísimo del cielo de Agosto acompañaba el paso firme de mi coche. Durante el verano vivíamos en una casa en las afueras en una zona un tanto rústica. La carretera estaba totalmente descuidada, hasta tal punto que antes de llegar a nuestra casa, un río pasaba tan cerca del nivel que cuando llovía mucho rebosaba, e inundaba el trozo con el que hacía intersección.
-   Algún día va a suceder una desgracia. Le dije a Lucía. No te puedes imaginar la fuerza con que  baja el río cuando llueve y pasa por encima de la carretera.
Aparcamos el coche frente a  la entrada. Al lado de una reja que conducía a un garaje  se encontraba el telefonillo. De la reja a la casa unos pocos metros. La casa con tres habitaciones, salón, cocina, y cuarto de baño. Y detrás el espacio suficiente para albergar la piscina que habíamos construido el verano anterior. Toqué el telefonillo. Mi padre lo cogió , al mismo tiempo que descorrió la cortina de la cocina. Nos veía perfectamente pero a mi padre le gusta más un dialogo que a un tonto un lápiz.
-   ¿ Quién es?.
-   ¿Quién voy a ser  papá?. ¡ No me estás viendo, por el amor de Dios!.
-   Nuestros ojos no ven el cambio de nuestro cuerpo porque solo contemplan el mundo, pero los ojos de los que nos rodean confusos y perplejos asisten a la erosión de la piel. Te pareces a mi hijo ,así que creo que voy a correr el riesgo de abrirte. Lucía soltó una carcajada. Mi padre era así, y me preguntaba antes de la visita que reacción causaría en Lucía,  y la reacción parecía que era buena. pero  mis cavilaciones no eran por la intrascendente vergüenza que algunos hijos sienten por sus padres. Mis pensamientos versaban sobre algo más profundo y serio.
•   Nuestros ojos no ven el cambio de nuestro cuerpo porque solo contemplan el mundo, pero los ojos de los que nos rodean confusos y perplejos asisten a la erosión de la piel. ¡Te pareces a mi hijo !,así que creo que voy a correr el riesgo de abrirte. Lucía soltó una carcajada. Mi padre era así, y me preguntaba antes de la visita que reacción causaría en Lucía,  y la reacción parecía que era buena.



       








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Amármol

haz los cambios que te propuse en el otro post y lo leere con mejor predisposicion, me saca de la historia tener que pensar si es dialogo o narracion
y ya puestos, le colocas una coma aqui

CitarMe senté en el sofá, Lucía lo hizo a  mi lado; y Bárbara, que era el nombre de su amiga[aqui] se quedó sentada en una silla con los brazos apoyados

perdon si parezco tiquismiquis, pero leo en imagenes y si se me va la imagen, no me entero de lo que leo
Vive cada día como si fuera el último, porque un día será verdad. (Cassius Clay)

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juanluis

Ok, pero ahora no tengo tiempo para hacer todas esas modificaciones. Espero que lo leas hasta el final si no te resulta confuso claro. Gracias por los consejos.
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